Impunidad y chivos expiatorios
Peloteo inmundo
¿Y los nombres, apá?
Peloteo inmundo
¿Y los nombres, apá?
Dieciocho días después de la tragedia en la ABC de Hermosillo (en la que 47 niños murieron y muchos resultaron heridos, todos ellos afectados sicológicamente), el gobierno mexicano y la clase política proceden como sólo saben hacerlo: los verdaderos responsables (parientes y amigos de Los Pinos y del palacio de gobierno de Sonora) a buen resguardo y los chivos expiatorios a punto de ser enchiquerados, tras una investigación a modo y mediante un proceso amañado en el que nadie irá a prisión por el caso de la guardería, porque se trata de un hecho no intencional, y si hay delito se alcanzaría fianza, según la muy adelantada sentencia del procurador General de la República, Eduardo Medina Mora.
Más de dos semanas después, a lo largo de las cuales lo único relevante para Los Pinos y el palacio de gobierno de Sonora ha sido, es, otorgar impunidad a sus respectivos allegados –parientes y amigos–, el ágil director general del IMSS, Daniel Karam, por primera vez se adelanta a los acontecimientos y anuncia, con bombo y platillo, que los chivos ya aparecieron: “el incendio fue causado por la negligencia de los responsables de la bodega utilizada por el gobierno del estado de Sonora, y sus consecuencias se agravaron por el incumplimiento de las medidas de seguridad por parte de los operadores de la Guardería ABC… Por tal motivo, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha tomado la decisión de entablar una demanda por responsabilidad civil en contra de la Secretaría de Finanzas del estado de Sonora. Asimismo, el IMSS también ha decidido presentar una demanda en contra de los propietarios y administradores de la guardería, que omitieron cumplir medidas de seguridad que les fueron ordenadas” (una demanda civil, no penal, por supuesto).
El funcionario que hace públicas tales acciones es el mismo Daniel Karam que al día siguiente del incendio (6 de junio) aseguró que la guardería ABC de Hermosillo cumplía con los lineamientos en materia de seguridad y aparentemente estaba dentro de lo que señala la normatividad correspondiente. De hecho, precisó en aquella fecha, la última evaluación a la guardería, realizada en mayo, indicaba que contaba con salidas de emergencia y extintores, aunque todos se dieron cuenta que no existían unas y otros. El que todo lo sabe, dijo no tener información sobre el parentesco de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, una de las propietarias de la guardería ABC, y prima de Margarita Zavala, la inquilina de Los Pinos.
Pero para uno que amanece temprano, otro que no duerme, y el gobernador sonorense, Eduardo Bours, le refrescó la memoria al flamante director del IMSS: Marcia Gómez del Campo tiene un parentesco, entiendo, con la señora Zavala, efectivamente. Cuando ha venido aquí, a Sonora, la saluda. Hay una identificación familiar. El repentino parentesco incómodo de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella con la first lady, provocó que Margarita Zavala se fuera de bruces: “efectivamente, hay un parentesco… aunque yo no la conozco personalmente, tengo entendido que tenemos un bisabuelo en común”, declaró. Sí, un bisabuelo en común y una foto publicada en un diario de Sonora que confirma no sólo el parentesco, sino la cercanía y la estrecha relación familiar con la desconocida, descubrimiento que provocó la ira en Los Pinos: como de la nada surgieron nombres, relaciones y parentescos de otros beneficiarios de las guarderías subrogadas, pero ahora relacionados con Eduardo Bours. Y mientras el peloteo político agarraba velocidad y Daniel Karam aseguraba que lo importante es que se consigne a los responsables y que se tomen las medidas que eviten que esta tragedia se repita, más niños morían a consecuencia del incendio en la ABC de Hermosillo, sin que ningún responsable siquiera pisara las instalaciones de un Ministerio Público.
Dieciocho días después, la decisión de Los Pinos es clara: impunidad para los de este lado y cacería de chivos expiatorios a discreción: funcionarios de rango menor (el jefe delegacional de prestaciones económicas y sociales, la coordinadora delegacional de guarderías y coordinadora zonal de esas estancias en Hermosillo) que pagarán por los de rango mayor, mientras las privatizaciones, excesos, omisiones y corruptelas del IMSS los cargan a la cuenta del gobierno sonorense, y éste –igual de responsable que el otro– enchiquera a sus propios chivos expiatorios y prepara su factura para regresarla a la residencia oficial.
Y en medio del grotesco cuan inmundo peloteo, la impunidad y la cacería de chivos federales y sonorenses, el saldo real acumula 47 niños fallecidos, muchos heridos y con secuelas sicológicas, los desolados padres de familia y una sociedad igual de ofendida y ninguneada que de efervescente, mientras los legisladores se suman al muro de la impunidad al cancelar la comparecencia del director general del IMSS, programada para hoy martes, el mismo Daniel Karam que descaradamente incumple con hacer público el inventario de guarderías subrogadas y, sobre todo, los nombres de los beneficiarios de tan jugoso negocio, entre los que se encuentran los de políticos y empresarios, con sus respectivos familiares y amigos, a lo largo y ancho de esta República que es de ellos.
Las rebanadas del pastel
Con Fox fueron la cancelación del nuevo aeropuerto y el proyecto Fénix; con Calderón, Punta Colonet. El primero calificó a ese par como las obras del sexenio; el segundo, el más grande de mi gobierno. Los tres se fueron al caño, de tal suerte que Felipe Calderón tampoco va a ser conocido, como se autopromovió, como el presidente de la infraestructura. Dos mil millones de dólares al bote de basura, mientras el siempre oportuno y eufórico secretario Gerardo Ruiz Mateos repite, en plena crisis, que en 2050 la mexicana será la quinta economía mundial. ¡No pueden con la de 2009, y ya presumen lo que según ellos sucederá en 41 años!
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