Carlos Fernández-Vega
Para celebrar el día del trabajo, abonar la "presidencia del empleo" y garantizar uno de los lemas de campaña ("para que vivamos mejor") del ahora inquilino de Los Pinos, el gobierno de la "continuidad" seleccionó la mejor fecha posible para actualizar la perspectiva económica nacional: menor crecimiento al originalmente estimado (de por sí reducido), inflación preocupante y caída cercana a 23 por ciento en la generación de plazas laborales en el sector formal, ergo, mayor desempleo. Todo, en 2007.
Excelente fecha seleccionó la administración calderonista para difundir las buenas noticias, las cuales dan forma a uno de los motivos por los que el inquilino de Los Pinos decidió no aparecer en público ni rozarse con la plebe este primero de mayo, o lo que es lo mismo inaugurar lo que él mismo llamo "una nueva etapa en la celebración del Día del Trabajo".
Porque "queremos que la figura principal de la celebración sea el trabajador" (Calderón dixit) y no el "presidente del empleo", de la estadística de la Secretaría del Trabajo surge la información de que en la primera quincena de abril se cancelaron más de 16 mil plazas laborales en el sector formal de la economía (con registro en el IMSS), de las que 69 por ciento eran permanentes.
Apenas el pasado jueves se escuchó decir al inquilino de Los Pinos que "México apostará por sí mismo; México tiene todo el potencial para salir adelante y la fuerza del país está no sólo en sus recursos naturales, no sólo en su posición estratégica en el mundo, sino y sobre todo, en su gente, en su identidad, en el carácter gallardo y trabajador de su pueblo", cuando ayer se vieron en la penosa necesidad de reconsiderar sus propios cálculos, porque la política del micrófono no fue exitosa a la hora de contener la desaceleración de la economía estadunidense, dueña y señora de la mexicana.
No es para celebrarlo, pero de acuerdo con las nuevas cifras de Hacienda, en el mejor de los casos, y sólo en el mejor, la economía mexicana "crecería" 3.3 por ciento en 2007 (una tercera parte menos que en 2006), aunque el Banco de México estima que será de 3 a 3.5 por ciento, y la generación de empleos en el sector formal rondaría las 600 mil plazas (la mitad de la demanda real, sin considerar el rezago histórico), con todo y discurso presidencial.
Si a la economía mexicana le va tan bien como lo vaticinan las nuevas cifras para 2007, la tasa promedio anual de "crecimiento" en lo que va del nuevo siglo llegaría a 2.4 por ciento, un resultado no sólo vergonzoso sino motivo de alarma y de que el gobierno reconsidere, a la de ya, una serie de políticas y decisiones fallidas.
El gobierno de la "continuidad" debería reflejarse en el espejo del gobierno del "cambio", pero no para imitarlo, sino para corregir la sarta de errores y excesos cometidos por el de las ideas cortas y la lengua larga. Por estas fechas, pero de 2001, Vicente Fox y Francisco Gil Díaz soltaban cualquier cantidad de pretextos igual de optimistas que de fatuos para disfrazar la caída económica; hasta el momento, Felipe Calderón y Agustín Carstens no han hecho más que repetir el numerito. Y el país no lo merece, no lo soporta.
En vía de mientras, el Banco de México anticipa que el ritmo de expansión de la actividad económica mundial se reducirá gradualmente en 2007. Por lo que se refiere a la economía estadunidense, el promedio actual de las proyecciones de los principales analistas para el crecimiento del producto interno bruto en el presente año se ubica alrededor de 2.3 por ciento, siendo que en 2006 dicha economía creció 3.3 por ciento. Durante el primer trimestre de 2007 el crecimiento del PIB fue reducido, 1.3 por ciento a tasa trimestral anualizada (2.1 por ciento a tasa anual). Cabe destacar que la proyección para el crecimiento del PIB en Estados Unidos para 2007 considera una desaceleración mayor en el ritmo de crecimiento de la actividad industrial, la cual pasaría de 4 por ciento en promedio en 2006, a alrededor de 2 por ciento en 2007. Este escenario implica una menor expansión de la demanda por nuestras exportaciones y, por tanto, del crecimiento económico en México.
También prevé una reducción de los ingresos petroleros con respecto a 2006, debido a la previsión de menores precios internacionales de petróleo, así como a una reducción de la plataforma de exportación de crudo. Por su parte, es previsible un menor ritmo de crecimiento de los ingresos por remesas familiares con respecto al año anterior. En consecuencia, se anticipa una ampliación en el déficit en cuenta corriente para el presente año. No obstante, siendo que ambos rubros de ingreso se mantendrán en niveles elevados en términos históricos, se estima que el déficit en dicha cuenta en 2007 se mantenga reducido en términos del producto.
En general, se prevén condiciones favorables de acceso a financiamiento en los mercados internacionales. Sin embargo, se podría incrementar la volatilidad en dichos mercados en la medida en la que se perciba mayor incertidumbre respecto de las perspectivas de crecimiento para la economía estadounidense.
Las rebanadas del pastel:
Una vez más el movimiento de inmigrantes en Estados Unidos le hace la chamba al gobierno mexicano, mientras éste aprovecha la información privilegiada y se adelanta sólo en el discurso... Un sentido y apretado abrazo para la familia Dubón Espinosa (doña Beda, Erbin, Araceli, Rogelio, Aída y Belinda) por el lamentable deceso de don Mario Dubón Serrano.
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