Carlos Fernández-Vega
También allá aumenta el desempleo
Ensombrece el panorama para México
Temporada de proyecciones y correcciones
No cesan las malas noticias económicas del norte, con sus consecuentes efectos negativos para el sur. Los resultados del primer trimestre de 2007 no sólo documentan la desaceleración estadunidense y significan los peores del último cuatrienio, sino que en abril las cosas empeoran con el aumento en la tasa de desempleo abierto, que llegó a 4.5 por ciento.
En este "globalizado" planeta cuyas economías dependen cada vez más de lo que suceda en Estados Unidos, las noticias del norte ensombrecen el panorama, de por sí nada grato para el grueso de la gente. Un paseo por cortesía del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados nos acerca a la realidad económica estadunidense:
El producto interno bruto de Estados Unidos creció 1.3 por ciento en el primer trimestre de 2007, el menor avance observado desde igual lapso de 2003. En el mismo periodo, pero de 2006, este indicador se incrementó 5.6 por ciento, 4.3 tantos más que en enero-marzo del presente año.
La desaceleración en el ritmo de crecimiento económico de Estados Unidos fue resultado de una disminución de 1.2 por ciento en las exportaciones, en particular de bienes de capital, insumos y materiales industriales; una caída de 6.5 por ciento en la inversión privada; una desaceleración del consumo privado, que reportó 3.8 por ciento, menor al 4.2 por ciento observado en el cuarto trimestre de 2006; una reducción en el consumo de gobierno, que pasó de 3.4 por ciento en el último trimestre de 2006 a 0.9 por ciento en el primer trimestre de 2007.
En relación con la inflación, el índice de precios implícitos del PIB de la economía aumentó 4 por ciento, un repunte importante después de que dicho indicador permaneció prácticamente constante, en un nivel de 3 por ciento durante 2005 y se redujo en 1.7 por ciento en promedio en el último bimestre de 2006, mientras que el índice de precios al consumidor tuvo un incremento de 2.8 por ciento.
El sector servicios continúa al alza, desplazando al sector industrial. Durante 2006, el crecimiento del producto interno bruto del sector servicios fue de 4.1 por ciento cifra mayor al 3.7 por ciento observado en 2005. En dicho sector se observó mayor dinamismo en los servicios financieros, seguros, préstamos y arrendamientos; el crecimiento del sector industrial fue de 2.5 por ciento en 2006, mientras que en 2005 creció 2.1 por ciento. El crecimiento de la producción del gobierno creció 0.6 por ciento, 0.1 por debajo de lo registrado en 2005.
Las perspectivas para el crecimiento de la economía norteamericana continúan hacia la baja. En el reciente informe semestral del Fondo Monetario Internacional se prevé un crecimiento de 2.2 por ciento para el cierre de 2007, 0.7 por ciento menor a las estimaciones realizadas en septiembre pasado, y 2.8 por ciento para 2008.
Uno de los factores para la desaceleración es que se prevé un estancamiento en el mercado inmobiliario y en el sector manufacturero de ese país. Por otro lado, se espera que el déficit en cuenta corriente sea de 6 por ciento del PIB en 2007, y el déficit fiscal se ubique alrededor de 1.9 por ciento.
Y como es temporada de proyecciones y correcciones, el Banco Interamericano de Desarrollo hace las suyas. Las perspectivas de la región para 2007 dependen de la evolución de la economía de Estados Unidos, cuyos signos de desaceleración son ya evidentes. Aunque el riesgo de una recesión en Estados Unidos parece pequeño, no puede descartarse. A través de sus efectos sobre los volúmenes y los precios de las exportaciones latinoamericanas, una recesión en Estados Unidos se traduciría en una caída de dos puntos porcentuales en la economía regional. Sin embargo, como la experiencia de décadas recientes ha dejado claro, los riesgos mayores y más impredecibles para la región son los que se originan en los mercados financieros internacionales. Las turbulencias experimentadas por los mercados de deuda soberana en 2006 ponen de manifiesto la sensibilidad de la situación financiera internacional.
Dejando de lado estos escenarios críticos, las perspectivas actuales sugieren un crecimiento de 4 a 4.5 por ciento para la región en su conjunto en 2007. Según las proyecciones de consenso de analistas independientes, esta desaceleración afectará a prácticamente todos los países, con la posible excepción de Brasil y Chile. Debido a las reducciones de los precios del petróleo y otros productos de exportación, el superávit en cuenta corriente podría reducirse alrededor de uno por ciento del PIB, pero se prevé que se mantendrá positivo. También se prevé un debilitamiento de la situación fiscal en la mayoría de los países, aunque no presentará riesgos para la estabilidad macroeconómica.
Por enésimo año, el BID asegura que la mayoría de los países de la región podrían impulsar el crecimiento mejorando el clima empresarial, tarea que abarca desde facilitar la creación de empresas hasta aumentar la eficacia y la credibilidad del sistema judicial. A pesar de la reducción de la pobreza observada en varios países, continúa siendo un reto generar empleos de buena calidad y ampliar el alcance de las políticas sociales para los grupos menos favorecidos. El éxito de los programas de transferencias condicionadas pone de manifiesto que la innovación y la continuidad de las políticas son ingredientes esenciales para el buen uso de los recursos fiscales con fines sociales.
Las rebanadas del pastel
Todo indica que el halcón Paul Wolfowitz tendrá que dejar la presidencia del Banco Mundial, un regalo que su amigo George W. Bush le dio en marzo de 2005. Paradojas de la vida: pierde su hueso por cuestiones de hormonas, faldas y nepotismo, pero nadie lo ha llamado a cuentas por ser uno de los arquitectos de la invasión a Irak, la devastación de esa nación y las miles de vidas perdidas en el fracasado intento.
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