jueves, julio 31, 2008

Darfur: el plan islámico

Omar al Bashir

JARTUM, 28 de julio (apro).- Solucionar la crisis de la región de Darfur --inmersa en una guerra en la que se enfrentan organizaciones rebeldes contra el gobierno central de Omar al Bashir y los paramilitares Yanyauid, y que ha provocado más de 300 mil muertos y casi 3 millones de desplazados— implica que el gobierno de Omar al Bashir la reconozca como un estado federado dentro de Sudán, con administración regional propia y con cargos en el Parlamento y en el gobierno central.Esa es la propuesta que hace Hassan al Tourabi, dirigente del partido Mutammar al-Watani ash-Shabiyi y uno de los principales líderes políticos de Sudán.Sería “el mismo modelo que se aplicó con el sur” cristiano del país y que en 2005 dio término a la guerra con el norte musulmán, dice Al Tourabi en entrevista con Apro.Sin embargo, se muestra escéptico, pues duda que el gobierno de Al Bashir esté dispuesto a aplicar ese modelo. Pese a que Al Bashir como Al Tourabi son líderes musulmanes, este último califica al régimen del primero como “una dictadura” que –afirma– va en contra del las leyes del Islam.Al Tourabi es uno de los precursores internacionales de la “revolución islámica” y mantiene el sueño de aglutinar a todos los movimientos islámicos del mundo, incluyendo a los “hermanos musulmanes” de Egipto, de Hezbollah (Líbano) y de Hamas (Palestina).Con 76 años de edad, sobre sus espaldas pesan casi 40 años de militancia política, 11 de los cuales los pasó de manera intermitente en prisión. Al Tourabi viste una jelabia de hilo blanco, impecablemente planchada, que hace juego con una tagaia del mismo color que cubre su cabeza. Luce una barba rala, también blanca. Descalzo, recibe al reportero al caer la tarde del pasado jueves 3. Varios de sus jóvenes colaboradores lo acompañan, otros se desplazan por los pasillos de una amplia casa en el barrio de Almnshia, en pleno corazón de Jartum. El dirigente musulmán ofrece té. Habla con el reportero en francés, idioma que aprendió cuando estudió derecho en París. Durante la entrevista, desliza algunas frases irónicas destinadas a la “dictadura laica” de Omar al Bashir, quien gobierna Sudán desde hace 19 años. También esboza su visión de la lucha planetaria contra el terrorismo y pasa revista a la coyuntura electoral en Sudán, que celebrará elecciones presidenciales en 2009.
--¿Qué imagen desearía de su país en el extranjero? “Sudán quiere decir “los negros”, lo que prácticamente engloba a un continente. No hay una nacionalidad que se denomine sudanesa. Tenemos una diversidad de pueblos. La coloración de la piel tiene muchas variaciones a lo largo de un país tan grande, con 37 millones de habitantes. Es difícil manejarlo con una administración centralizada, digitando las finanzas públicas desde el poder central en Jartum, ejercido por una dictadura militar. Es necesaria una federación, como en Estados Unidos, Canadá, Alemania o Suiza. “Aquí el colonialismo británico dejó una tradición de centralismo. Para mantener la unidad hay que descentralizar al gobierno con base en el consentimiento voluntario de la población en cada una de sus regiones. El control centralizado es imposible. El norte (musulmán) trató de imponer una sujeción al sur (cristiano) desde la independencia en 1956, pero no ha sido posible. En 2005 se firmó un acuerdo global de paz y el sur decidirá por referéndum en 2011 si quiere la separación, pero en los hechos ya es independiente, aunque yo preferiría que se quede dentro de la federación. Hoy el gobierno central sólo controla el norte”.
--¿Presentará su candidatura para presidente en las elecciones que están convocadas para el año próximo? “Depende. Tiene que haber un mínimo de justicia y libertad. Las elecciones deben ser libres y justas, abiertas a todos. La dictadura quiere mantener el derecho de arrestar a cualquiera y de distribuir dinero a los partidos que nos dominan. Hoy Sudán es un país con dictadura, con represión, sin prensa libre. No hay igualdad entre los partidos políticos. La televisión y la radio están controladas por el gobierno. Pueden detener a cualquiera, no importa dónde. No hay derecho ni ley. Así no habrá campaña electoral. El financiamiento no debe ser controlado por el partido que gobierna. “Si se organiza una verdadera elección nacional, la dictadura sería expulsada. Va a ocurrir lo mismo que en Kenya, Zimbabwe o Pakistán. Para los europeos o Estados Unidos es mejor tener aquí una dictadura, militar o de la realeza, como en Egipto o Arabia Saudita. En África no hay democracias. No es fácil implantar la democracia en Sudán. Soportamos una dictadura laica y el presidente Al Bashir está ahí desde hace 19 años. Hay que convencerlo de que se vaya. El gobierno ha puesto la exigencia de que para ser candidato hacen falta 15 mil firmas en 15 de los 28 estados que constituyen a Sudán”. Democracia islámica
--¿Cómo define el Islam la democracia?“Según el Islam, para organizar un gobierno democrático no hace falta un dictador. El Islam es la relación directa con Dios. El gobierno debe ser para todos. El Islam dice que debe haber elecciones y luego controlar el cumplimiento de sus funciones. Tiene que haber libertad para todos. Este gobierno de Omar al Bashir ha abandonado el Islam. Está en su contra. “No debe haber dictaduras del Islam. Tiene que haber igualdad, como en el socialismo, pero la dictadura no ofrece lo mismo al sur, o a Darfur, que al norte, que es la región a la que domina. En las otras regiones no hay educación ni salud. Para el Islam la distribución de la riqueza es algo necesario. Debe haber un mínimo para todos. Luego uno puede ser más rico que otro (…)”
--El gobierno dice que la situación del país ha mejorado económicamente y que el nivel de desarrollo aumenta. Alega que la esperanza de prosperidad se incrementa con los recientes descubrimientos petroleros. ¿Qué opina de ese panorama alentador de la situación? “El petróleo no lo descubrió el gobierno, sino un musulmán de origen pakistaní y Anuar Ibrahim, de Malasia, junto con compañías chinas. Pero ese petróleo se encuentra en el sur. Si hay separación de esa región tras el referéndum previsto para 2011, quedará para ellos. Estoy de acuerdo con las inversiones que están llegando, pero que no sean sólo chinas. Hay que diversificar y abrir el país a todo el mundo. “No es cierto que hay desarrollo. Nuestra posición es la de siempre: contra el centralismo de la dictadura, la corrupción y el control de los partidos políticos, por la libertad de prensa, por la unidad de Sudán y por la igualdad entre hombres y mujeres en los partidos políticos, pues hasta ahora los partidos son sólo cosa de hombres. Aquí la prensa es censurada, no hay ningún control de las finanzas públicas y no hay presupuesto (…) La gente es marginada y ve cómo se desarrolla únicamente el centro. Y es por eso que estalló la insurrección en Darfur”.
--La solución que se pactó en enero de 2005 para concluir 21 años de guerra con el sur, cuyo saldo fue de 2 millones de víctimas, definió un gobierno regional autónomo, una vicepresidencia y siete ministros en el gobierno federal para representantes del sur, sobre un total de 26, en el marco de un referéndum de autodeterminación en 2011. ¿Este modelo podría ser aplicable a Darfur?“La población originaria del sur vive toda en su zona, pero la gente de Darfur está diseminada por todo el país. Darfur era un Estado independiente que fue anexado por los ingleses y luego de la independencia en 1956 el trato que se la dado es injusto. No se les otorgaron recursos, como el agua, rutas, educación, salud pública y ferrocarriles. Se les trató como ciudadanos de segunda clase. Con el sur se hizo lo mismo, pero el sur ha ganado el derecho legítimo por la fuerza, ha luchado contra la fuerza militar de la dictadura. Los darfurianos, en el oeste, quieren ahora lo mismo que consiguió el sur, y debería ser igual para los habitantes del este. “El programa de mi partido siempre propuso la soluciones de descentralización, pero dentro de la federación. Sin embargo, con la dictadura es difícil porque ésta quiere controlar a todos, como si fueran sus soldados. La solución para Darfur debe ser parecida a la del sur. Hay similitudes en cantidad de población entre el sur y el oeste, alrededor de 6 millones de personas en cada región. Pero es difícil para la dictadura ceder. Ellos quieren controlar todo y no delegar nada. Hay que usar el mismo modelo que con el sur.“Sin embargo, los darfurianos no plantean separarse de Sudán. Ellos quieren justicia y federación, como debería ser para todas las regiones del país. Y el presidente de la federación debería representar a todos, no debe ser un dictador impuesto por el Ejército que se representa a sí mismo”.
--¿Cuál podría ser el plan de transición para normalizar la situación en Darfur?“No soy favorable a la guerra, pero apoyo la insurrección en Darfur. Nosotros somos un partido político y ellos combatientes que resisten a la fuerza con la fuerza. Me detuvieron unos días el pasado 12 de mayo, cuando uno de los grupos armados de Darfur atacó el distrito de Omdurman, aquí en Jartum. Como no tenían ninguna evidencia, me soltaron. Sin embargo, hay militantes de mi partido aún presos. Torturan de manera generalizada. Las acusaciones son pura propaganda del gobierno.“Para resolver el problema de Darfur hacen falta tres cosas: darles un vicepresidente en el gobierno, como se ha hecho con el sur, y algunos ministerios; reconocer el Estado de Darfur en una federación y otorgarle la posibilidad de un gobierno regional, como se ha hecho con el sur, y finalmente permitirles que obtengan una representación proporcional adecuada en el Parlamento federal”.
--¿Cómo se resuelven las secuelas de la represión, con 300 mil muertos y casi 3 millones de desplazados a causa de las masacres en Darfur?“Hay que ir despacio para resolver esos problemas. Deberán reconstruirse ciudades enteras, otorgar techo y animales para que puedan volver los 3 millones de desplazados. La Unión Europea y Estados Unidos pueden ayudar en la reconstrucción. Y el gobierno central tendrá que pagar. Si se establece un sistema justo, la gente va a olvidar lo que pasó. Ya ocurrió antes con otras dictaduras e incluso con el colonialismo inglés. No hay un hábito de revancha en Sudán”.

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