jueves, mayo 15, 2008

Narcoguerra y Mercado (1/2)

La llamada Narcoguerra se nutre de la ley de la oferta y la demanda de bienes y servicios --y de todo lo susceptible de venderse--, que el Gobierno de Facto venera como a un dios, a la que se suma la voracidad de ganancia excesiva, que a su vez genera poder económico y político.


por Fausto Fernández Ponte

I

Desde ciertos estamentos del Gobierno de Facto tiénese por verdad incontrovertible y, por ello, insoslayable y suprema, que la llamada "narcoguerra" es una expresión de las leyes del mercado.

Son las leyes de la oferta y la demanda de bienes y servicios y de todo aquello, tangible o intangible (falacias, supercherías, prejuicios y dogmas, etc.) susceptible de comercio o intermediación mercantil.

A esas leyes centrales --que el Gobierno de Facto venera como a un dios-- súmanse otras, una de las cuales es la de la ganancia excesiva, que a su vez genera poder. Éste suele ser económico y político.

Así, en esa cultura de las leyes del mercado, el dinero no es semidios, sino otro dios, concreto, material, visible y, por tanto, creíble. Se cree en sus poderes milagrosos y en sus potestades infalibles.

No es un dios como el de los cristianos --en el que dicen creer los personeros del Gobierno de Facto y empresarios y hasta jerarcas de la Iglesia misma--. El dinero es un dios ecuménico.

Ese dios --el del dinero-- es principio y fin, causa y efecto. Su adoración obsesionada, fetichista sin duda, se nos muestra como patología. Subvierte todo y crea una cultura antisocial del capital.

II

Por ello, el interés social que debe regir la oferta y la demanda de bienes y servicios y todo lo comerciable --vendible y comprable-- ha desaparecido en la economía mexicana y la de muchos países.

Precísese que la "narcoguerra" tiene dos sentidos:

Uno, el del conflicto entre los propios vendedores y revendedores --es decir, comerciantes-- de estupefacientes y psicotrópicos, cuyo consumo crece dramáticamente en México y Estados Unidos.

Y otro, el de las campañas militares, policiacas y mediáticas del Gobierno de Facto contra los comerciantes ilegales --pero organizados-- de drogas, emblematizados en los cárteles del ramo.

El primer sentido de la "narcoguerra" es estrujante: los sicarios de esas organizaciones --o cárteles--, poderosamente armados, con experiencia militar incluso, libran combates a muerte entre sí.

Son combates violentos; comprenden el espectro de prácticas de terror y aniquilamiento, aplicadas bajo lógicas militares, pues no en vano muchos sicarios son exsoldados mexicanos y guatemaltecos.

El móvil estratégico de esos cárteles es el del control de un mercado que es, por creciente, muy jugoso en dinero líquido por miles de millones de pesos. Incita los apetitos de estos comerciantes.

III

Desde una perspectiva de la cultura empresarial, estos comerciantes de estupefacientes y psicotrópicos no son distintos de, digamos, los Slim, Servitje, Zambrano, Saba, "Maseco" González.

No son distintos tampoco de los de la Coca Cola, Azcárraga, Salinas Pliego, por muy respetables que todos ellos sean y por mucho que gocen de admiración de otros por su impudicia voraz y riquezas.

En esa lista de prominentes empresarios habría que incluir a los banqueros españoles, ingleses, estadounidenses, canadienses y un mexicano dueños verdaderos de México y saqueadores de este país.

Cierto. No son distintos en lo estratégico, aunque sí en lo táctico, en las pujas feroces por control de mercados. Todos buscan dominar y controlar mercados. Buscan monopolizar mercados.

La diferencia central, pues, es la del método utilizado para controlar el mercado. Los cárteles de la droga matan al competidor; los empresarios aquí mencionados matan las empresas de la competencia.

Otra diferencia central entre los mencionados y los de la droga es que el bien que éstos venden es ilegal, por lo que su quehacer es ilícito. En ambos casos la ganancia es fabulosa y por ello inmoral.

Esto nos lleva al segundo sentido de la narcoguerra: las campañas militares del Gobierno de Facto contra los comerciantes de un bien cuyo tráfico es ilícito, no obstante su demanda enorme.

ffponte@gmail. com

Glosario:

Dogmas: fundamento o puntos principales de una doctrina o una religión o una ciencia.

Ecuménico: universal o que se extiende al mundo entero.

Impudicia: descaro o falta de vergüenza o pudor.

Supercherías: superstición o creencias falsas; engaño o fraude que se hace para conseguir algo.


No hay comentarios.: