martes, mayo 12, 2009
Ahumada o La viuda negra
En la película La viuda negra de Arturo Ripstein, Matea (Isela Vega) ama de llaves de una casa parroquial seduce al cura Feliciano, en un pequeño pueblo que vive de la intriga, los chismes y los secretos de sus habitantes.
El médico de la comunidad intenta conquistar a Matea, pero fracasa y procede a difamarla, haciendo creer que ella mantiene relaciones con el cura. El pueblo compra el infundio y exige al cura que la despida; él se niega y se encierra con Matea. Se presenta entonces el fenómeno de la “profecía autocumplida” (un vaticinio que de tanto propagarse se convierte en realidad). Durante el encierro, Matea y Feliciano viven un apasionado romance. Entonces el cura muere de una especie de locura, ante la indiferencia del pueblo.
Sin la protección del párroco, Matea parecía tener sus días contados. Pero entonces trasciende algo que cambia radicalmente su situación de desprecio y rechazo colectivo: durante el encierro, el cura confesó a Matea todos y cada uno de los pecados cometidos por los notables del pueblo.
Matea busca entonces vengarse de la hipocresía y doble moral de sus vecinos y se convierte en una especie de sacerdotisa. Desde el púlpito desnuda a la ninfómana que pide recato, al adúltero que proclama fidelidad, al pederasta que demanda respeto, al explotador que exige justicia. Al final de la película, uno a uno de los notables aludidos empieza a abandonar el templo, desmarcándose de cualquier trato con la “viuda negra”, minimizando sus denuncias, riéndose de sus “grotescas” acusaciones, acusándola de locura y cuestionando su calidad moral. “Mira quien nos dice golfas”, comenta Enedina a Aurora. El desenmascaramiento del pueblo había sido de tal magnitud que nadie terminó reconociéndose en el espejo negro de la sacerdotisa…, y todo siguió igual.
En su libro Derecho de réplica, Carlos Ahumada desnuda la telaraña de complicidades políticas, relaciones fallidas, compromisos incumplidos, persecuciones judiciales y relaciones de conveniencia económica que estableció con varios sectores de la mafiocracia mexicana y sus representantes más conspicuos (Carlos Salinas, Diego Fernández y Vicente Fox).
Por ejemplo: sí negoció la venta de los videoescándalos en 400 millones de pesos, pero sólo le pagaron 10 por ciento. Sí hubo un complot desde el gobierno federal para dañar políticamente a AMLO. Sí fraguó con Carlos Salinas, Diego Fernández y Eduardo Medina Mora esta conspiración. Sí hubo participación de priistas en el pago económico de los videoescándalos. Sí acordó protección judicial con la PGR (convertirse en testigo protegido), pero luego lo dejaron colgado. Sí tuvo tratos con el equipo de campaña de Felipe Calderón, a través del actual titular de la SCT, pero tampoco le cumplieron. Sí se convirtió en la fuente de financiamiento de dos grupos importantes del PRD, que lo llevaron a la quiebra. Los funcionarios del “GDF-PRD” con los que trató, sí lo extorsionaban (para ayudarle en sus gestiones empresariales), pero también él promovía el soborno (para obtener ventajas en las licitaciones, por ejemplo).
Mención especial merece su supuesto trato con AMLO. Afirma que en el año 2000 tuvieron un encuentro en el Hotel Hyatt de Villahermosa, en una habitación, por mediación de Raúl Ojeda. Que AMLO le pidió ayudará al entonces candidato del PRD al gobierno de Tabasco y que, a cambio, él le ayudaría en el GDF (pp. 91-92). Sin embargo, durante su reclusión en Cuba, a pregunta expresa en uno de sus interrogatorios de si había hecho negocios de manera directa con AMLO, afirma que esa aseveración “tampoco era cierta en esos términos” (p.217).
Derecho de réplica es el primer testimonio público directo de cómo opera la mafiocracia mexicana, por parte de un actor, testigo y víctima de primera línea. En este sentido es el complemento testimonial y político del libro La mafia nos robó la Presidencia, de AMLO. Complot, desafuero y despojo electoral son tres momentos de una misma expresión mafiosa: quien a patadas sacó al PRI de palacio nacional, a patadas impidió que la izquierda llegara a la Presidencia. Y a patadas buscará ganar la próxima elección y repetir en 2012.
La araña “viuda negra” se alimenta de grillos, moscas y lagartijas. En su red, casi perfecta, pueden quedar atrapados ratones grandes. Pero sobre todo, es famosa porque después de la cópula, el macho se desvanece y se convierte en el alimento del día. Ahumada afirma tener bajo resguardo grabaciones (no filmaciones) de sus pláticas con Salinas y Diego Fernández. Es decir, a este tango aún le faltan estribillos.
ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
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