CHILPANCINGO, Guerrero., 22 de agosto (APRO) La ejecución del presidente del Congreso del estado de Guerrero, Armando Chavarría Barrera, colocó en la mira de la PGR y bajo la sospecha de la opinión pública al gobernador Zeferino Torreblanca. Cuando se perfilaba como el más fuerte candidato a suceder a Torreblanca, el presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, exsecretario de Gobierno estatal y exsenador de 54 años fue asesinado la mañana del jueves 20 frente a su domicilio por dos sujetos que le dieron el tiro de gracia.A pesar de que para la dirigencia del PRD se trató de un “asesinato político”, Torreblanca se deslindó de inmediato del crimen y la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) hizo circular la versión de que en el crimen no se hallaron indicios de delincuencia organizada, por lo que la línea más sólida apunta hacia un crimen pasional.La hipótesis se basa en que, de acuerdo con los dictámenes periciales de la PGJE, los asesinos utilizaron pistolas calibre 9 milímetros y .380, armas de bolsillo que se consideran ajenas al modus operandi del crimen organizado.
A su vez, Torreblanca Galindo desplegó una campaña mediática para deslindarse de este asesinato, debido a que su relación con Chavarría, líder de la corriente perredista Polo Guerrerense de Izquierda, derivó en una serie de confrontaciones por el control de la estructura de su partido y por espacios en la administración pública.El deslinde del gobernador se topó con el Congreso del estado, dominio de Chavarría, donde el viernes 21 los diputados le rindieron un homenaje, al que asistieron también el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; el presidente del PRD, Jesús Ortega; y el nuevo coordinador de los diputados federales, Alejandro Encinas, entre otros correligionarios del fallecido.La ausencia de Torreblanca fue notoria, y cuando se anunció que en su representación asistía el secretario de Desarrollo Rural, Ramón Cárdenas, se levantó el coro: “Asesino, asesino”, “¡Zeferino desgraciado, mataste a un diputado!”Las honras fúnebres prosiguieron en la sede del PRD y en la catedral de Santa María de Asunción. Luego, Armando Chavarría fue sepultado en el panteón central de Chilpancingo.
Enemistad política
Desde el jueves 20 el PRD calificó el hecho como un “asesinato político”, y el viernes Torreblanca dijo en conferencia de prensa que prefería “no poner etiquetas” al crimen. Más tarde, en su afán de desmarcarse, difundió que mantuvo negociaciones con Chavarría sobre la sucesión en la gubernatura.“Él era el principal promotor para que se encauzara la posibilidad del diálogo –declaró Torreblanca– porque estaba perfectamente claro que si se buscaba la gubernatura del estado era necesario que hubiera unidad (en el PRD), y que además, sin la participación del gobernador del estado, como él (Chavarría) lo manifestaba, veía difícil que se pudiera dar esta situación”.Recordó también que Chavarría Barrera lo invitó a su cumpleaños, que iba a celebrar el jueves 20: “En la última (plática) insistió que lo acompañara en su cumpleaños, el día jueves, y la otra plática fue pedirme que me reuniera con su expresión política, el Polo (Guerrerense de Izquierda), y me dio los nombres inclusive de con quien habría que reunirse”.Esta versión de sus relaciones difiere mucho de la impresión que daba en 2004, durante la campaña interna para elegir candidato a gobernador del PRD. Ese año Chavarría y Torreblanca sostuvieron un debate radiofónico en Acapulco.
–Mira, tú no me aguantas ni un round, ¿estás bien o estás borracho? –dijo Chavarría.
–No, pues ese señor a eso está acostumbrado, a golpear. Siempre se ha conducido de esa manera en la universidad –respondió Torreblanca, en alusión al liderazgo de Chavarría en la Universidad Autónoma de Guerrero.Antes de la elección constitucional de 2005, durante una reunión en Chilpancingo con miembros de la dirigencia nacional del PRD que encabezaba Leonel Godoy, ahora gobernador de Michoacán, Zeferino Torreblanca firmó el compromiso de que, si ganaba la gubernatura, nombraría secretario general de Gobierno a Chavarría y le cedería a su corriente una decena de cargos en su administración. Torreblanca cumplió el acuerdo, pero Chavarría Barrera dejó el cargo en mayo de 2008, en medio de reproches al gobernador, con quien siguió confrontándose. Como líder del grupo perredista más fuerte del estado, Chavarría ocupó la primera posición en la lista de diputados plurinominales, y al llegar al Congreso guerrerense siguió criticando a Torreblanca Galindo.En abril pasado, Chavarría exigió en la tribuna el esclarecimiento del asesinato de los dirigentes mixtecos de Ayutla de los Libres, Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas. Señaló que Guerrero padecía una situación similar a la de los años setenta, cuando el régimen priista perseguía a los luchadores sociales: “No parece que este sea un gobierno democrático que respete los derechos humanos”. Días después, al diputado le fue retirada la escolta formada por una decena de agentes de la Policía Ministerial que también protegían a su esposa e hijos. Horas antes del asesinato, Torreblanca explicó que se le quitó al grupo de policías para reasignarlos al combate contra el narcotráfico.En julio creció la distancia entre ambos políticos, ya que hubo un intento de destituir a Chavarría como coordinador parlamentario del PRD, se anunció un recorte presupuestal al Poder Legislativo como parte de un plan de austeridad ante la crisis, y se produjo la debacle perredista ante las derrotas electorales. Incluso, Chavarría emplazó a Torreblanca a cambiar la política de gobierno en una reunión con funcionarios estatales en la Casa Guerrero, la residencia oficial.Todo eso, según los comunicados oficiales difundidos en medios electrónicos y en conferencias de prensa, se acabó por arte de magia, ya que en las últimas semanas Torreblanca mantuvo “una comunicación fluida” con el presidente del Congreso guerrerense, que le permitió intercambiar puntos de vista sobre el futuro del PRD en la entidad y acerca del próximo proceso electoral. “Había el mejor de los ánimos de arribar a acuerdos”, insistió el gobernador. Lo cierto es que la ejecución de Chavarría enrarece aún más el ambiente político, ya tenso porque en los próximos días el Congreso debe aprobar la reforma electoral que, entre otros puntos, definirá la fecha de la elección a gobernador. Además el partido gobernante, el PRD, atraviesa una crisis interna luego de perder de forma consecutiva la mayoría de alcaldías y diputaciones locales en octubre de 2008, así como ocho de nueve distritos federales este año.
La sombra del narco
De acuerdo con la PGJE, aproximadamente a las 6:30 horas del jueves 20, Chavarría Barrera se puso ropa deportiva y salió solo de su casa, en el fraccionamiento Lomas Diamante, para ir al gimnasio. Cuando abordó su auto Bora Sport, dos sujetos se le acercaron caminando y lo acribillaron con 15 disparos de pistolas calibre 9 milímetros y .380. Una bala mortal penetró su pecho y dislocó las vértebras cervicales; luego le dieron el tiro de gracia en la frente. El dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, de inmediato le atribuyó un propósito político al crimen, argumentando que forma parte de una escalada de violencia que ha causado la muerte de al menos 25 perredistas este año, 20 de los cuales han caído en Guerrero.Sin embargo, la mayoría de esos atentados muestran las características de las ejecuciones cometidas por sicarios del narcotráfico. Ese fue el caso, por ejemplo, del dirigente perredista en el municipio de Petatlán, Álvaro Rosas, quien fue levantado a fines de abril; su cuerpo calcinado apareció el 25 de mayo.A su vez, el pasado 21 de febrero el expresidente del mismo municipio de la Costa Grande, Javier Rodríguez Aceves, fue ejecutado con fusiles AK-47 cuando caminaba sobre la calle 5 de Mayo, a un costado del Ayuntamiento. Horas antes, en una conferencia de prensa realizada en Zihuatanejo, el también exdiputado local perredista había denunciado irregularidades cometidas durante la detención de su hijo Ricardo Rodríguez por soldados del 19 Batallón de Infantería. En esa ocasión rechazó tener nexos con el narcotráfico. Además de la cruda lucha política, en la región de Tierra Caliente las bandas del narcotráfico libran una intensa disputa por el control territorial. Las autoridades estatales atribuyen la principal confrontación a los grupos de José Pineda, de La Familia, y el de Jesús Nava, El Rojo, cabecilla local del cártel de los hermanos Beltrán Leyva. Ambas facciones han intercambiado amenazas mediante mensajes colocados en cadáveres. De hecho, el día que Chavarría fue asesinado, un policía municipal murió y otro resultó herido cuando un comando los baleó con fusiles de alto poder en el centro de Chilpancingo.Anteriormente, otros integrantes del Polo Guerrerense de Izquierda han sido vinculados con los hermanos Beltrán Leyva, como el aún diputado federal César Flores Maldonado. Documentos oficiales relacionan a César Flores con empresarios acusados de lavar dinero para los Beltrán Leyva en el centro nocturno Exxxoticas, de Acapulco. El establecimiento fue cateado la madrugada del 24 de junio por agentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Federal Preventiva (PFP) y de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, quienes detuvieron a siete empleados.Carlos Ulises Tapia López es uno de los tres socios de este centro nocturno a los que la SIEDO señala como testaferros de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, el jefe de pistoleros de los Beltrán Leyva. Tapia fue registrado en 2008 como precandidato a regidor en la planilla de César Flores Maldonado, quien aspiraba a la candidatura para la alcaldía de Acapulco con el apoyo del grupo de Chavarría Barrera.Durante esa precampaña, Flores Maldonado –compadre de Chavarría– fue señalado por sus adversarios de tener vínculos con el narcotráfico. “El candidato de Doña Blanca”, lo llamó Octavio Augusto Navarrete Gorjón –asesor de la precandidata zeferinista Gloria Sierra– en un artículo publicado en el periódico Novedades de Acapulco.Por su parte, Torreblanca ha defendido públicamente al exalcalde de Petatlán, el priista Rogaciano Alba Álvarez, vinculado por la SIEDO con la organización de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Según el gobernador, el cacique ganadero no puede ser considerado delincuente porque “no se ha demostrado que es culpable”, como dijo en una conferencia de prensa el pasado 15 de abril. En todo caso, la violencia se ha cebado en los militantes del PRD. El 5 de julio, en plena jornada electoral, en el municipio de Coahuayutla fueron ejecutados 12 integrantes de una familia de perredistas que acudían a votar, entre ellos el regidor Macario Rivera Lozano, sus dos hijos, un primo y dos mujeres. A principios de septiembre de 2008, el exalcalde de Zirándaro, Catalino Duarte Ortuño, sufrió un atentando durante su campaña por la diputación local. Sujetos armados le dispararon cuando iba a bordo de su camioneta. De manera inverosímil, Duarte tenía una herida en la espalda pero su camisa estaba intacta. El 12 de febrero pasado un comando armado levantó al hermano de Duarte, ya diputado local perredista. Los agresores irrumpieron violentamente en la casa de José Duarte Ortuño aproximadamente a las 22:00 horas y se lo llevaron por la fuerza. Sigue desaparecido.Luego, en julio, murieron seis sicarios vinculados al cártel de los Beltrán Leyva en un enfrentamiento con soldados en la comunidad de Guayameo, municipio de Zirándaro. Entre los abatidos se identificó a un primo del diputado local, llamado Clemente Ortuño Pineda, cuyos padres y una hermana –se dice en un reporte de la Sedena– habían sido ejecutados en enero de este año en Michoacán.En el aspecto político, Armando Chavarría Barrera era considerado un hábil negociador. En 1990 y 1993 perdió la elección para rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, en 1996 fue designado delegado del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos en el estado durante el mandato del exgobernador y actual senador del PRI Ángel Aguirre Rivero; de 2000 a 2005 fue senador por la vía plurinominal y en 2005 fue nombrado secretario general de Gobierno. En mayo de 2008 fue electo diputado local por la vía plurinominal y designado presidente de la Comisión de Gobierno de la LIX Legislatura local.
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