El gobierno de Felipe Calderón ha gastado más de 15.5 millones de dólares –unos 189 millones de pesos– en “actividades de representación” de las embajadas y consulados de México en el extranjero. A pesar de la millonaria erogación, el deterioro de la imagen del país parece imparable. La Secretaría de Relaciones Exteriores no ha conseguido que gobiernos de varias naciones dejen de emitir alertas para que sus ciudadanos no viajen al país. Los índices de visitas internacionales se encuentran en su peor nivel. Con dinero no se resolverá el problema, sino con trabajo diplomático profesional, advierte especialista
Las “actividades de representación” de las embajadas, consulados, oficinas de enlace y secciones consulares de México en el extranjero, destinadas a la promoción de la imagen exterior del país, han costado al erario más de 15.5 millones de dólares tan sólo en los últimos cuatro años.
No obstante el desembolso –equivalente a 189 millones 544 mil 546 pesos al tipo de cambio actual–, la imagen del país se sigue deteriorando: los índices de visitantes internacionales continúan a la baja y los gobiernos extranjeros mantienen sus alertas para que sus ciudadanos se abstengan de viajar al país.
La causa es, principalmente, la violencia que se registra en México, “aunque la situación de los migrantes centroamericanos y la dependencia económica también han afectado”, considera el diputado perredista José Luis Jaime Correa, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores en la Cámara de Diputados.
La preocupación del gobierno federal por la imagen que de México se tiene en el exterior se manifestó en enero pasado –en la 22 Reunión de Embajadores y Cónsules de México– cuando la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Patricia Espinosa Cantellano, pidió a los 146 embajadores y cónsules mexicanos una “más vigorosa labor de difusión y comunicación” para que “prevalezca la idea de que México es mucho más grande que los retos que le impone la coyuntura”.
De acuerdo con información entregada a Contralínea por la Unidad de Enlace de la SRE –a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubenamental–, esa labor costó al erario 15 millones 677 mil 795 dólares, desde el comienzo de la gestión calderonista y hasta octubre de 2010.
Aunque en su respuesta a la solicitud de información 0000500147910, la SRE informa que las Representaciones de México en el Exterior (RME) no realizan gastos de comunicación, señala que dentro del presupuesto que se les asigna existe una partida para “gastos de orden social”. Ésta contempla las acciones “orientadas a promover la imagen de México en el extranjero, el intercambio cultural y comercial del país y a las funciones de representación del Estado mexicano llevadas a cabo por los titulares de dichas representaciones”.
Los costos de la imagen
El Manual de políticas y normas presupuestarias para las representaciones de México en el exterior de la SRE señala que los “gastos de orden social” se refieren a las erogaciones hechas para la celebración de actos conmemorativos y otros “de orden social”, como la realización de desfiles, ceremonias patrióticas y oficiales, adquisición de ofrendas florales y luctuosas, “entre otros gastos inherentes a las actividades de representación llevadas a cabo por el Titular (sic)”.
También contemplan los gastos que deriven de la invitación de funcionarios de los gobiernos receptores, personalidades locales, diplomáticos de otros países y “personas de importancia” en las actividades diplomáticas y sociales de los representantes de México en el exterior.
Estas acciones destinadas a “promover la imagen de México en el extranjero” supusieron un desembolso de más de 189 millones de pesos en las 73 embajadas, 68 consulados, tres oficinas de enlace y las secciones consulares de México en Gran Bretaña y Washington, de acuerdo con la información proporcionada por la SRE.
La representación que ejerció el mayor monto fue la embajada de Estados Unidos, con 664 mil 116 dólares, que equivalen a 8 millones 29 mil 164 pesos actuales. Se trata de la entidad en el extranjero que también recibe el mayor presupuesto de todas las RME, que en cuatro años ha sumado 27 millones 168 mil 139 dólares (328 millones 462 mil 802 pesos).
A las erogaciones de la embajada de México en Estados Unidos, se suman los gastos de los 50 consulados con los que México cuenta en ese país, que ascendieron a 3 millones 715 mil 841 dólares (44 millones 924 mil 519 pesos); así como los realizados por la oficina consular en Washington, que desembolsó 57 mil 513 dólares (695 mil 337 pesos).
La embajada mexicana en Bélgica, que también representa la Misión ante la Unión Europea, ha destinado 343 mil 961 dólares (4 millones 158 mil 492 pesos) para el mismo concepto, mientras que la representación mexicana en Francia ha gastado 286 mil 959 dólares (3 millones 469 mil 336 pesos); en Japón, 268 mil 956 dólares (3 millones 251 mil 678 pesos), y en Italia, 266 mil 249 dólares (3 millones 218 mil 955 pesos).
Los “gastos de orden social” presentaron un notable aumento de 2007 a 2008 en las embajadas mexicanas en Austria, República Checa, Polonia y la República Popular de China, al incrementarse cerca de 10 mil dólares en el caso de la embajada en República Checa y alrededor de 20 mil dólares en las embajadas en China y Polonia.
En 2008, año en que la embajada mexicana en China recibió su mayor presupuesto para “gastos de orden social” en lo que va del sexenio, se llevaron a cabo los Juegos Olímpicos en el país asiático.
Ese mismo año, Austria fue sede del Campeonato Europeo de Futbol, mejor conocido como Eurocopa. Para entonces, la embajada mexicana en la nación europea había duplicado el presupuesto ejercido un año antes (33 mil 115 dólares) en actividades “de orden social”.
Para conocer las actividades a las que se han destinado los recursos entregados como “gastos de orden social”, así como la manera en que éstas inciden en el desempeño del trabajo diplomático, Contralínea solicitó entrevista con la SRE, a través de Javier Ortiz, subdirector de Información de la dependencia. Al cierre de esta edición, no se había tenido respuesta.
Gastos y trabajo diplomático
El diputado panista Arturo Guillén Medina, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores, expresa que todos los gastos en que incurre el cuerpo diplomático mexicano “son importantes [porque] tienen un fin, que es fortalecer las relaciones de México con el resto de las naciones”.
El legislador recuerda que antes de ser aprobado, todo el gasto público se discute en la Cámara de Diputados, por lo que los recursos que se entregan a embajadas y consulados, al igual que a cualquier dependencia pública, deben tener un objetivo y estar justificados.
Para el fundador y exdirector del Centro de Estudios Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Edmundo Hernández-Vela Salgado, los gastos de promoción y representación de los diplomáticos mexicanos deben estar en función de los resultados y los beneficios que dejan para el país, tanto en términos económicos como en el respeto y reconocimiento que México obtenga en el ámbito internacional.
Hernández-Vela Salgado considera que las RME deben tener un presupuesto “digno”, que les sea suficiente para desarrollar una política exterior de Estado. Sin embargo, critica que, en la actualidad, ésta prácticamente no existe.
El titular del Seminario de Política Internacional de la FCPS considera que la política exterior que dio al país “tanto brío y respeto” se mantiene ahora por “inercia”, gracias al trabajo de algunos funcionarios de la SRE, mas no por las directrices que ha establecido el gobierno federal, que más bien han limitado el trabajo diplomático.
El diputado Jaime Correa respalda el que existan gastos para promoción y representación en las RME –que se entregan de manera adicional a los presupuestos anuales de las embajadas y consulados–, pues “se justifican en la medida en que son las representaciones de México en el exterior; no se trata de que vivan sin recursos”.
Jaime Correa coincide en que los gastos de las RME deben vincularse con el desempeño de las labores diplomáticas, por lo que reconoce que deben revisarse cuáles se justifican por ser propios de la diplomacia mexicana, como traslados, alimentos y sueldos, y qué otros resultan “privilegios o lujos”.
A decir del legislador, los gastos de las Representaciones de México en el Exterior es un tema pendiente de discusión con la canciller Espinosa Cantellano para este año, dados los señalamientos que se han hecho respecto de lo onerosa que resulta la diplomacia mexicana.
Exhortos al vacío
El exhorto hecho por Espinosa Cantellano a embajadores y cónsules a principios de año es para el diputado Jaime Correa un “pleonasmo diplomático”, pues considera que no es necesario conminarlos a hacer algo que es su función.
Hernández-Vela Salgado, quien actualmente se desempeña como profesor en la FCPS, señala que si bien la difusión de la imagen de México es una obligación del cuerpo diplomático, ésta no se refiere a una promoción turística o económica, sino a procurar la participación del país en la vida internacional y como interlocutor frente a los organismos internacionales en la defensa de asuntos de interés para la región.
El doctor en ciencia política por el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales y la Universidad de Ginebra apunta que la imagen de un país se proyecta no únicamente mediante las acciones de los diplomáticos, sino que en la percepción internacional también influye la información que difunden los medios de comunicación internacionales y los diplomáticos extranjeros apostados en México.
“Entonces son exhortos un tanto al vacío, porque esa información no depende tanto de los mexicanos, sino de la perspectiva que tienen los extranjeros en relación con México”, expresa Hernández-Vela Salgado.
Hasta el 11 de febrero pasado, seguía vigente una alerta publicada a principios de año por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido en la que se advierte a los ciudadanos británicos de los peligros de viajar a México por la violencia y la delincuencia que persisten en el país.
La cancillería británica detalla en su alerta la situación que prevalece en cada estado de la República. Se lee, por ejemplo, que durante el primer semestre de 2010, en Baja California se registraron 470 muertes relacionadas con las drogas, 60 por ciento más que el año anterior, y que en la ciudad de Tijuana habían ocurrido tiroteos en sitios públicos y a plena luz del día.
También se refiere que entre el 8 y 9 de enero de este año, en Acapulco, 26 personas fueron asesinadas, 15 de las cuales eran hombres jóvenes cuyos cuerpos decapitados fueron arrojados fuera de un centro comercial, lejos de la zona turística.
La alerta menciona que la actividad criminal y los hechos violentos relacionados con las drogas han aumentado en los estados norteños de Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, y pone énfasis en advertir del riesgo de viajar a Ciudad Juárez, donde 6 mil 437 personas han muerto desde diciembre de 2006, incluyendo turistas extranjeros y vecinos de la zona.
El gobierno de Canadá también mantiene vigente una alerta de viaje en la que sugiere a sus ciudadanos tener un alto grado de precaución debido al deterioro de la seguridad en varias partes del país.
El portal de noticias CNN México informó, el 9 de febrero pasado, que los gobiernos de Alemania, España y Francia también han recomendado a sus ciudadanos ser precavidos en caso de viajar a México, especialmente a los estados del Norte del país.
De acuerdo con la nota de Belén Zapata, en el caso de Francia las recomendaciones se hacen con base en información de sus cónsules, de los medios locales y de la proporcionada por franceses residentes en México o ciudadanos mexicanos.
Además, refiere que, en el último año, Estados Unidos ha emitido 14 alertas de viaje para Baja California, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Jalisco, Nayarit, Colima, Michoacán y Guerrero.
A esas alertas se suman las dos emitidas por el consulado estadunidense en Guadalajara y las ocho provenientes del consulado de Estados Unidos en Monterrey en el último año.
Apenas iniciado febrero, en dichos consulados circularon sendas advertencias que fueron desestimadas por la canciller Espinosa Cantellano, quien señaló que éstas “no afectan la imagen del país frente a los estadunidenses”, de acuerdo con la nota de Emir Olivares Alonso, publicada el 5 de febrero en el periódico La Jornada.
No obstante, datos del Banco de México muestran que para finales del año pasado, el número de turistas internacionales se redujo en 6 millones 288 mil 440 en comparación con el año anterior. A esa cifra se suman los 11 millones de visitantes extranjeros que México había perdido desde inicios del sexenio y hasta diciembre de 2009.
El pasado 8 de febrero, el secretario de Turismo del Distrito Federal, Antonio Rojas, refirió que, de acuerdo con datos de la Organización Mundial del Turismo, las visitas internacionales a México han caído a la mitad en los últimos 10 años, lo que ha traído aparejada la pérdida de 50 mil millones de dólares.
Además, señaló que, a nivel nacional, la baja del turismo ha sido de 63 por ciento, lo cual ha dejado una pérdida de empleos cercana a los 3 millones.
El diputado Jaime Correa concluye que la petición del gobierno federal a los diplomáticos de mejorar la imagen del país “es una necesidad del Ejecutivo, porque el país no está bien”.
Política exterior, en retroceso
Para el internacionalista Edmundo Hernández-Vela Salgado, con la llegada al poder de los gobiernos neoliberales, desde hace 30 años, la política exterior del país ha sufrido una “desatención creciente”. El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la Universidad Nacional Autónoma de México señala que esa política, cuyo cariz era la autonomía, que dignificaba al país y le merecía el respeto del exterior, se está diluyendo.
Aunque dice que en el servicio exterior mexicano hay funcionarios “de alto nivel”, éstos se ven sometidos a las instrucciones provenientes de la SRE, cuya directriz es ser condescendiente con Estados Unidos.
Hernández-Vela Salgado califica como una “serie de contrasentidos y absurdos” el papel actual de México, ya que el país “tendría la obligación de mantener su voz dentro de la sociedad internacional como una guía para los países en desarrollo y que querrían labrarse su futuro por sí mismos”.
El exdirector del Centro de Estudios Internacionales de la FCPS explica que la política exterior mexicana no puede ser distinta debido a que forma parte de la política general del país.
“Estamos en una situación difícil en la política general, y la política exterior ya no es vista como antes”, cuando se le veía como la política de un “país digno que sabía pararse frente a Estados Unidos como un representante de países similares o de las causas de las sociedades discriminadas; pero ahora ya no.”
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