viernes, febrero 26, 2010

Lula tiene sucesora

Barómetro Internacional

Dilma Rousseff, Dilminha, fue proclamada candidata presidencial por el PT

Ernesto Tamara.

El Partido de los Trabajadores (PT), designó oficialmente a Dilma Rousseff, (Dilminha, como ya se la conoce en Brasil) actual ministra de la Casa Civil, como candidata presidencial par alas elecciones del 3 de octubre próximo, y aceptó así la sugerencia del actual presidente Lula Da Silva que ha sostenido la candidatura de su ministra desde hace más de un año. Desde la oposición de derecha, interna y externa, ya iniciaron una campaña para desprestigiarla y asustar a los votantes de clases medias y acomodadas.

Incluso antes del Congreso del PT celebrado de jueves a sábado de la semana pasada, se registró un incremento de la campaña contra Dilma Rousseff. Los medios brasileños de la derecha la acusan de "guerrillera, comunista y criminal", mientras que el periodista y vocero de la derecha reaccionaria internacional, el argentino, Andrés Oppenheimer, lanzó la pregunta en el Miami Herald, “¿Girará Brasil hacia la vieja izquierda?”. Como era de esperar, otros períodicos del mundo se preocuparon en difundir las elucubraciones vocero derechista, presentando ya el tema como una preocupación real. En su trabajo por boicotear la candidatura de Dilma, Oppenheimer cita al ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que apoya directamente al pre candidato opositor, y actual gobernador de Sao Pablo, José Serra. Según Cardoso, la candidato del PT no tiene experiencia como gobernadora, y “más dogmática” y apegada a los lineamientos del partido que Lula.

Esta campaña anti Dilma fue anticipada por el presidente venezolano Hugo Chávez, que a principios de este mes sostuvo que "estamos seguros de que el imperio norteamericano va a jugarse el todo por el todo porque gane la derecha en Brasil (...). El imperio está tratando de tener, para enero del otro año (2011), un gobierno subordinado a su mandato, lo cual sería verdaderamente nefasto para la unión de los gobiernos de Sudamérica y de nuestros pueblos", explicó Chávez. "Tenemos la esperanza de que el gobierno de Lula, que no se ha subordinado a los mandatos de Estados Unidos, siga su curso, a su propio ritmo, pero siendo un gobierno aliado de los pueblos de Sudamérica", agregó. Al mismo tiempo envió un mensaje de apoyo Dilma Rousseff.

"Guerrillera, comunista y criminal" según la oposición de derecha. Dilma Rousseff, madre de una hija, economista, nació en Belo Horizonte hace 63 años, en el seno de una familia acomodada de origen búlgaro. Tiene fama de ser una gestora dura y adicta al trabajo, una profesional tenaz y exigente. La jefa del Gabinete llegó al cargo en el 2005 después de dos años en el Ministerio de Minas y Energía

La ministra participó en los grupos armados que lucharon contra la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. Estuvo tres años en la cárcel y recibió 22 días de continuas torturas. Sus ex compañeros guerrilleros sostienen que, desde muy joven, Dilma mostró capacidad de liderazgo.

Proclamación del Congreso

"Con Dilma por el camino que Lula nos enseñó" fue la consigna con la que concluyó el Cuarto Congreso del PT el pasado sábado, y según el nuevo presidente del partido, José Eduardo Dutra, ahora tendrán el desafío de hacer elegir por primera vez en la historia, a una mujer como presidenta. Dutra señaló que el PT ya tuvo realizó el hecho histórico de la elección de un obrero como presidente de Brasil y que ahora cabe realizar otro hecho inédito como es la elección de la primera mujer presidente.

La candidatura de Dilma Rousseff fue realizada por aclamación por los más de 1.300 delegados tras la presentación de su candidatura realizada por el presidente de la república, y presidente de honor del PT, Lula Da Silva. Lula hizo una amplia explicación de la trayectoria, la dedicación, la inteligencia, la capacidad de trabajo y de aprender de Dilma, pasando incluso por rebatir los preconceptos aún existentes en Brasil sobre el papel que debe desempeñar la mujer en la sociedad. Luego de desmentir que su selección haya sido por falta de candidatos o por los comentarios de la prensa nacional en el sentido que ella fue la escogida debido a la pretensión del mismo de volver a la presidencia en 2014, Lula aseveró que "no existe hoy en Brasil nadie más preparado para ser presidente que Dilma Rousseff".

El mismo día, en una entrevista que publicó el Diario “O Estado de Sao Pablo”, Lula desmintió que hubiera escogido a la actual jefa de su gabinete ministerial como candidata para volver a postularse a la presidencia del país en 2014.
"Solamente quien no conoce el comportamiento de las mujeres y solamente quien no conoce a Dilma puede decir una herejía de esas", sostuvo el mandatario brasileño.

En cuanto a Dilma, el presidente señaló que toca a ella crear su estilo y hacer sus cosas, mientras él quedará aplaudiendo los aciertos de Dilma. Por lo tanto, aseveró, no existe esa tesis de que la haya seleccionado para volver a postularme en 2014. Ante la insistencia de si piensa volver a la presidencia, Lula respondió que "no pienso. Quien fue electo presidente tiene el derecho legítimo de volver a ser candidato a la reelección (para otro período consecutivo)... "Esa es la prioridad número uno".

Sobre la selección de Dilma, Lula aseveró que al frente del gabinete ministerial Dilma se transformó en la gran coordinadora de las políticas del gobierno.
"Fue casi una cosa natural la indicación de Dilma. La dedicación, la capacidad de trabajo y de aprender con facilidad las cosas me fueron convenciendo que estaba naciendo más que una simple tecnócrata. Estaba naciendo una persona con potencial político extraordinario...", subrayó el mandatario brasileño. Lula afirmó que después de dejar el cargo en enero de 2011 se dedicará a dos proyectos: trabajar por la integración de América Latina y por aproximar a Suramérica y Africa.

Aprobación del programa partidario

El Cuarto Congreso aprobó también los documentos sobre “La táctica electoral y la política de alianzas”, y “La construcción partidista y el Plan de Acción” que dan continuidad al actual programa del PT, pero con un mayor perfeccionamiento de la política económica y el incremento de los programas sociales. Se destaca el respaldo a la reducción de la jornada de trabajo a 40 horas semanales, sin disminución del salario, el respaldo incondicional al Plan Nacional de Derechos Humanos, cambiar el sistema tributario a fin de quien más beneficios obtenga más aporte a la sociedad, los derechos de las mujeres y la reforma agraria constituyeron otros acuerdos de los delegados.

El programa fue considerado por los medios de comunicación opositores como un nuevo giro hasta la izquierda y como una forma de condicionar las políticas de un futuro gobierno de Dilma. La candidata ya oficial del PT dijo que asumía el programa del PT, pero como un programa partidario y no de su gobierno, ya que sostuvo, deberá negociar con los otros partidos de la coalición de gobierno su contenido. Por otra parte, el pasado 6 de febrero, el Movimiento Democrático Brasileño (PDMB), principal aliado de Lula en el Congreso, y que designará al candidato a vicepresidente, ya dió por anticipado su respaldo a Dilma. (Ver nota aparte).

La candidatura de Dilma parte en segundo lugar en las encuestas. Hasta la semana pasada no había ningún candidato establecido oficialmente, y sólo se puede hacer campaña desde el primero de junio, pero en las consultas de intención de voto difundidas por la prensa, Dilma partía con el 28 por ciento, subiendo del 22 por ciento de un mes atrás, y a cuatro puntos por debajo del candidato derechista José Serra. Otros dos ex funcionarios del gobierno de Lula aparecen también en la encuesta. El ex ministro de Planificación y candidato por el Partido Socialista Brasileño (PSB), Ciro Gomes, obtuvo un 11,9 por ciento en la intención de voto, cayendo casi cinco puntos desde la última medición. Por su lado, la actual senadora y ex titular de la cartera de Medio Ambiente, Marina Silva, precandidata del Partido Verde (PV) logró un 6,8 por ciento, frente al 5,9 alcanzado en la encuesta de noviembre.

Muchos analistas consideran que estas encuestas son incompletas y que una vez definidas las candidaturas e iniciada la campaña electoral, la candidata del PT va a recibir más adhesiones, como heredera política del presidente Lula que, en el último año de su segundo mandato, recoge el 82 por ciento de respaldo a su gestión.

Dilma apuesta a la intervención del Estado

En su primer discurso como precandidata, Dilma apuntó que en caso de ganar la primera magistratura y tras las negociaciones con los partidos aliados, su programa estará basado en darle continuidad al implementado por Lula en sus ocho años al frente del gobierno y avanzar un poco más. Sostuvo que seguirá "su herencia bendita" y continuará con las políticas de su antecesor, que han impulsado el crecimiento económico y el progreso social, sacando de la miseria a 20 millones de brasileños. "Vamos a profundizar la visión social de Lula. Queremos un Brasil para todos", proclamó. Insistió en que el tren de Brasil, que para ella "ya es un tren de alta velocidad", no será empujado por una sola locomotora, sino por 27, en referencia a los 27 Estados del país, desde los más ricos a los más pobres. "El PT ha cambiado mucho, pero no cambió de lado", sostuvo en un pasaje de su discurso, y que fue interpretado como un guiño a los sectores más izquierdistas del partido.

Sobre las líneas programáticas de su futuro gobierno, mencionó, entre otros, mejoras en el actual sistema de salud, de la atención a los menores de cinco años, de la educación, de las mujeres, en el plano nacional y en el internacional proseguir la tarea de lograr la integración de América Latina y el Caribe, de la aproximación con África y elevar aún más el prestigio alcanzado por Brasil en estos últimos años.

Rousseff abrió y cerró con la misma idea una hora de discurso: "Jamás pensé que la vida me reservase tamaño desafío, pero me siento preparada para enfrentarlo con humildad, serenidad y confianza". Además prometió "garantizar la estabilidad económica", pero también defendió el rol del Estado en la economía. Sobre todo, rescató la "mirada social de Lula" y defendió la ampliación de programas para combatir la miseria, subvencionar viviendas y mejorar la sanidad y la educación.

Entre las propuestas, la candidata del PT puso un énfasis especial en la "era del conocimiento", con la mejora de la educación, de la ciencia y de la tecnología. Para que Brasil pueda llegar a ser la quinta potencia mundial, insistió, es necesario que los 190 millones de brasileños sean protagonistas de la historia y de las decisiones. En el Congreso se difundió un libro de entrevista a la candidata, titulado “Un país para 190 millones de brasileños” en el que expone su visión sobre lo que llama "el bienestar social al estilo brasileño". "Nuestro modelo es el que otorga a los 190 millones de brasileños el derecho de ser el centro del mismo". Tendrán que ser todos y no sólo una parte privilegiada los que lleven a cabo ese modelo de desarrollo con inclusión social. "No se promueven políticas de universalización sin subsidiar: eso es imposible en Brasil", sostuvo.

En su labor como ministra apunta a metas concretas con la intervención del Estado, por ejemplo, para universalizar el acceso a los servicios básicos (el 27% de la población carece de ellos); mejorar la seguridad pública; aumentar los servicios de la sanidad para todos y dar casa propia a los ocho millones que aún carecen de ella y viven hacinados en las favelas. En este punto, destaca "¿Cómo va a resolver, por ejemplo, el mercado la falta de millones de viviendas de trabajadores que no pueden comprarse una casa con su salario?", y apunta a que en ese terreno es imperativa la acción del Estado, no sólo incentivando, sino construyendo, como un empresario más.

Descenso de la pobreza y aumento de las clases medias

Aunque Lula haya decepcionado a parte de la izquierda brasileña, y encuentre ahora al poderoso Movimiento Sin Tierras en la oposición, tiene para presentar a su favor, un notable descenso de los índices de pobreza y miseria, crecimiento económico sostenido (el PBI es hoy dos veces y media mayor que en 2003), y mayor peso en las relaciones internacionales. Los descensos de la pobreza y miseria no han sido acompañados de una reducción de la brecha social, ya que al mismo tiempo creció la clase media y los más ricos se hicieron más ricos.

Según el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA), desde que Lula asumió el gobierno en 2003 el índice de pobreza absoluta tuvo una caída promedio anual de 3,1% y la miseria un promedio anual de reducción del 2,1%. El estudio demostró que el número de indigentes en las seis mayores regiones metropolitanas de Brasil (San Pablo, Río de Janeiro, Salvador, Belo Horizonte, Porto Alegre y Recife) bajó de 5,6 millones de personas en 2002 a 3 millones este año.

Por otra parte, las políticas de apoyo a la agricultura familiar, el aumento de más del 40 por ciento del salario real, y el constante crecimiento económico han fortalecido a las clases medias. Según un estudio de la Fundación Getulio Vargas, la clase media que en 2003, cuando asumió Lula abarcaba a 64,1 millones de personas, el 37,56 por ciento de la población total, concentraba el 37 por ciento de la renta nacional, y pasó el pasado año a abarcar a 91 millones de personas, casi la mitad de la población, y acaparar el 46 por ciento de la renta nacional.

En las políticas sociales del presidente Lula destacan los programas como la Bolsa Familia, que atiende 11 millones de hogares, y los incentivos a la agricultura familiar.

ernestotamara@gmail.com

No hay comentarios.: