Manú Dornbierer
Satiricosas
Días antes de su toma de posesión, el presidente electo de USA Barack Hussein Obama dijo esa barbaridad en una entrevista a CNN. Y para millones de seres humanos que fueron sus víctimas dentro y fuera de su país, expresarse así de semejante genocida fue un inaceptable insulto. Los 3 mil muertos del atentado a las Torres Gemelas, ideado para sustentar el inmenso y sanguinario negocio que ha sido “La Guerra contra el Terrorismo”, los cientos de miles de iraquíes muertos, torturados, mutilados por la guerra que inventó ese Hitler americano con ese canalla hoy en silla de ruedas que es Richard Cheney, los 4 mil soldados estadounidenses caídos en Irak en la 2ª guerra de la familia Bush contra su antes amigo Saddam Hussein, contra toda justicia y lógica, contra las inmensas manifestaciones populares en todo el planeta que el New York Times describió a la opinión pública como “la segunda potencia mundial”, contra la prohibición de la ONU, todo eso constituyó otro monstruoso holocausto que no tiene derecho de pasar por alto Barry Obama, hoy presidente del país que lo permitió, solapó e impulsó con su voto.
La actual debacle financiera y económica mundial que por lo visto es lo único que le duele a los estadunidenses no es más que claro resultado de Bush.
“Lo perverso del capitalismo es tan real como son perversos el militarismo y el racismo”, dijo Martin Luther King cuando se opuso a la guerra de Vietnam y el sistema entero se le echó encima.
Los que oímos decir a Obama que “Bush es una buena persona”, sentimos minada nuestra confianza en sus discursos poéticos y espirituales que prometían recuperar valores humanos y que nos llenaron de esperanza. Y es que the show must go on, el espectáculo del poder imperial, de la hipocresía imperial, tuvo que continuar al estilo mussoliniano. Había que mostrar la unidad interna y para ello se requería una transferencia del Poder lo más tersa posible, se comprende, pero el intelectual y refinado mulato Obama, creyente en la buena educación se pasó de lindo con el siniestro y bastante tonto “mono blanco” que dañó al planeta entero durante 8 años.
¿Se acabó el racismo?
Se renueva la democracia, dijeron, al grado de que el hijo de un inmigrante de Kenia (lo abandonó casi desde que nació) llegó a la presidencia del país más poderoso de la Tierra. Es adorado Barack Obama, el primer presidente de USA mal llamado negro, en realidad mulato, blanco de madre y negro de padre en la misma proporción. En ese sentido los gringos están siendo racistas con la madre que lo parió y los abuelos blancos que lo educaron, porque los negros kenianos, que no querían que se casara con una blanca, no dieron color a no ser el de la piel, que por lo visto sigue siendo para la humanidad racista lo más importante. A Obama no se le nota mucho su sangre blanca, pero la tiene. ¿Es esa la que inspira tanta tolerancia para los vergonzosos blancos que son Bush y sus halcones? En todo caso fue la negra la que le dio el más fantástico apoyo mundial que haya jamás tenido un entrante presidente gringo. Pero para rechazar el nefasto racismo antinegro, se cae en el otro. Lo único que se logra es voltear la tortilla racista al revés. Se supo que sus padrinos políticos afro-americanos iniciales no lo consideraban “bastante negro”. Hasta que no se evalúe el valor de una persona más allá del color de la piel, sólo a través de las ideas y de los hechos, no se podrá hablar de fin del racismo y principio de una real evolución de la humanidad.
¿Ya no hay emperador?
Se ha hablado también del fin de la “presidencia imperial”… que desdijo el irrenunciable espectáculo. El propio Obama ha dicho que “el poderío de Estados Unidos no le da derecho a hacer lo que le plazca en el mundo”. Pero tampoco a juzgar y manipular a países enteros de acuerdo a los intereses de sus grandes grupos de poder, los judíos, los cubanos de Miami, las compañías, los petroleros, etc. El periodista disidente James Petras ya llamó a Obama “El primer presidente judío” de Estados Unidos por haber dicho en campaña, en plena matanza de Gaza, que “Primero Israel”. Y de hecho, W sería el tercero o quizás el cuarto presidente judío. Los Bush, según la Enciclopedia Hebraica Castellana son de cepa judía checa y se ha dicho que Truman era judío. No sería ni bueno ni malo si no hubieran cometido los crímenes que cometieron. Pero el caso es que USA actúa siempre para agradar a los judíos y ahora dicen que “ellos inventaron a Obama”.
Y para agradar a los cubanos-estadounidenses, no se pronuncia sobre el criminal embargo que dura 50 años en Cuba, aunque promete algunas “caridades” y cerrar la vergüenza de Guantánamo para borrar las huellas de un crimen contra la humanidad que debería denunciarse en la Corte Internacional de la Haya. A Cuba Estados Unidos le debe una disculpa ¿no creen? Para agradar a la derecha venezolana y a las transnacionales dice que Hugo Chávez, presidente de Venezuela, “impide el progreso de América Latina”. ¡Y los imbéciles se ríen! ¿Por qué no le pregunta a los pares de Chávez, los presidentes sudamericanos que son sus amigos y apoyan como muchos latinoamericanos lo hacemos su teoría bolivariana? Ahí están con Lula, Cristina Kirchner, Correa, Michelet, para ilustrarlo, señor Obama.
Antes ya había expresado “su admiración” a Calderón por la narcomatadera del presidente espurio. Claro, situación que no le sirve a México más que para ensangrentarlo y desacreditarlo, espantar al turismo, propiciar la militarización, etc. pero que propicia la entrada de dinero y de tropas gringas a México. De ese grotesco encuentro Obama-Calderón me quedo con la descripción que de él hizo Porfirio Muñoz Ledo: “Las imágenes y revelaciones del encuentro invitan a una nueva definición zoológica, que podría ser: ‘la anguila y la ostra’. Es el primero un pez alargado, escurridizo y poderoso que se alimenta de especies más débiles y su variante tropical es la ‘morena’. El otro es un molusco acéfalo de sangre descolorida, apreciado comestible que se protege con una concha, pero capaz de incubar perlas para provecho ajeno”.
La perla podría ser simple y llanamente el dominio total de nuestro país como preconiza el cafre del general McCaffrey, ex zar antidrogas, que recientemente expresó con gran ilusión: “México está al borde de un abismo que se llama narco-Estado y si el gobierno encabezado por Barack Obama no respalda la estrategia antidrogas del presidente Felipe Calderón, en menos de ocho años el crimen organizado tendrá el control de facto en amplias franjas del país y pondrá en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos. No podemos darnos el lujo de tener un vecino así, un tanto inestable, extremadamente violento, -¿habla de violencia un gringo bushista?- que está emergiendo de 71 años del gobierno autocrático del PRI. Gracias a la visión y el valor del presidente Ernesto Zedillo y del siguiente liderazgo de Vicente Fox, dice, el país construye con trabajo las instituciones democráticas bajo el gobierno de la ley, con libertad de prensa y un compromiso con los derechos humanos, y tiene por delante un proceso difícil de 25 años para consolidar un Estado democrático”. ¡Qué bien informado el generalote! En suma, según él estamos listos para que nos invadan y nos salven.
¿Nos van a salvar de que Papá Mouriño imponga en Campeche al nuevo gobernador; de que los empresarios bandidos que compraron a Calderón persigan a periodistas como es el caso hoy de la revista Contralínea, de Miguel Badillo y Ana Lilia Pérez, por denunciar al Gas Zeta y otro saqueo a PEMEX de su dueño Jesús Alonso Zaragoza; de que el arzobispo Rivera Carrera y su “Presidente Católico” nos quieran regresar al Medioevo? De eso ya nos salvó, por fortuna, El Colegio de México. ¿De que el mochísimo Servitje, dueño de Bimbo, haga un falso pan integral y sea multado en Perú y denunciado en Chile, pero no en México porque es uno de los que pagaron el fraude? ¿Nos salvaron los gringos tan democráticos de dicho fraude propiciatorio de tantos males actuales?
En USA también preocupa
la amabilidad con Bush
Quisieron una transferencia tersa ante el mundo los fuertes Estados ¿hundidos? Quisieron un fair play y en las elecciones lo lograron. Limitaron las campañas sucias y se dieron un apretón de manos al fin porque esta vez no hubo fraude electoral. Qué envidia… Pero ahora ya el maquillaje se derrite los ciudadanos antiBush que sufrieron la vergüenza del Patriot Act y de las guerras indecentes y saben que es Dick Cheney, esos a los que la ultraderecha de Bush dejó humillados, empobrecidos y/o sin hijos, no están de acuerdo con tanta tersura. Están enojados. Lo suficiente para enfrentarse a los riquísimos. Quieren investigar el 11-9, e igual la riqueza de Halliburton, de Enron y de cientos otros ladrones. La prensa se entera de que desde el 15-9-08 los rescates financieros como los nuestros son para ellos, los hipermillonarios culpables de la debacle. Igual que sucedió en México.
Transcribe Humberto Hernández Haddad, conocedor de las entretelas gringas, que intelectuales de gran prestigio, como Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, alertan a Obama con adevertencias como ésta: “Para proteger y defender la Constitución, un presidente debe hacer más que obedecer la Constitución él mismo: debe llamar a cuentas a quienes violen la Constitución. Así que Obama debería reconsiderar su decisión aparente de permitir que la anterior administración quede impune de sus delitos. Al margen de las consecuencias, no es una decisión que tenga derecho a tomar”.
satiricosas@gmail.com
http://satiricosas.es.tl
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario