María Teresa Jardí
Les propongo que hagamos un ejercicio muy sencillo para que entendamos hasta dónde le salen las cosas mal al usurpador. Partamos del silogismo, como la fórmula usada por Aristóteles de razonamiento lógico, que consta de dos proposiciones como premisas y que llega otra como conclusión, y es la última una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos. Pongo un ejemplo, que tomé de la Internet por aquello de que con el paso de los años todo se olvida y quise consultar sobre el silogismo.
La premisa mayor dice: "Todos los caballos nacen potros" y la menor asegura que "Rocinante es un caballo" para llegar a la conclusión de que "Rocinante nació potro".
¿A qué viene este rollo, se preguntarán ustedes llegados a esta altura de la lectura de mi colaboración de hoy y qué puede tener que ver un silogismo con las desgracias de Calderón pensarán, además, sensatamente? Verán. Es muy simple la explicación. Estamos cansados de leer que en México los levantones son ajustes de cuentas entre narcotraficantes ¿no? Es decir, que en México, los que detentan el poder han universalizado el levantón.
Y como todo levantón ha pasado a ser un ajuste de cuentas entre narcotraficantes y dado que la primera noticia sobre el secuestro del primo de Calderón fue en el sentido de que había sufrido un levantón, la única deducción lógica que queda es la de que el primo de Calderón es un narcotraficante. Diáfano, ¿no? Claro como el agua cristalina que volvió a inundar las casas de los pobres que habitan en Villahermosa. Claro como el agua desperdiciada, enviada como ayuda a los tabasqueños, que en Veracruz se muere de risa abandonada por el gobierno al que se le "olvido" enviarla.
Que las autoridades michoacanas, tan amigas del usurpador, sin denuncia de por medio, lo hayan querido convertir en un secuestro exprés, es natural en un país donde no impera el Estado de Derecho y donde los gobernantes no hacen más que mentir. ¿Acaso los ministros, a modo de la Corte, no van por la vida diciendo que legalizar las violaciones a las garantías individuales es un acto de impartición de justicia apegado a derecho? Y así las cosas, ¿por qué tendríamos que creer, los ciudadanos pensantes, que el levantón del primo de Felipe Calderón Hinojosa no es un ajuste más de cuentas entre narcotraficantes, cuando llevan años asegurándonos que los levantones eso son y que por eso los dejan impunes? Tres mil ejecuciones tan sólo el año pasado, acaba de denunciar AMLO que se cometieron en México. ¿Conocen ustedes alguna que no haya quedado impune? Tampoco yo. Es más, probablemente ni siquiera exista un registro con nombres y apellidos de los que eran personas como usted y como yo.
O son ajustes de cuentas entre narcotraficantes o no lo son y entonces, queda en entredicho todo el sistema procurador y administrador de justicia.
¿Que ya lo está? Así es. La resolución de la Corte, en el caso Cacho, no podría ser un mejor ejemplo de que la ignominia ha permeado de arriba abajo y de abajo hasta arriba al sistema político que en México sufrimos impuesto por canallas traidores.
Pero es diáfano, también, que algo les está saliendo muy mal cuando se hace evidente que los ajustes de cuentas ya llegan a la antesala de la habitación del usurpador y el plagio de Alfonso Reyes Hinojosa no es el primer caso familiar de naturaleza criminal, digamos, que enfrentan los Calderón/ Zavala. Antes ya habían asesinado a Héctor Zavala McGregor, primo hermano de Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, y las notas de la captura del presunto asesino no tienen desperdicio:
"López Arias confesó, en su declaración ministerial, haber pagado cien mil pesos a un narcomenudista de Naucalpan para asesinar a Zavala McGregor, que se perpetró el pasado 12 de diciembre (de 2006). Las investigaciones realizadas por la Procuraduría General de Justicia del estado de México (PGJEM) revelan que el móvil del asesinato fue una venganza, debido a que el ahora occiso estaba chantajeando a López Arias por un hijo que tuvo fuera de matrimonio".
¿A poco no les recuerdan las novelas entrañables del boom latinoamericano sobre los dictadores? A los usurpadores acaban por salirles siempre mal las cosas.
Usurpar es un delito. Y además, tomamos nota de que va acompañado de un grave pecado ahora que ya inauguró un octavo pecado capital Norberto Rivera: el de la desesperanza y, sí, generar desesperanza es el mayor crimen que contra un país se puede cometer y es el que el usurpador cometió contra México al aceptar que se legalizara el fraude y dar al traste con el poder Judicial.
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