sábado, agosto 07, 2010

Porque Fidel mira hacia adelante puede señalar caminos

Rómulo Pardo

El político común analiza lo presente, la coyuntura visible. Es una ceguera grave, el futuro no se parecerá al mundo conocido y con toda seguridad será trágico.

En su última Reflexión, El origen de las guerras, Fidel Castro, utilizando juicios de Rick Rozoff, muestra que la agresión militar será un instrumento permanente del imperio y sus socios, que las guerras capitalistas contra Irán y Corea del Norte son nada más que un hoy.

Estados Unidos ha proclamado que no permitirá a ningún país igualar su fuerza de guerra. Tiene un presupuesto militar superior al de todos los países del planeta juntos. Es la primera fuerza en tierra, aire, mar y espacio. Posee más de 3.700 ojivas nucleares. Casi en cada punto del planeta se encuentran sus bases, portaaviones, bombarderos estratégicos. Para disponer de una alternativa al ataque atómico desarrolla un programa de misiles y bombarderos con armas convencionales capaces de asegurarle un golpe demoledor que impida defenderse y responder. Prepara medios de guerra espacial y cibernética con el objetivo de paralizar los sistemas enemigos. Instala un escudo global de misiles para destruir lanzamientos adversarios.

En consecuencia existe un programa militar ofensivo del imperio y sus socios; secreto pero imposible de no ver. “Todas las respuestas ya están programadas...”, expresó Fidel ante los embajadores cubanos.

El objetivo de esta política norteamericana y de sus aliados de la OTAN es la dominación mundial. Fidel cita a Rozoff, “…convertir a Washington en un dictador global de la era moderna”, y agrega la “dictadura total del imperio”. El poder para someter a los pueblos y apoderarse de los recursos materiales de la Tierra.

Castro fue el primer gobernante en advertir que la especie humana está en peligro de desaparecer. El sistema capitalista provoca el calentamiento global, agota los recursos finitos, contamina el medio ambiente, tala los bosques por falta de tierras de cultivo, depreda la vida marina, destruye la biodiversidad, crea escasez de agua, agota los recursos energéticos fósiles…

El crecimiento económico ilimitado que necesita el sistema es imposible, el planeta es finito. Esta civilización inevitablemente colapsa. Fidel invita a pensar en cómo impulsar una nueva civilización que no repita los errores cometidos actualmente.

Las armas del imperio son su medio para construir la civilización siguiente, un poscapitalismo corporativo fascista que se apodera de las riquezas naturales residuales agrediendo a los pueblos en desarrollo. Su forma de adaptarse a una era de decrecimiento. Estados Unidos y sus asociados europeos tienen la experiencia histórica de haber explotado antes y ahora todos los continentes.

La tarea de la humanidad pobre amenazada es encontrar la forma de vencer esa máquina asesina que ya lanzó dos bombas nucleares sobre ciudades civiles. Sobre ella pende la servidumbre o el exterminio directo o indirecto.

La lucha armada es una de las vías. Fidel habla de la resistencia al yugo y la capacidad de combatir de los pueblos, no duda que Irán no se rendirá, afirma que los gobiernos occidentales no pueden abandonar ni quedarse en el Afganistán que les combate, Cuba se prepara militarmente. Hay que meditar cómo hacerla, lo que él piensa no puede publicarlo.

Otra dirección suya es la lucha ideológica mundial, capaz incluso de lograr, dice, que el pueblo norteamericano detenga a los poderes fascistas.

La creatividad política popular tiene que descubrir todas las formas para enfrentar victoriosamente una lluvia de misiles asoladora.

La meta final de la población postergada debe ser una civilización sostenible, solidaria, socialista. La crisis del capitalismo será la realidad que haga tomar conciencia a la mayoría. Hay que trabajar desde ya, explicar, convencer, preparar la estrategia para derrotar una fuerza nunca vista antes.

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