12 agosto 2009
"El gobierno espurio rescata a grandes empresas y empresarios ricos, más no rescata a empresas y empresarios medianos, pequeños y micro ni a los trabajadores. No rescata a los pobres".
José Jacques Medina, diputado de los migrantes.
I
Es de señalar que simultáneamente a la reunión "cumbre" en México de los mandatarios de los tres Estados nacionales de la América del Norte, se realizó en Ecuador un encuentro entre los gobernantes de Sudamérica.
Los motivos y acuerdos de las reuniones en el norte y el sur no pueden ser más antipodales: aquellos abrevan en imperativos geopolíticos de reforzar el imperialismo estadunidense en su "hinterland" inmediato y base geográfica.
Éstos --los mandatarios de Unasur-- se reunieron preocupados por las políticas atentatorias al interés de los Estados sudamericanos: acordaron defenderse políticamente de las acciones del imperialismo estadunidense.
La medida mayor es civilizada: intentar persuadir al Estado estadunidense de revisar y, eventualmente, suspender su plan de construir siete bases militares en Colombia, lo que desestabilizaría a la región.
Más tal parecería ser el objetivo estadunidense. La desestablización regional --así como el golpe castrense en Honduras-- tiene por fin hacer prevalecer sus intereses. Suspicacia razonable: Barack Obama esta enterado.
Por inferencia, ese imperialismo estadunidense tendría avales políticos implícitos del jefe del Estado mexicano, Felipe Calderón, considerado espurio por millones de sus compatriotas, y el jefe de Gobierno de Canadá.
El aval calderonista tiene por alfaguara filosófica inspiradora el verismo geopolítico que nadie puede soslayar: la economía y el poder político del Estado mexicano se conducen con arreglo al interés del estadunidense.
Ello muéstrase incontrovertiblemente a la duda colectiva. Económica, política, cultural, social, histórica e idiosincrásicamente los mexicanos son parte del Sur, no del Norte, pero están dominados por éste.
II
Y si algunas moralejas para los mexicanos devinieron de la reunión "en la cumbre" realizada por don Felipe, el señor Obama y Stephen Harper en Guadalajara, esas serían, insoslayablemente, entre otras, las siguientes:
1) Los tres mandatarios representan intereses, inequívocamente identificados, del poder real detrás de sus investiduras respectivas y que usan al Estado de cada uno de esos países para fortalecer y reproducir sus provechos y haciendas.
2) Bajo la misma conclusión, tales intereses influyen en el diseño y aplicación de políticas internas y externas de esos Estados.
3) Dada esa conclusión, las actuaciones de los mandatarios (dos de ellos, don Barack y don Felipe, jefes de Estado, y el señor Harper, jefe de Gobierno), se inspiran en la filosofía neoliberal del imperialismo.
4) Esa filosofía nutre la ideología y la política hegemónicas de Estados Unidos, como sede institucional del poder real, cuyos intereses siendo globales se sustentan sobre la base regional de la América del Norte.
5) Ello conforma, desde el océano Ártico hasta Colombia --pasando por México y Centroamérica y el Caribe--, un grueso geográfico-económico-cultural estratégico, que se explica en el TLCAN y la ASPAN.
Visto así, esos encuentros en México tienen móviles ajenos a los intereses de los pueblos que convencionalmente esos mandatarios representan.
III
Sin embargo, podría decirse sin caer en hipérbole que de los tres mandatarios, el único que se desempeña bajo imperativos de la cultura del poder de una política de los equilibrismos es el señor Obama.
Pero ese desempeño es pobre, pues si bien cuenta con una base electoral multiétnica y racial considerable en su país, está sometido a presiones del poder real y las idiosincrasias societales dominantes, v. gr., el racismo.
Por ello, su desempeño equivale al del equilibrista en una cuerda floja sin redes de seguridad en el abismo. Ello lo lleva a contradicciones e incongruencias en su desempeño e incluso a la simulación.
Esa condición de rehén del señor Obama lo ha inducido al ejercicio de la simulación --práctica tan distintiva del poder político del Estado mexicano-- e incluso al engaño y a la mentira. Ello desencanta a sus partidarios.
Manifestaciones nítidas de ello son la actitud contradictoria y ambigua de don Barack con respecto a los asuntos importantísimos siguientes:
--El statu quo migratorio de millones de mexicanos en EU o la reforma migratoria que, idealmente, abarcaría las causas veras (desempleo), manejo político-administrativo y efectos sociales de la emigración mexicana.
--El golpe castrense en Honduras, ante el cual evita antagonizar al "Establishment" del pentagonismo, el complejo industrial-militar y la política exterior y grupos de presión afines que lo hostilizan y acosan.
--Las bases militares (aeronavales) estadunidenses --que bien podrían ser nucleares-- en Colombia, país cuyo Estado es similar al del mexicano en el sentido de estar sometido a los intereses de Washington.
Así, la moraleja mayor es la de que los encuentros en Guadalajara fueron motivados por los intereses de EU --no los de México o Canadá--; los de Quito se realizaron por motivos opuestos, de de Sudamérica, precisamente.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
ASPAN: Alianza para la Seguridad y prosperidad de América del Norte. Esa convención trilateral no ha sido jamás ratificada por el Congreso de la Unuión de México.
"Hinterland": vocablo de origen alemán. Zona de influencia. Coloquialmente, patio trasero.
Imperialismo estadunidense: teoría y práctica de la dominación económica, política y militar, cultural y hasta social de un Estado fuera de sus fronteras nacionales y sobre otros Estados. Sus móviles principales son, entre otros, control de las materias primas --que obtienen regaladas o casi-- y los mercados (que dominan mediante tratados), y seguridad. Algunos de los Estados dominados conforman, si son vecinos, una especie de "buffer zone" o zona de amortiguación de ataques contra el Estado dominador. Sinónimos: hegemonuismo, globalización, pentagonismo.
TLCAN: Tratado de Libre Comercio de la América del Norte.
Unasur: Unión de Naciones Sudamericanas.
Lecturas recomendadas:
"La Economía cotidiana", de Gary S. Becker (PremioNóbel de Economía 1992) y Gutty Nashat Becker. Editorial Planeta.
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