viernes, agosto 07, 2009

Presidencias legítimas

Francisco Rodríguez

Indice Político

Hay veces (que es) mejor sentirse presidente que serlo.
Y eso se lo digo a López Obrador
Manuel Zelaya

BIEN A BIEN, pocos entendemos cuál es el papel que en el conflicto político de Honduras desempeña la Administración del señor Felipe Calderón, quien –habráse visto-- se ha convertido en una especie de “guardián de la legitimidad constitucional” en el subcontinente americano.
Y es que si ya salvó a la humanidad de la pandemia de gripe, ¡por qué no elevar la mira y convertirse ahora en el campeón de la justicia que cualquier aspirante a dictadorzuelo reclama!
Escasamente se entiende la posición de la Administración porque, cual lo ha reiterado ya en varias ocasiones la ex canciller Rosario Green, el señor Calderón se ha pasado por ahí donde le platiqué los principios diplomáticos básicos en los que durante décadas se asentó el reputado internacionalismo mexicano: la no intervención en asuntos internos de otras naciones, así como la libre autodeterminación de los pueblos.
Desde Los Pinos, en efecto, se ha diseñado ahora una estrategia distinta. Calderón, por lo pronto, ya tomó partido por el depuesto Manuel Zelaya, con lo que ha cerrado cualquier posibilidad de mediación en el conflicto.

Algunas precisiones:

El párrafo anterior está desorientado, en primer lugar todo el mundo ha tomado partido por Manuel Zelaya, aunque en el caso de muchos sólo de dientes para fuera, de tal forma Calderón está siguiendo la misma estrategia gringa. En segundo, de ¿dónde saca que con eso se ha cerrado cualquier posibilidad de mediación en el conflicto? El mismo mediador, Oscar Arias, exhibe la misma conducta.

Ha ido Calderón más allá que cualquier otro mandatario latinoamericano. Apenas ha dado recepción de jefe de Estado al sombrerudo Zelaya –en lo que le siguieron las autoridades capitalinas encabezadas por Marcelo Ebrard y las fracciones de todos los partidos en la Comisión Permanente del Congreso--, mientras que líderes como Luis Inácio Lula da Silva, Cristina Fernández, Michelle Bachelett y aún Hugo Chávez paulatinamente se marginan y adoptan una posición más parecida a aquellos a quienes la Virgen les habla, en cuanto su apoyo a una causa no muy popular en el propio Honduras.

Lo del "sombrerudo Zelaya" es una adjetivación despectiva, una mala leche que no tiene lugar. De ninguna forma debe interpretarse que Lula, Cristina, Bachelet y Chávez estén haciendo que "la Virgen les habla" y mucho menos que el apoyo sea a una causa "no muy popular" en Honduras. ¿Está sugiriendo que el pueblo no apoya a Zelaya después de que aún hay paro y las manifestaciones no han cesado un sólo días en los cuarenta que lleva el Golpe de Estado?

Y obvio, la postura de Calderón contrasta cada vez más con la que paulatinamente se adopta en la Casa Blanca, cuyo huésped Barack Obama también se suma a quienes como Juan Diego y las niñas de Fátima, son seleccionados para escuchar a la madre de Jesús.

Otra vez el error de información, no, la postura de Calderón no contrasta con la de la Casa Blanca, es la misma. Si a este periodista, por lo general bastante acertado, lo influyen los medios de desinformación qué se espera de la población cuyo deber no es estar al tanto de la verdad.

¿Qué ha movido a Calderón a ser más papista que el propio Papa?

Una lectora del Índice, plantea vía electrónica su personal respuesta a la interrogante: una suerte de proyección psicológica inversa por parte del ocupante de Los Pinos:
“Dijo Zelaya que en Honduras se violentó la democracia. Le tengo noticias: también en México.
“En Honduras, un tribunal destituyó al Presidente. En México, un tribunal fue el que eligió a Calderón.
“En Honduras, los militares sacaron al destituido. En México, los militares entronizaron al decretado por el tribunal, a las altas horas de la madrugada. Igual que en Honduras, pero aquí no llevaba pijamas, porque se pusieron de acuerdo y llegó de traje.
“Total, en Honduras y en México pasó lo mismo. Pero Zelaya es el legítimo. Micheletti el usurpador. Y Calderón… se está viendo en un espejo colocado al revés.”
Otro de los lectores de este espacio, quien intitula a su correo electrónico “Que alguien me explique por favor”, señala a la ansiada legitimidad cual leit motiv de la incomprensible posición diplomática de la Administración calderoniana:
“Vino a México el presidente legítimo (depuesto) de Honduras. Fue recibido como Jefe de Estado –que lo es— por Calderón, quien es espurio, según la izquierda mexicana.
“1.- Lo recibe el jefe de gobierno Marcelo Ebrard, quien por imitación, mas ‘no por desconocimiento de las leyes’, no ha querido reconocer a la investidura presidencial de Calderón. Le entregan las llaves de la ciudad, medallas, condecoraciones, etc., sólo para la foto, ya que ahora es rentable la figura de Zelaya.
“2.- Lo reciben en la Cámara de Senadores dos figuras que tampoco han querido reconocer la investidura de Calderón: Rosario Ibarra de Piedra y Yeidckol Malka Polevnsky Gurwitz o como se llame.
3.- Lo que sí es cierto es que, recibiendo a Zelaya y alentando a las instancias gubernamentales locales y legislativas, Felipe Calderón se ‘legitimó’ ante las izquierdas latinoamericana y mexicana. Hugo Chávez lo elogió. Marcelo Ebrard y las senadoras también encomian a Calderón por recibir a Zelaya como Jefe de Estado. Vale repetirlo: Calderón se legitimó.”
Dos opiniones respetables, dos. Ayudan ambas a tratar de entender los sucesos de esta última semana, ¿o no?

¿¿¿??? Es cierto que lo recibió como Jefe de Estado sin embargo no fue a despedirlo y el EMP no le permitió dar declaraciones a la prensa. ¿Se legitimó?

Índice Flamígero: Quien debe estar haciendo el berrinche de su vida es el ex Fox. Y es que él quien, prometiera ser factor de unidad entre las dos Coreas, se debió ir de bruces cuando el ex Clinton consiguió, apenas, que el gobierno de la porción Norte de la península liberara a dos periodistas estadounidenses. Una tarea que el guanajuatense seguro esperaba para él.

No hay comentarios.: