domingo, marzo 29, 2009

Peter Gabriel a México: Es la hora, depende de ustedes


México, D.F., 28 de marzo (apro).- El músico inglés Peter Gabriel participó en una conferencia de prensa al lado del actor Diego Luna y el rockero mexicano Saúl Hernández para pronunciarse en contra de los feminicidios en Ciudad Juárez, Chihuahua. Una reportera lo quiso desviar del tema y preguntarle por el repertorio de la noche, dijo que no hablaría de arte ahí, sino de las garantías individuales en el país, tópico que trataría por la tarde con “el presidente Calderón”.

Por la noche, el hombre cuya lucha por el cumplimiento de los derechos humanos ha sido equiparada a la de Nelson Mandela, dejó su activismo en segundo plano y ofreció un luminoso concierto de 2 horas con 25 minutos.
Viernes 27 de marzo. Ciudad de México.
*Viaducto, 10:01 pm
Siento coraje. Los revendedores de las mafias que controlan las calles de esta ciudad ofrecen los boletos más baratos que en taquilla. Había pagado 600 y tantos pesos por mi boleto, y no sé cuánto más por comisiones y gastos de envío, aunque lo compré en Mix UP de Avenida Coyoacán. El Foro Sol está a medio llenar. Peter Gabriel no pudo abarrotar un recinto así en México; sí: Radiohead, Shakira, Madona. No me lo explico. ¡Qué más da!
*Foro Sol. Entrada Lateral. 10:08 pm
Ya está tocando la banda escocesa Travis. Una chava, de no más de 16 años canta sus canciones. Viene con un chavo que agarra a besos cada que se deja. Echo un vistazo, estos artistas, de los que vergonzosamente nada conozco, tienen pegue entre los adolescentes. A mi nariz llega el primer tufo de mota. “Saquen”, no falta quien pida al aire, sabiendo que quien la fumó difícilmente se atrevería a ofrecerla con tanto policía por allá y por acá.
*Foro Sol. Área General. 10:18 pm
Una voz cibernética femenina, si se puede llamar así, da la bienvenida a nombre de Peter Gabriel, Peter Gabriel.com, Witness, su organización, y no sé cuántos títulos más. El ambiente nocturno, hasta ese momento libre de estrellas, de repente se ilumina por el escenario, del que salen imágenes alucinantes, psicodélicas, chillantes. No se me ocurren más adjetivos.
*Foro Sol. Área General. 10:40 pm
Gabriel va por su quinta canción. El cantante de 59 años y fundador de la banda de progresivo Genesis había abierto con uno de sus himnos, "The Rhythm Of The Heat". Ha tocado otras rolas que aún no había oído. Sí, un exigente podría llamarme “villamelón”.Me ha fascinado que cada canción la explique en español. Está por introducir a una más. Lee de una hoja que saca de un lado de su teclado: “El amor, puede crecer, pero está escondido, como en un secreto”. Oigo un grito muy ñero que se escucha emitido por alguien cercano: “¡Mamador, vamos a chupar que!”. *Foro Sol. Baños de Hombre. 11:02 pm
Me vienen los estereotipos a la mente. Hacía un mes había ido a ver a Iron Maiden, los “papás del metal”. Ya saben. Puro vestido de negro. También me sé los conciertos de La Maldita, parece ser requisito ir con ropa de cholo y alguna playera de Bob Marley. En el progresivo hay algo curioso: se juntan jovencitas con facciones europeas, rubias, de ojo verde. Para qué el eufemismo: fresas, pues. Aún no encuentro explicación, pero me pasó con Yes, King Crimson, Roger Waters, Jethro Tull…Los baños, limpísimos. Los fans se lavan las manos después de orinar. Es como todo el Foro Sol, como relojitos, puñados y puñados de conserjes recogen basura; por el otro lado, un contingente dos veces mayor ofrece cervezas, coca colas, cigarros cada dos o tres minutos. No exagero.
*Foro Sol. A un lado de un puesto cerveza. ¿11:40? pm
Peter Gabriel ya bailó. Ya mostró cuanta imagen nebulosa pudo. Se desvive para explicar sus canciones en español. También para dar mensajes de amor. Sabe de budismo, de meditación. Invita, sin decirlo con palabras, al amor, al reconocimiento, al pensamiento consciente, al baile. De repente, un helicóptero del gobierno del Distrito Federal rodea el nítido cielo que resguarda el Foro Sol. A “ojo de buen cubero” la mitad de los fans voltea a ver al vehículo aéreo, le chiflan, lo saludan, le mientan la madre. Sí, como niños chiquitos.
*Foro Sol. Área general ¿12:00? pm
Suenan los primeros acordes de Solsbury Hill, mi favorita, la de casi-todos me atrevería a decir. Júbilo general, euforia. Gabriel invita a bailar, a que salgamos del letargo, a estirar las manos y moverlas. Baila junto con el virtuosísimo bajista Tony Levin, leyenda en el progresivo. Gabriel no tiene más que palabras de elogios y agradecimientos para con sus músicos. Cada que termina una canción florea a uno o agradece al otro. En una de esas, me entero, por su propia voz, que “mi mayor orgullo”-- su hija ¿Ángela?, no escuché bien el nombre—es tecladista y vocalista de su propia banda. Es rubia, le calculo unos 23 años.
*Foro Sol. Área general. 12 pasadas, dejémoslo así.
El hombre de cabeza peloncita y ojos azules, muy ingleses, saca una linterna y alumbra hacia el público. Dice al aire: hope the light. Mal traducido: reciban la luz.Ya se echó San Jacinto, Sledgehammer, On The Air, Steam, Intruder, Blood Of Eden, Games Without Frontiers y No Self Control. ¿Falta algo?
*Foro Sol. Área general. 12:43
Suenan las ligeras percusiones de Biko, la canción que compuso Gabriel en honor a la memoria de Steve Biko, líder estudiante que luchó por liberación de Sudáfrica asesinado en 1977. El rockero da una reseña de él, y proyecta imágenes con la vela de Amnistía Internacional en la pantalla gigante lateral. Va terminando Biko, y Gabriel suelta a los mexicanos: “Es la hora, depende de ustedes”. Se apaga la luz.
*Viaducto. Pasa de la una de la madrugada. Quiero conseguir un disco, un dvd, algo de Peter Gabriel para ver de regreso al departamento. No hay ambulantaje, raro, rarísimo, siempre venden todo lo que pueden. Lo asocio a que los boletos estuvieron más baratos en reventa, a que es un músico “para iniciados”, etcétera. Pido un taxi. Exige, mal encarado, 250 pesos pide por llevarme a Avenida Coyoacán -- en el día, ese traslado no costaría más de 50 pesos. Paro un segundo, 150 pesos. Le digo que no. El tercero, 150 pesos. Ya es tarde, hace frío. Decenas de policías estaban ahí. Simplemente registraban con la mirada, sin intervenir, el abuso de los taxistas y los microbuseros.

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