martes, agosto 12, 2008

El sueño de Bolivia

Ricardo Andrade Jardí

Nuevamente el "indio" despreciado por las oligarquías y las telecracias latinoamericanas, tan perdidas en el universo de sus ombligos y al servicio del imperio, ha dado una lección al mundo.
Evo Morales, ante los mañosos intentos separatistas de la burguesía boliviana, bien financiada y asesorada por los "narizotas del mundo", decidió jugarse el todo por el todo y convocó a un referéndum revocatorio de mandato. Si me van a sacar, que sea el pueblo que me eligió el que lo decida --debió pensar el Presidente boliviano-- y no los inmorales explotadores que durante siglos han agredido a cientos de miles de bolivianos.
No tardaron en saltar los impopulares prefectos separatistas y empezaron rápidamente una de esas campañas de odio y miedo, que cada día son más populares entre los "demócratas" derechistas del mundo, campaña que, una vez más, contó con el financiamiento de ni más ni menos que del "tío Samuel", fundada en la mentira, en la desinformación mediática, la especulación y la más absoluta falta de imaginación.
Y es justamente ahí donde Evo Morales ganó esta batalla, que es, lamentablemente, sólo el principio de lo todo que intentará el imperialismo para derrocar al "indio".
La ganó ahí donde la burguesía oligarca tiene todo que perder, la ganó en la utopía de ese otro mundo posible que Evo Morales, con los andinos bolivianos, ha soñado una y otra vez. Los que, como el enano maya de Uxmal, de tanto que la soñaron empezaron a crear concretamente ese otro mundo posible, hasta que lograron alcanzarlo, tocarlo sentirlo…
Y es allí mismo donde la lógica del dinero, que todo lo compra y todo lo corrompe, se rompe y demuestra que "todo no": la Bolivia de Morales "resiste hoy y siempre al invasor", como el célebre guerrero galo, imaginado por los sueños de R. Goscinny y A. Uderzo, que contra todo pronóstico, se materializara en un trabajador cocalero boliviano, que un día del 2005 derrotara, con las mismas "reglas" de los de arriba, hechas, para que esto no pasara, para que los de abajo nunca suban, los 500 años de explotación que lo oprimían a él junto con su pueblo.
El imperialismo, que no acaba de entender cómo fue el asunto, que aún no se repone a la idea de que un indio andino gobierne una patria construida en su imaginario colonial para ser esclava y, peor aún, que no entiende que la fuerza moral que acompaña al presidente indio de Bolivia es justamente el Socialismo, volverá a atacar.
No somos ingenuos, sabemos que el imperialismo y sus lacayos locales harán todo por derrocar a Evo Morales. Pero la realidad es que Bolivia camina hacia un mundo nuevo y las agresiones contra el Presidente electo y refrendado, forjará los primeros huecos de la que será la profunda tumba del fascismo latinoamericano.

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