Barómetro Internacional
Ernesto Tamara
El domingo 6 de diciembre, Bolivia volverá a las urnas, y otra vez parece seguro el triunfo y la reelección de Evo Morales. Morales, el primer indígena en llegar al gobierno en la historia de ese país, ganó las elecciones generales de diciembre de 2005 con 53,7 por ciento de los votos y posteriormente ratificó su mandato en un referendo revocatorio, con el 67%.
Las encuestas realizadas hasta esta semana le otorgan un porcentaje de entre el 52 y 55 por ciento de los votos. En sus escasos tres años de gobierno, el presidente boliviano debió enfrentar varios intentos por derrocarlo a través de la desestabilización y la acción de los grupos separatistas de algunos departamentos, especialmente de Santa Cruz, pero sus políticas sociales le han dado gran apoyo en los sectores más carenciados.
Por ejemplo, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas reveló que 2,5 millones de niños y ancianos, equivalente a 24,7 por ciento de los más de 10 millones de bolivianos, ha recibido los beneficios de los bonos sociales. Casi 106.000 madres gestantes recibieron un subsidio extraordinario equivalente a 258 dólares entre los meses de mayo y agosto de este año, mientras 1,6 millones de niños fueron beneficiados con un bono único y anual de 28 dólares, como apoyo estatal para la compra de material escolar y vestimenta. Por otra parte, 744.000 personas de la tercera edad reciben un aporte mensual equivalente también a 28 dólares desde febrero de 2008.
Para financiar estas inversiones sociales, el gobierno de Evo Morales recuperó soberanía sobre sus recursos naturales, renegociando los contratos petroleros y de explotación del gas natural, y emprendió un proceso de inversión estatal.
El candidato presidencial de la oposición más cercano en las intenciones de votos, está a más de 30 puntos de distancia. El candidato presidencial, el ex prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, de Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN) recoge poco más del 18 por ciento de las intenciones de voto.
La disputa en estos comicios estará centrada entonces en la obtención de las mayorías parlamentarias, especialmente en Diputados, ya que el Senado se vota con la lista del presidente, pero en la cámara baja se puede cruzar votos.
El presidente Evo Morales se refirió precisamente a este aspecto, después que aparecieron pintadas en varias ciudades del país convocando a votar cruzado en Diputados. La oposición está buscando promover el voto cruzado para diputados y limitar así la capacidad de maniobra del futuro gobierno. En los últimos días de la campaña electoral se han registrado brotes de violencia, especialmente en Santa Cruz, donde manifestantes opositores al gobierno atacaron e incendiaron un estrado en el que iba a hablar el vicepresidente de la república. El presidente Evo Morales alertó sobre el posible aumento de una escalada de violencia en los próximos días, promovida por grupos opositores que buscan boicotear las elecciones generales de diciembre próximo.
«Tenemos informaciones, están formándose con ayuda de alguna gente que viene del exterior para esta clase de provocaciones. Están amenazando a algunos compañeros dirigentes, les mandan mensajitos amedrentando, pero no nos asustan, no tenemos miedo», denunció Morales. El presidente boliviano agregó que los opositores buscarán provocar a las organizaciones sociales para que se produzcan enfrentamientos violentos, incluso con un saldo de muertos para enlodar el proceso electoral.
Paralelamente, el Comité pro Santa Cruz, un poco apagado desde la captura y muerte de un grupo terrorista que planeaba asesinar al presidente Morales, volvió a la escena pública con un comunicado llamando a votar contra el presidente.
El presidente de esa agrupación filo nazi, Luis Núñez, llamó a los bolivianos a rechazar el proyecto «totalitario» del presidente Evo Morales, porque, dijo, pretende conducir al país hacia un régimen comunista hegemónico donde cesarán las libertades, la justicia y el estado de derecho. La declaración es el inicio de nuevas acciones opositoras, que, a juzgar por el tono de las críticas al prefecto de ese departamento, se irán haciendo más violentas.
El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costa, que encabezó las movilizaciones contra Evo el pasado año, cometió recientemente el pecado de decir que Morales era su presidente. La oposición radical no le perdona ese reconocimiento y ya se están movilizando para elegir un prefecto más opositor al gobierno en abril.
Asegurada la reelección de Evo Morales, la obtención de una mayoría importante en el Congreso, podrá habilitar al presidente a una profundización más acelerada del proceso de cambio, pero también despertará, por lo que hay que estar atento, la furia de los sectores más retrógrados del continente. Un continente en que el decadente imperio norteamericano se quiere hacer fuerte.
ernestotamara@gmail.com
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