jueves, enero 06, 2011

El fin no justifica los medios

En la historia de la humanidad nunca los fines han justificado los medios. Este principio ético está impreso en la ley natural, está impreso en el corazón de los seres humanos, está impreso en todas las religiones, está impreso en las constituciones, en los partidos políticos, etc. etc. y sin embargo todos absolutamente todos violamos cotidianamente este principio todos los días. Cuando se les reclama a los políticos o a los jerarcas religiosos el por qué de cerrar los
ojos ante los fraudes electorales, contestan; hubiera sido peor si no nos hacemos de la vista gorda para permitir el fraude. Error, craso error. Violar este principio ético elemental trae consecuencias desastrosas. Las estamos sufriendo ahora en todo el mundo y especialmente en los Estados Unidos y en México. En el país vecino se hicieron de la vista gorda ante el fraude electoral de los Bush y esta violación a este principio ético provocó dos guerras, en Afganistán y en Irak con daños colaterales de millones de seres humanos, de dos países destruidos y de un sufrimiento humano indescriptible y todavía no se ve el fin de estas masacres, sin mencionar el circo y sufrimiento inútil de los viajeros aéreos que desnudan en los aeropuertos para justificar su inútil seguridad.
En México, el fraude electoral perpetrado por el PRI y el PAN en 1988 trajo como consecuencia al TLC, tratado leonino, que destruyó la pequeña y mediana industria con el consiguiente desempleo de millones de mexicanos, con la destrucción del campo, con el saqueo de la nación por las privatizaciones, con el aumento estratosférico de la pobreza, con el incremento del narcotráfico y con la entrega del país al extranjero. Por si esto fuera poco todos estos males se han venido incrementando con los dos presidentes del PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón. Todo esto por la violación del principio ético de creer que los medios malos pueden traer buenos fines; es una contradicción flagrante.
El PAN y la jerarquía católica no debían de haber convalidado el fraude electoral de Carlos Salinas en 1988, ni el PRI
ni la jerarquía católica debían haber convalidado el fraude del PAN en 2006. Dos fraudes electorales trajeron como consecuencia la destrucción de Mexico. Dos fraudes electorales en Estados Unidos trajeron la destrucción de dos países, Irak y Afganistán además de empobrecer y endeudar a los norteamericanos a niveles increíbles.
Muchos males, muchos trajeron la violación del principio elemental ético de, a buenos fines, buenos medios. Tenemos dos cómplices de estas dos tragedias; los dos pueblos, el norteamericano y el mexicano que se dejaron y se siguen dejando engatusar por la televisión vendida. Por eso me alegra mucho que en Coahuila las organizaciones de derechos humanos empiecen ya a exigir la destitución de Felipe Calderón, causante de tantas desgracias en el país. Todo el pueblo de México debería de haber exigido su destitución desde 2007 cuando se sabía que se había robado la presidencia de la república. En el pecado está la penitencia, estamos sufriendo las consecuencias de nuestra complicidad por no actuar en su momento. Hay que apoyar todos a estas organizaciones de derechos humanos para reivindicarnos y salvar al país. Recuerden; de nada sirve rezarle a la virgen por el país si nosotros seguimos sentadotes sin hacer nada. Al mazo dando y a Dios rogando.

Prof. Praxedis Sánchez de la Peña

No hay comentarios.: