MÉXICO, D.F., (apro).- La entrada del narcotúnel descubierto ayer por autoridades estadunidenses en la frontera con México se encontraba en una bodega continua a instalaciones militares y de la Procuraduría General de la República (PGR).
Luego de que policías y soldados trabajaron toda la noche, detectaron que a 300 metros de la entrada al pasadizo, ubicado en la zona conocida como 70-76, se encuentra la Base Aérea Militar, la comandancia de la Policía Federal, la Unidad contra el Narcomenudeo de la Procuraduría General de la Republica (PGR) y oficinas del Sistema de Administración Tributaria (SAT) y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Es una bodega de dos niveles, con un túnel de 10 metros de profundidad, con elevador, sistema de iluminación y rieles a lo largo de 800 metros para desembocar en otra bodega de San Ysidro, California.
El tránsito vehicular en el área –situada al este de la ciudad, prácticamente en la entrada de la carretera de Mexicali y a un costado del Aeropuerto Internacional de Tijuana– corresponde a unidades militares y policiacas federales.
La portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), Lauren Mack, dijo ayer que el narcotúnel descubierto en la frontera entre Tijuana, Baja California, y San Diego, California, se ubicó en un almacén en la Mesa de Otay.
De manera extraoficial se dio a conocer que el narcotúnel –en cuyo lado mexicano se encontró un cargamento superior a las dos toneladas de mariguana– pertenecía al cártel de Tijuana que lidera Fernando Sánchez Arellano, El Ingeniero.
Este es el segundo “narcotúnel” descubierto en este mes. El anterior hallazgo ocurrió la semana pasada en la misma zona. En esa acción, las autoridades decomisaron cerca de 17 toneladas de mariguana.
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