domingo, febrero 07, 2010

Los expedientes del Bar Bar

Estacionó su Mercedes Benz frente a la entrada del Bar Bar. Bajó acompañado de una mujer rubia. En el acceso al establecimiento, el encargado de revisar a los clientes pasó sus manos entre sus ropas. Al llegar a la cintura, detectó algo duro y cuadrado, al parecer un arma de fuego.

“No hagas pedo”, le dijo Alger Falcón, “es para mi protección”. Y entró al bar.
Alger Falcón y Aarón “N” son los dos hombres más buscados por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), después de José Jorge Balderas Garza, “El JJ”, y “El Paco”, identificados como agresores del futbolista Salvador Cabañas.
Los también clientes asiduos del Bar Bar estuvieron bebiendo whisky Buchanans en la mesa 7, donde se encontraban “El JJ” y su escolta “El Paco” o “El Contador”, la madrugada del lunes 25 de enero.
Reporte Índigo tiene en su poder la averiguación previa FAO/AO-4/T1/00147/10/01, que contiene las declaraciones de empleados y clientes que estaban en el Bar Bar la noche en que Salvador Cabañas recibió un balazo en la cabeza mientras se encontraba en el baño de hombres.
El documento detalla la identidad de otros dos hombres que acompañaron a “El JJ” en su mesa. Entre ellos, Alger Falcón, asiduo cliente del antro, quien presuntamente operó la discoteca La Boom, en la zona de Toreo del Distrito Federal, en los años 90.
Alger Falcón entró con un arma de fuego al Bar Bar, irregularidad que detectó el vigilante del lugar Edgar López Luna. Pero esta falta fue solapada por Carlos Fernando Cázares Ocaña, “El Charly”, gerente del lugar, quien ordenó a su subalterno: “Ya pásalo”.
Las versiones contenidas en el expediente dan cuenta del cúmulo de irregularidades que ocurrieron en la discoteca antes, durante y después del ataque al futbolista paraguayo.
Por ejemplo, que se permitiera el ingreso de un hombre armado y que, una vez ocurrida la agresión contra el delantero del América, se limpiara el baño con agua mineral, cloro y aromatizante.
Y aún más: que se propusiera a la esposa del futbolista que declarara que los hechos habían ocurrido en la calle, que le negaran el acceso al baño donde estaba su esposo, que se ocultara el casquillo en una servilleta y que los empleados del antro dejaran escapar al agresor.
Todo con un fin: proteger el Bar Bar y, sobre todo, a sus dueños.
Los subgerentes del antro, Farid Dib Cabrera y Jorge Pinto, lanzaron de viva voz una orden al resto de los empleados del lugar: “Que dijeran que no sabían nada, que no comentaran nada”.
‘Charly’ y el hombre armado
“Limpien todo el pinche baño, hagan en chinga el corte y vámonos”.
Esa fue la instrucción que dio Carlos Fernando Cázares, gerente del Bar Bar, antes de que Salvador Cabañas fuera subido a una ambulancia para ser trasladado al hospital.






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