sábado, octubre 16, 2010

Injerencia EEUU ¿hasta cuando?


Observamos, atónitos, el intento de golpe de Estado ocurrido hace poco en Ecuador y la tergiversación de tales hechos por parte de los canales de televisión y de los periódicos cuyo compromiso , se sabe, está del lado de los intereses de la clase capitalista y no del de la verdad.

Esta historia se ha hecho cansona e insoportable. Los gobiernos estadounidenses planifican al mínimo detalle una intervención de cualquier tipo en cualquier parte del mundo y luego, descaradamente, de la manera más cínica, niegan su participación en el desarrollo de los eventos propiciados por ellos mismos. Pero, generalmente, utilizan la adecuación (cuando no la falsificación) de los hechos, utilizando los medios masivos de comunicación, de su propiedad, o de aquellos a quienes les son afectos.

A tal manera de actuar de U.S.A las gentes la califica como la doble moral, cuando en realidad lo existente en toda la actuación persistente de los gobiernos de los Estados Unidos de América ha sido una única y sola moral: El cinismo y la desvergüenza derivados de su supuesto poder sobre los demás, en atención a una supuesta superioridad racial.

Es extensa, muy extensa, la lista de acontecimientos ordenados y cronológicamente detallados por Noam Chomsky, presentados en sus libros, en los cuales denuncia la perversión del imperio. Eva Golinger hace otro esfuerzo inusitado por poner al descubierto esta patética y natural manera de proceder de los gobiernos estadounidenses.

En nuestra América, recordamos nosotros, todas las evidencias apuntan hacia una intervención directa, en los acontecimientos sociales más oscuros y tenebrosos de nuestra patria grande, del también mal llamado coloso del norte. Desde la muerte de Gaitán en Colombia (y mucho antes), hace más de sesenta años, hasta el más reciente intento de asesinato del Presidente Rafael correa en Ecuador.

La lista es larga. No queda casi ningún país, en el hemisferio que no haya sido víctima de la agresión estadounidense: Méjico, Argentina, Panamá, El Salvador, Haití, Granada, Cuba, Venezuela, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Perú, Uruguay, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico, Honduras y muchos otros más.

Todos los reclamos realizados por los gobiernos de esos países, ante los organismos internacionales pertinentes, han sido reiterativamente negados inicialmente por los Estados Unidos, utilizando para ello la consabida manipulación de los medios masivos de comunicación a los cuales hacíamos referencia, o sencillamente ignorados con desdén. Luego, cuando la evidencia se impone, sacan a relucir una arrogante actitud cuya interpretación más próxima es: Hagan lo que quieran, tengo la fuerza y el poder; por tanto, me importa un bledo su reclamo.

Ante tan repetitiva, y cada vez más desvergonzada situación, se pregunta uno inmediatamente: ¿Se encuentran los Estados Unidos dispuestos a cesar en su intento de reconquistar a los países ubicados en su patrio trasero, expresión utilizada no tan eufemísticamente por uno de sus más connotados representantes? No lo creemos, ni aún cuando nos lo juren.

El mecanicismo, creyendo falsamente aislados a los humanos de los ecosistemas, propagó la falaz creencia sobre “el rey de la creación” y ha utilizado tal metáfora para propiciar y perpetrar la más grande catástrofe inducida sobre el planeta, de la cual se tenga noticia. Obviamente, piensa, si puedo someter a la naturaleza entonces soy mucho más fuerte que quien no se atreve o no puede hacerlo. Igual conclusión deriva cuando otorga, en la evolución de las especies, un exagerado papel al postulado darwinista de la sobrevivencia del más fuerte por acción de la selección natural. Lynn Margulis demuestra, a través de toda una vida de comprobación científica, cómo la simbiogénesis es de lejos, el mecanismo determinante del proceso evolutivo. Pero aún cuando la ciencia actual siga demostrando la inviabilidad de los principios mecanicistas, no dejará el imperialismo de arremeter contra nuestros pueblos porque, sencillamente, tales principios son apenas justificadores como lo pueden ser cualesquiera otros. El motivo real de la agresión es de índole económica. Se apetece con desmesurada codicia los inmensos recursos naturales existentes en estas latitudes. El molde ideológico detrás de tan cínico comportamiento (donde mi actuación es muy plausible pero la tuya, siendo exactamente igual a la mía , es terrorista) se basa en el supuesto negado mecanicista según el cual los individuos son totalmente diferentes; por tanto, unos son superiores a otros. Aún cuando el mito de la superioridad racial ha sido destruido completamente por la ciencia actual, esa malsana idea permanece completamente intacta en la mente del capitalista.

Hay un cuento, excesivamente bien narrado y difundido, acerca de la lenta penetración de la mafia, sobre todo la italiana, en las esferas gringas de poder. Uno se pregunta, viendo el descaro y la desfachatez de las actuaciones imperiales, si acaso lo sucedido no ha sido exactamente lo contrario: La mafia fue penetrada sistemáticamente por el poder de Estado, en U.S.A . Porque la desgracia más abrumadoramente cara sufrida por nuestra moderna civilización, es la de haber permitido ser gobernada por verdaderos gánsteres. La mayoría de lo métodos utilizados en la práctica cotidiana, por los más conspicuos representantes del poder capitalista, son mafiosos.

Leer articulo completo AQUI.


No hay comentarios.: