Gustavo Leal F.*
Una vez que Felipe Calderón "reformó" la Ley del ISSSTE, sin consenso y con pura mayoría aritmética, Miguel Angel Yunes decidió que había llegado el momento de actuar en "beneficio" de la institución.
Para tan encomiable tarea, anunció que empezaría "restructurando" el sistema de tiendas y farmacias, aunque al calor de la "reforma" calderonista y después de reconocer su abierta participación en ella, Elba Esther Gordillo señaló claramente que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación había "discutido la pertinencia de las tiendas en el instituto", porque "a veces dan más barato en otros lados y preferimos que esto se convierta en mejores camas".
No obstante lo cual, Yunes prevé disminuir un "excedente" de 4 mil personas, "ajustar" el número de tiendas (actualmente son 350) y "dejar atrás" los números rojos. Respecto al "excedente" de trabajadores, aclaró que no serán despedidos, sino "reubicados", para hacerlos "más productivos", mientras que la cadena de tiendas deberá ser "autofinanciable", para no seguirlas "subsidiando". Los 390 millones de pesos de que dispone el ISSSTE para obras y remodelación, sostuvo, no se pueden "canalizar" a las tiendas. Y todo porque la "ampliación" de las tiendas Wal-Mart, dijo, ha "sacado" a las del ISSSTE de la competencia. Las pérdidas alcanzan 600 millones de pesos, pero se buscará que en dos años tengan "números negros", gracias a una empresa que "asesora" al órgano directivo del sistema integral de tiendas y farmacias.
Su segunda gran medida consiste en un colosal "programa para cirugías", a fin de que "nadie se quede sin tenerla" por causa del "diferimiento quirúrgico". Hoy día, la lista de espera suma entre 10 y 12 mil pacientes, producto de la "insuficiencia" de personal, medicamentos, insumos y "pocos espacios". El esfuerzo forma parte de una estrategia de "mejoramiento" de los servicios de salud en general".
Y es que, también al calor de la "reforma" calderonista, Yunes "garantizó" recursos "frescos" para el fondo médico por 8 mil millones de pesos, a saldarse en una sola exhibición. Pero resulta que él déficit que sus antecesores le valuaron al fondo suma los mismos 8 mil millones de pesos. Es decir que Yunes ofrece cero pesos netos. Eso sí, "en una sola exhibición" y para todo el sexenio, aunque sólo en 2007 el fraudulento Seguro Popular y su modalidad petit (seguro para los recién nacidos) haya recibido 26 mil millones de pesos.
Manuel Urbina, ex subdirector general médico del ISSSTE, estableció ¡en 2004! que el déficit ascendía "a más de 8 mil millones de pesos", con los que "deberían" renovarse 25 mil equipos obsoletos, ampliar la infraestructura, contratar 12 mil médicos, enfermeras, paramédicos y personal de apoyo, de los cuales 900 se ubicarían en clínicas de primer nivel que operaban precariamente por falta de personal. Según Urbina, la infraestructura carecía de capacidad para atender la demanda y el promedio de antigüedad del equipo era de 18 años. Su sustitución y compra sumaría ¡en 2004! 3 mil 800 millones de pesos. Era preciso, también, fortalecer el primer nivel de atención, debido a que, por las carencias, las clínicas estaban imposibilitadas de resolver los padecimientos de los pacientes, lo que, a su vez, ocasionaba la saturación en hospitales de segundo y tercer nivel.
De las mil 122 clínicas familiares, sólo 440 pertenecían al ISSSTE: 52 eran rentadas, 203 subrogadas y 417 correspondían al rubro "otras". Urbina calculó que para "hacer mejor uso de los recursos" y sustituir 30 por ciento de las ahora subrogadas, deberían edificar y equipar adecuadamente 187 unidades de medicina familiar, así como el cien por ciento de las que hoy día se rentan.
Otro serio problema documentado por Urbina eran las desigualdades entre las entidades federativas: mientras a los 106 mil derechohabientes de Querétaro les correspondía ¡en 2004! una adscripción de 5 mil 900 usuarios por clínica familiar, en el caso de los 96 mil 400 de Tlaxcala la cifra se elevaba a 32 mil. Para corregir "este desorden", recalcaba Urbina, se necesitaban "recursos económicos".
Con ellos tendrían que realizarse nueve obras nuevas, ampliar y remodelar 30 inmuebles, así como dar mantenimiento mayor a clínicas y hospitales. Además, reactivar las obras suspendidas, estudios de preinversión, instalación de equipo de radiodiagnóstico y refuerzo estructural de algunos edificios. Habría que construir también ocho centros regionales de diagnóstico, ocho clínicas regionales de especialidades y cuatro hospitales generales. Y aunque ¡en 2004! el ISSSTE contaba con mil 778 camas hospitalarias para el segundo y tercer nivel, faltaban otras mil 364. Por esas fechas, las delegaciones de la zona metropolitana de la ciudad de México cubrían 40 por ciento de los afiliados, con un déficit de 971 camas.
Pero visitando Cuernavaca, Yunes agregó que por "instrucciones presidenciales" también había llegado el momento de que el ISSSTE "iniciara la reconstrucción de su sistema de salud en el país". Y mientras supervisaba las obras del que será el hospital Emiliano Zapata -abandonadas desde ¡1998!, en litigio legal y cuyos trabajos se iniciarían a fines de 2007 para ser culminados en ¡2009!- Yunes lo tildó de "icono del nuevo ISSSTE", para después sostener que con la ley calderonista "el ISSSTE tiene futuro y contará con los recursos para responder a sus derechohabientes en la manera como merecen". Aunque resulte que, como ese hospital, hay otras ¡46! obras en condiciones similares.
Una "gran" reforma que, como presume Calderón, representa ¡26 por ciento! del PIB, "icono" del nuevo ISSSTE.
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario