lunes, diciembre 07, 2009

Senadores y diputados, como comparsas de “Lucerito”


Sin duda alguna, el signo más notorio de la decadencia política del sistema mexicano es el rostro telebasura de “nuestros representantes” o mejor dicho de los representantes de la oligarquía, que se hacen pasar por representantes populares, aunque lo de populares se reduzca a encender arbolitos de navidad promovidos por la muy “nutritiva y saludable” Coca-Cola.

El sábado la telecracia hacía gala de su gran poder político y mostraba públicamente el control que sostiene sobre las dos cámaras legislativas, al exhibir a un grupo de senadores y de diputados de todos los partidos en un denigrante juego (por cierto mala copia de otras televisiones del continente), en el cual el conductor se hace pasar por el cliché de un chofer de ruta de transporte público, mientras los legisladores intentan dar las respuestas “más comunes de los mexicanos”, a una serie de huevadas sin sentido, pero eso sí a nombre de los niños que el Teletón exhibe como otra de sus mercancías. ¿Por qué los legisladores del PT o Convergencia? De los otros, PRI Y PAN, no hay nada que decir. ¿Por qué los legisladores del PT y de Convergencia, en vez de sumarse al fraude del chantaje Teletón, no buscan la forma de que Televisa rinda cuentas y pague los impuestos correspondientes a sus anuales ganancias patrimoniales? Lo que haría posible, para el país, la apertura de centros de salud donde realmente se requieren, escuelas públicas dignas, centros de investigación, entre otras cosas, sin necesidad de chantajear o utilizar las carencias físicas de nadie, para seguir robándole, a los que menos tienen. Pero nada que decir. Ahí estaba Dante Delgado, de la mano de Beatriz Paredes, como lo que son: los bufones de Televisa, tratando de ganar los votos (igualmente innecesarios donde los que nos gobiernan son impuestos por los empresarios chatarra FOBAPROA y no por la voluntad popular). Dejando ver, el verdadero rostro de “nuestros representantes”, tan ocupados de llevarla bien con los poderes de facto. Legisladores que se prestan a ser monitos de feria, en lugar de ocuparse de un país que presenta un rezago educativo terrible, los niveles más elevados de pobreza del continente, nulo crecimiento económico, una violencia que supera incluso a la de países como Irak (bajo ocupación militar) y donde, al parecer, la esclavitud es una de las tantas formas de flexibilidad laboral promovidas y aceptadas por el mercado “libre” de la “democracia”. Qué pueden ofrecer en momentos cómo los que hoy vive el agraviado México, una pandilla de representantes populares convertidos en las comparsas de “Lucerito”. En lugar de buscar ser servidores públicos. A los que se les paga excesiva e inmoralmente bien. Los que tendrían que estar debatiendo rumbos posibles y marcando las pautas de gobernabilidad, ante la ingobernabilidad del usurpador en turno, otro de los muchachos Teletón que nos han conducido a ser un país, donde las normas son impuestas por la decadente moral de la telecracia, verdadero poder, en un país educado por Chespirito y donde la ambición nada tiene que ver con el bienestar social, sino con mantener contentos a los empresarios basura de la televisión chatarra, para que no destruyan las aspiraciones metrosexuales de los “nuevos políticos” al servicio exclusivo de los concesionarios de las, alguna vez, “públicas” señales radioeléctricas...

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