WASHINGTON.- Ismael El Mayo Zambada, con autorización de Joaquín El Chapo Guzmán, ordenó a su hijo Jesús Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, convertirse en informante de la DEA a fin de obtener beneficios para el cártel de Sinaloa, revelan documentos recientemente presentados ante la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, con sede en Chicago.
El viernes 2 el Departamento de Justicia de Estados Unidos entregó al juez federal Rubén Castillo –a cargo del caso de El Vicentillo– la declaración que firmó bajo juramento el agente de la DEA Manuel Manny Castanon. En ésta el agente aclara que “no existe” y “nunca hubo” un acuerdo con El Vicentillo para darle inmunidad a cambio de información sobre las operaciones de organizaciones criminales enemigas del cártel de Sinaloa.
Es más, la declaración de Castanon ante la Corte también “desmiente” el argumento de la defensa legal de El Vicentillo de que Humberto Loya Castro, identificado como abogado y confidente de los líderes del cártel de Sinaloa, firmó un acuerdo para hacerse informante de la DEA a cambio de la eliminación de los cargos por narcotráfico que se le imputan.
“A Loya Castro le había dicho Guzmán Loera que Ismael Zambada estaba interesado en que su hijo Zambada Niebla cooperara con la DEA con el propósito de que se hiciera un arreglo de los cargos que tenía pendientes en Estados Unidos”, sostiene Castanon en declaración que se entregó a la corte en Chicago y de la que Proceso tiene copia.
Los documentos que acaba de recibir la oficina del juez Castillo abren más dudas sobre la presunta relación del cártel de Sinaloa (por medio de Loya) con la DEA y parecen derrumbar los argumentos de la defensa de El Vicentillo de que él era informante del gobierno estadunidense.
La copia del acuerdo firmado el 3 de junio de 2005 por Loya para convertirse en informante de la DEA –que también tiene este semanario– expresa claramente que él se comprometía con el gobierno de Estados Unidos a pasar información sobre actividades del narcotráfico en México sin recibir absolutamente nada a cambio. El documento también lo firmaron el fiscal Todd W. Robinson a nombre del gobierno estadunidense y dos testigos.
La declaración de Castanon y el acuerdo firmado con el abogado y confidente de El Chapo y El Mayo son una pequeña parte de los más de 3 mil 500 documentos que entregó el viernes 2 el Departamento de Justicia a la Corte Federal en Chicago.
“Tanto las declaraciones como los documentos dejan en claro que no se le hicieron ni se le autorizaron al acusado (Zambada Niebla) promesas de inmunidad o eliminación de cargos”, destacó Patrick J. Fitzgerald, fiscal federal a cargo del Distrito Norte en su comunicación con el juez Castillo al entregarle la documentación.
En cumplimiento de la orden de la corte federal, Fitzgerald y los demás fiscales a cargo del caso de El Vicentillo, Thomas D. Shakeshaft, Andrew C. Porter, Michael J. Ferrara y Marc L. Krickbaum, recopilaron toda la información en poder del gobierno de Estados Unidos y de las agencias federales presentes en México en la que se mencionara a Zambada Niebla.
La búsqueda resultó en un expediente de más de 3 mil páginas que ahora deberá revisar el juez antes del inicio del juicio en febrero de 2012. “Algunos de los documentos entregados tienen el sello que autoriza su revisión por parte de la corte y de la defensa, pero otros sólo podrán ser revisados por la corte”, aclara Fitzgerald. A estos documentos no tendrán acceso los cuatro abogados que representan a El Vicentillo: Ed Panzer, Alvin Michaelson, George Santangelo y Fernando Gaxiola.
La declaración de Castanon y la copia del acuerdo firmado entre Loya y el gobierno de Estados Unidos, que sí fueron desclasificados por Fitzgerald, parecen ser la herramienta más importante del Departamento de Justicia para enjuiciar y encarcelar a Zambada Niebla.
La famosa reunión
La declaración bajo juramento de Castanon es como una crónica de la presunta relación de los jefes del cártel de Sinaloa con la DEA; por medio de los oficios de Loya Castro a quien el agente estadunidense no menciona por su nombre sino como “CS” (iniciales en inglés de “fuente confidencial”).
Con 12 años de labor como agente de la DEA, Castanon explica que su relación directa con Loya Castro se inició en 2005 cuando fue enviado a trabajar a Hermosillo. Su misión “fue el reclutar a un informante que por años había pasado información a la DEA y a ICE (Oficina de Inmigración y Aduanas, dependiente del Departamento de Seguridad Interior)”, sostiene Castanon.
Sus jefes le aclararon que Loya era un fugitivo ya que en su contra había un encausamiento por delitos de tráfico de drogas en la Corte Federal del Distrito Sur de California que databa de 1995. Pero esa misma fiscalía, de acuerdo con el documento, autorizó a Castanon “trabajar en el extranjero con un fugitivo de la ley de los Estados Unidos”.
La narración del agente de la DEA establece que fue el 30 de enero de 2009 la primera vez que Loya le habló de la intención de Zambada Niebla de ponerse en contacto con la DEA. La propuesta, según Castanon, fue atractiva porque antes de ir a Hermosillo sus jefes le habían notificado que en Washington y en Chicago se tenían encausamientos contra el hijo de El Mayo por delitos de narcotráfico desde 2003.
Antes de notificarle a Loya que sí había interés en hablar con El Vicentillo, Castanon se había puesto en contacto con su colega Steve Fraga, agente a cargo del caso de Zambada Niebla en Washington para discutir la posibilidad de que el hijo de El Mayo proporcionara información.
Poco después Castanon recibió la orden de sus jefes para que aceptara reunirse con El Vicentillo pero aclarándole que Fraga debía estar presente. El Departamento de Justicia le dijo que no querían que hiciera ningún tipo de promesas a Zambada Niebla.
“La orden fue explorar el tipo de información que pudiera proporcionar para ver si llevaría a otros casos criminales… Que nosotros habláramos poco y más bien lo dejáramos hablar”, matiza el agente de la DEA en su declaración.
El 10 de marzo Loya volvió a hablar con el agente para determinar los posibles lugares del encuentro. Castanon afirma que de entrada se estableció que cualquier tipo de encuentro tendría que llevarse a cabo en la Ciudad de México. El 15 de marzo Castanon contactó a Loya para notificarle que la entrevista sería el 18 de marzo de 2009 en un hotel de la capital mexicana.
“El 17 de marzo aproximadamente a las tres de la tarde llegué a la Ciudad de México acompañado por el agente David Herrod. Luego nos reunimos con el agente Fraga”, relata Castanon.
Pero a su llegada a la capital mexicana David Gaddis, director regional de la DEA en el Distrito Federal, preguntó a Castanon y a Herrod si habían visto una nota del periódico El Porvenir que decía que integrantes de su agencia viajaban a México para reunirse con jefes del narcotráfico. “Gaddis nos dio la orden de cancelar la reunión”, acota Castanon y deja entrever que sus jefes en el DF entendieron que la nota de El Porvenir era una filtración directa del cártel de Sinaloa.
Minutos después de recibir la orden de Gaddis, Castanon se comunicó con Loya Castro para darle la noticia, pero el presunto abogado del cártel de Sinaloa le pidió reunirse en persona para hablar del asunto, petición que aceptó el agente de la DEA a condición de que el encuentro se hiciera en el hotel Sheraton.
“Aproximadamente a las 11 de la noche el agente Herrod y yo nos reunimos con CS en el lobby del hotel. Lo llevamos a la habitación de Herrod y le enseñé el artículo del periódico, le dije que no podíamos reunirnos con Zambada Niebla en ese momento y que el encuentro se cancelaba hasta nuevo aviso.
“CS se puso muy nervioso y nos dijo que la reunión tenía que llevarse a cabo porque él personalmente estaba a cargo de Zambada Niebla. Nos explicó que se había comprometido con Zambada Niebla y con Zambada García a que el encuentro se realizaría”, indica la declaración de Castanon. Los agentes de la DEA le enfatizaron a Loya que sin la autorización de sus jefes no podría celebrarse ningún encuentro con El Vicentillo.
“Aproximadamente a las 12:15 (del 18 de marzo de 2009) el agente Herrod regresó a la habitación del hotel, estaba acompañado por la CS y por Zambada Niebla. Herrod me dijo que la CS había regresado al hotel con Zambada Niebla.
“En español le dije a Zambada Niebla que la DEA no se podía reunir con él hasta que recibiéramos la aprobación. Después hablé con él sobre el artículo del periódico. Zambada Niebla me dijo que había manejado desde Guadalajara y que nadie más que su padre, Guzmán Loera y la CS sabían de la reunión”, puntualiza el agente de la DEA quien agrega que le insistió a El Vicentillo que la reunión no tenía autorización ni valor.
“Zambada respondió que entendía eso, pero que sólo quería decirme en persona que era en serio lo de cooperar con nosotros y que haría lo que fuera necesario para lograr un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos.
“Habló del encausamiento en su contra en Washington y dijo estar dispuesto a cooperar con el gobierno con tal de que se le anularan los cargos. Le expliqué en qué consisten los procesos de cooperación con la DEA y que para hacerlo teníamos que sentarnos a negociar en varias ocasiones y que en ese momento no teníamos la autorización para reunirnos con él; que además la última palabra sobre qué tipo de acuerdo podríamos establecer tenía que salir de los fiscales y no de mi persona”, acota Castanon. En su relato de la reunión en el Sheraton agrega que se habló de otros posibles encuentros, incluso en un tercer país o en Estados Unidos.
“Terminamos la reunión hablando sobre lugares posibles para celebrar la primera reunión, si es que teníamos una. Le dije que me pondría en contacto con la CS si es que teníamos interés de reunirnos con él. Ahí terminó el encuentro. Al día siguiente me enteré de que Zambada Niebla había sido arrestado en la madrugada por militares mexicanos”, destaca la declaración juramentada de Castanon.
Los primeros datos que la defensa de El Vicentillo presentó a la corte en Chicago y que posteriormente se hicieron públicos sobre la reunión en el Sheraton daban una versión totalmente distinta a la del agente de la DEA (Proceso 1823).
Incluso en la audiencia preparatoria del juicio, celebrada el pasado 27 de octubre, los abogados del hijo de El Mayo insistían en que de la reunión del 18 de marzo de 2009 se generó un acuerdo formal entre la DEA y su cliente, en el cual a El Vicentillo se le prometió inmunidad (Proceso 1826).
“Fuente confidencial”
Respecto al caso de Loya, ni Castanon en su declaración ni Fitzgerald en su notificación al juez Castillo explican por qué lo siguen manteniendo como informante sabiendo que es el contacto directo que tiene Estados Unidos con El Chapo. Sobre todo cuando están rechazando de manera rotunda la inmunidad que les pide El Vicentillo y que según él le prometieron.
Sin dar mayores razones –por lo menos no en los documentos desclasificados– Fitzgerald subraya que en 2008, por recomendación de los supervisores de la DEA sobre el trabajo de Castanon con Loya, se recomendó a la fiscalía de California la anulación de los cargos contra el informante y presunto abogado del cártel de Sinaloa, lo cual fue aprobado de inmediato.
Otro detalle en la declaración de Castanon provoca de manera natural que surjan más dudas respecto a quién está diciendo la verdad en las audiencias preparatorias al juicio de El Vicentillo, extraditado a Estados Unidos el 18 de febrero de 2010.
El agente de la DEA da cuenta de que en una conversación telefónica que sostuvo con Loya en octubre de 2010, éste le aseguró que tanto El Chapo como El Mayo estaban conscientes de que no había ningún acuerdo de inmunidad entre la DEA y El Vicentillo.
Finalmente Castanon presenta ante el juez Castillo el resumen de una serie de llamadas telefónicas que sostuvo con Loya del 14 de agosto al 1 de septiembre de 2011, en las cuales la CS le promete que está dispuesto a reunirse con quien sea necesario para decir la verdad sobre el caso de El Vicentillo, inclusive anota que tiene la disposición de viajar a Estados Unidos.
Pero de pronto Loya Castro le notifica a Castanon que a raíz de una reunión que tuvo el 23 de agosto de 2011 con un abogado descrito como “intermediario entre Zambada García y los abogados de Zambada Niebla”, él ya no estaría dispuesto a platicar con fiscales o jueces estadunidenses a menos que se mantuviera en secreto su identidad o que su declaración fuera etiquetada como confidencial.
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