domingo, junio 06, 2010

Calderón y Aguirre: la mancuerna mediática

El uso político del futbol se está llevando al extremo en México. Montado en los quehaceres de la selección mexicana, Felipe Calderón ataca con sus arengas de unidad envueltas en el discurso deportivo, mientras que Javier Aguirre, el técnico del equipo tricolor, se ha convertido –alejado ya de sus convicciones izquierdistas– en punta de lanza del mandatario. En el mayor de los excesos, Aguirre comparó al presidente mexicano con Nelson Mandela. Por si fuera poco, se paró al pie del Ángel de la Independencia y, con un lenguaje mimetizado del oficial, nos recetó una perorata con resabios de informe de gobierno.

..........el ariete oficial


El presidente Felipe Calderón se presenta como un devoto del futbol. Frecuentemente ataviado con la camiseta verde, al menor pretexto se deja ver con la selección mexicana que participará en el mundial de Sudáfrica. Con sigilo, su gobierno se aprovecha políticamente del equipo tricolor y de su director técnico, Javier Aguirre, antes de que se mueva el balón en Johannesburgo.

Sin saberlo, los jugadores y Aguirre han servido al gobierno: primero como señuelo para desaparecer a Luz y Fuerza del Centro (LFC), luego como estandartes para llamar a la unidad nacional en la guerra contra el narcotráfico, como comodines de una campaña publicitaria de programas oficiales y, por último, como arietes en los festejos patrios de 2010.

En 1995 Nelson Mandela se apoyó en la selección sudafricana de rugby para transmitir un mensaje de reconciliación tras la caída del apartheid. Este ícono universal, que estuvo 27 años de prisión, arrasó en las elecciones para convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica.

En 2010, guardada toda proporción, Calderón ha usado a la selección de futbol para llamar a la unidad en la guerra contra el narco, que ha dejado 22 mil 700 muertos, entre ellos víctimas inocentes. El segundo de los mandatarios panistas llegó a Los Pinos con una diferencia de votos de 0.56% sobre una izquierda que lo acusa de haberse encumbrado mediante un fraude.

A pesar de las evidentes diferencias que hay entre Calderón y Mandela, según Aguirre ha sido igual de alentador para sus jugadores sentir el apoyo del panista que para los sudafricanos era escuchar a su presidente.

El pasado 7 de mayo, tras un juego contra Ecuador disputado en Nueva Jersey, Aguirre dijo que para sus futbolistas tuvo el mismo efecto de bienestar haber comido con Calderón y su esposa, Margarita Zavala, en Los Pinos, que para la selección sudafricana de rugby haber sido apoyada por Mandela en la Copa Mundial de 1995.

“Sudáfrica apela mucho a eso, a su presidente, como en la película Invictus. Nosotros también estamos cubiertos en ese aspecto. Imagínate lo que es para los chavos compartir con la familia del presidente. A mí me ha tocado convivir con cinco presidentes distintos y siempre nuestras señoras y nuestros hijos lo ven por televisión, pero ahora fue muy emotivo. Una muy buen idea de la primera dama y del presidente invitarnos”, dijo.

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Los discursos motivacionales de Calderón dirigidos a los jugadores para que “lleguen lo más alto posible” se resquebrajan a contraluz de la realidad: el estudio The World Cup and Economics 2010 concluye que México no llegará al anhelado quinto partido de la Copa del Mundo.

De acuerdo con el estudio publicado por Goldman Sachs, el favorito para ganar el mundial es Brasil con 13.6% de posibilidades, seguido por España con 10.46%. México está en el lugar 11 con 2.40%. Goldman Sachs basa su modelo probabilístico en la clasificación de la FIFA, en estimaciones de las casas de apuesta y en las condiciones económicas de cada país.

En medio de la guerra contra el narcotráfico y tratando de sortear la crisis financiera internacional, Calderón lanzó una campaña para fortalecer la imagen de su gobierno. El 8 de enero de 2010, durante una comida en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), pidió al cuerpo diplomático hablar bien de México. Molesto, el mandatario expuso que nunca había escuchado a un brasileño hablar mal de Brasil.

Pero no sólo los diplomáticos se pusieron esa camiseta. El sábado 15 de mayo, durante el abanderamiento de la selección nacional, el presidente de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), Justino Compeán, dijo: “Por eso hemos tenido la mejor preparación para corresponder a lo que usted nos ha pedido: que hablemos bien de México, y la Federación Mexicana de Futbol cumple”.

Un día antes de la ceremonia de abanderamiento en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), Compeán informó que en Johannesburgo y las sedes donde jugará México, se instalarán paneles con el nombre “Probadita de México” –hasta mariachis habrá– a fin de seguir las instrucciones presidenciales: “Hablar bien del país”.

Y Y Y

El 14 de enero de 2009 el equipo Toluca visitó la residencia oficial de Los Pinos tras coronarse campeón del Torneo Apertura 2008. Ese día, los colaboradores del mandatario tomaron nota cuando escucharon a su jefe expresar que el futbol es un deporte que une, que apasiona y entusiasma.

“Mientras nos mantengamos jugando en equipo, mientras prevalezca la cooperación por encima de cualquier otro interés, estoy seguro de que cualquier reto que se presente a nuestra gran nación será superado”, afirmó Calderón en un discurso improvisado, enfundado en la camiseta de los Diablos Rojos.

Cinco meses después, el 3 de junio, Calderón interrumpió un entrenamiento de la selección nacional unas horas antes de que el equipo visitara a El Salvador para jugar un partido crucial en las aspiraciones mundialistas de México.

La visita fue anunciada un día antes. Era el primer juego de Aguirre en su retorno como técnico del equipo nacional. La calificación estaba en riesgo. El helicóptero con Calderón a bordo aterrizó en el CAR. Acompañado de Margarita Zavala y de su hijo, Luis Felipe, el mandatario charló con los jugadores y luego observó el entrenamiento.

En los costados del campo fueron colocados anuncios del programa Vive México, el mismo que Aguirre promovió en una conferencia de prensa después de la emergencia sanitaria por el virus A H1N1. “Viajen cabrones”, les dijo a los reporteros. “Lo de Vive México no es una tontería, entendamos el compromiso social de ser futbolistas, la repercusión de las palabras, hay que tener un comportamiento ad hoc”, agregó el entrenador, que usaba una gorra verde con la leyenda “Vive México”.

Las fotografías de Calderón con una chamarra de la selección aparecieron al día siguiente en los diarios. La noche del sábado 6 de junio México perdió 1-2 contra El Salvador.

El 10 de octubre de 2009 en el estadio Azteca tuvo lugar el juego de vuelta. En esos cuatro meses México había cosechado buenos resultados y estaba a un triunfo de conseguir su boleto al mundial. Lo lógico sucedió: los salvadoreños sucumbieron 4-1.

En el palco de honor, Margarita Zavala festejó los goles con sus hijos pero sin su esposo. Algo debió pasar esa tarde para que el mandatario no estuviera en el Azteca. Calderón no había faltado a ningún juego de México como local. En Los Pinos, mientras la gente festejaba en las calles, el mandatario grabó el mensaje en el que anunció la liquidación de LFC. Coincidencia o no, un anuncio prioritario del gobierno se engarzó al festejo de la calificación al mundial de la selección mexicana.

Vino entonces un largo periodo en el que aparentemente se cortó el vínculo entre el equipo mexicano y Calderón, hasta el pasado 27 de abril cuando el mandatario apareció otra vez en el CAR.

La Presidencia no incluyó esa visita en la agenda oficial. Ese día Calderón asistió más tarde a la toma de protesta de la Mesa Directiva Nacional 2010-2011 de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación. Al retirarse, le preguntaron cómo había visto a la selección, a lo que respondió: “Bien y muy fuerte”.

En ese último encuentro privado, Calderón invitó a los seleccionados a comer en Los Pinos el sábado 1 de mayo. Los jugadores fueron recibidos por el mandatario y su esposa. La coordinación de logística y la sección del Estado Mayor Presidencial encargada del protocolo montaron mesas sobre uno de los jardines de Los Pinos e instalaron un “brincolín” para los hijos de los seleccionados.

En la mesa principal estuvieron Calderón con su esposa; Javier Aguirre con su consorte, Silvia Carrión, además de los capitanes Cuauhtémoc Blanco, quien fue acompañado de su pareja, la actriz Rossana Nájera, y Gerardo Torrado, también con su esposa.

No hubo vino de mesa ni tequila, la bebida predilecta de Calderón. Los seleccionados comieron un bufete que acompañaron con aguas de sabores. Al final hubo una foto oficial, que apareció en la mayoría de los diarios capitalinos.

Calderón pronunció un discurso de tres o cuatro minutos para apoyar a los jugadores y expresar toda su confianza en el entrenador Aguirre. “Le deseo mucha suerte y quedo a las órdenes de las familias, de las viudas del futbol”, bromeó Calderón.

Los jugadores se rieron; sin embargo, estaban cansados por el entrenamiento matutino y la mayoría de ellos miraba impaciente el reloj, ya que a las 17:00 horas se iniciaba el juego de liguilla del torneo local entre Monterrey y Pachuca.

Antes de retirarse, Calderón comentó que el futbol anima a la gente y fortalece al país. Los jugadores, sus esposas y niños salieron de Los Pinos con banderitas mexicanas obsequiadas por la familia Calderón Zavala. Faltaban 40 días para la inauguración del Mundial de Sudáfrica.

Y así, mientras el gobierno calderonista se afanaba en minimizar los “daños colaterales” que va dejando la guerra contra el narcotráfico, la Selección Mexicana de Futbol partió a una gira de preparación por Estados Unidos, donde enfrentaron a Ecuador (0-0), Senegal (1-0) y Angola (1-0). La raquítica cosecha de goles se repitió en el partido de despedida en el Azteca ante Chile, cuando el marcador fue nuevamente de 1-0 a favor de México.

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La liga entre la selección y el gobierno federal se mantenía intacta. Calderón se montaba en el mundial de Sudáfrica. Antes de que los seleccionados regresaran de su gira por Estados Unidos, se sometió a votación popular si Calderón debía o no asistir a la inauguración de la Copa de Mundo.

La noche del 2 de mayo la Presidencia colocó en su portal en internet una encuesta con preguntas inducidas sobre la tradición diplomática de que los mandatarios de los equipos que juegan el primer partido asistan al estadio. La encuesta fue colocada en la parte superior del portal mientras que abajo permanecieron intactas las noticias sobre actividades del mandatario, los vínculos con programas oficiales, los videos sobre giras y fotos de recorridos oficiales.

Antes que las propuestas de reformas estructurales, como la política, la energética, la de seguridad nacional, la de combate a los monopolios y, recientemente, la laboral, el gobierno decidió que el futbol fuera el primer tema que se sometiera a consulta pública.

Desde el sexenio pasado y hasta hoy en las encuestas mandadas a hacer con empresas privadas, el tema de futbol ha sido utilizado para medir el ánimo de la gente cuando se van a tomar decisiones importantes.

Esta información se guarda con sigilo. Los resultados están clasificados como confidenciales. Pero en esta ocasión, desde la Presidencia se dio un viraje a esa política.

El cuestionario fue de ocho preguntas. Entre ellas: ¿hasta dónde llegará la selección en Sudáfrica?, ¿hasta dónde ha llegado en otros mundiales?, y ¿qué resultado tendrá México en el partido inaugural?

Tras las preguntas introductorias, la Presidencia dirige al aficionado hacia la figura del primer mandatario: “¿Usted cree que el presidente Calderón sí debe ir al partido inaugural o no?”, en virtud de que fue “invitado personalmente” por su par sudafricano, Jacob Zuma, y de que “la mayoría de los presidentes de los países que juegan el partido inaugural del mundial asisten al estadio”.

Para medir el éxito de la cercanía de Calderón con los jugadores, la Presidencia cuestionó: “¿Usted cree que la presencia del presidente Calderón en el partido inaugural del mundial será un apoyo moral para la selección nacional o no?”

La Presidencia difundió al día siguiente los resultados. La mayoría de la gente, entre 59% y 63%, estuvo de acuerdo en que Calderón asista. Los votos en contra fluctuaron entre 37% y 41% de los 2 mil 556 participantes.

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El sábado 15 de mayo Calderón abanderó a la selección antes de salir de gira de trabajo por España y Estados Unidos. Durante la ceremonia organizada en el CAR, el mandatario elevó al rango de embajadores a los 23 jugadores: “Como embajadores de México, que hoy los nombro y pido que lo sean, lleven en su sangre, en su fuerza, en su espíritu, en cada jugada que disputen, lo que México es hoy y lo que será”.

En un afán por exaltar el nacionalismo, Calderón utilizó con los deportistas el mismo discurso con el que se dirigió antes a funcionarios y miembros de las Fuerzas Armadas el Día de la Bandera. De traje oscuro, el mandatario explicó el significado de los símbolos patrios y pidió a los futbolistas sentirse orgullosos de portar el escudo nacional.

El escudo nacional –detalló– tiene un significado para quienes en algún momento tenemos que pelear por el país, en cualquiera de los terrenos que la nación nos haya reclamado, sea en el deporte, sea en la vida pública o en el servicio a los demás.

Aun cuando la selección calificó de panzazo al hexagonal final de la Concacaf y echó mano de cuatro entrenadores, Calderón se descosió en elogios.

“México es un pueblo guerrero, somos un pueblo luchador, sé que ustedes sabrán llevar ese espíritu de superación al terreno de juego, sé que sabrán mostrar en la cancha no sólo nuestro anhelo de triunfo, sino lo mucho de lo que son capaces y lo mucho que se han preparado.”

El capitán, Gerardo Torrado, remató su intervención con una invitación a Calderón: “Ojalá nos pueda acompañar al juego inaugural. Sé que usted tiene muchas actividades, pero ojalá pueda estar con nosotros para brindarnos al máximo”. Calderón, complacido, movió la cabeza de un lado a otro como diciendo que no.

El pasado domingo 30 de mayo el Presidente encabezó la exhumación de los restos de 12 caudillos de la Independencia de México para llevarlos del Ángel de la Independencia al Castillo de Chapultepec. Los huesos de los Héroes de la Patria serán sometidos a un análisis para conocer las enfermedades que padecieron, su complexión, así como las circunstancias en que murieron.

A las 21:00 horas de ese mismo día, las televisoras interrumpieron su programación para trasmitir un mensaje de Javier Aguirre. Con el Ángel de la Independencia como fondo, llamó a pasar “del México del sí se puede al México del ya se pudo”.

Sintonizado en el mismo lenguaje utilizado por Calderón en los discursos con motivo de los festejos por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, el entrenador de la selección nacional dijo que cada 100 años México se propone hacer algo nuevo y lo logra.

“Es 2010 y parece imposible ser el gran país seguro, justo y próspero que todos deseamos. Pero nuevamente es el momento de actuar”, enfatizó.

En el juego del gobierno, Calderón se transformó en el director técnico y Javier Aguirre, en su ariete. u

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