martes, mayo 12, 2009

Cifras de una catástrofe anunciada…

• La alerta electoral
• Hoy, D-day para el flu


A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce

El valor, mi estimado, no es más que el efecto de un grandísimo miedo. Comienza la sugestiva semana cuyos tintes ahumados apenas inician por las secuelas del divertido librito de la lacra de Argentina quien, balconeando la tan distintiva corrupción en el interior del surrealismo político mexicano, quiere defender su derecho de… venganza.
Y así, my friend, hoy resulta que todos pintan su raya ante el estercolero en el ventilador que cómo ayuda para desplegar la cortina que tanto necesita este (des)gobierno, cuyo barco de gran calado y su capitán enfrentan un contexto de normalidad cada vez más peligroso, perdón, emocionante.
Las nuevas declaraciones de Agustín Carstens afirmando con una genial e iluminada certeza sobre la recesión golpeando a México, mostró en las cifras cómo la simpática economía sigue siendo percibida con una amplia diferencia de visión (y misión) entre el titular de Hacienda y el gobernador del Banco de México, pero qué tanto es tantito.
Lo importante es que los mexicanos ya saben que ya se los llevó la tía de las muchachas al conocer que tan sólo la canasta básica en el mes de abril aumentó en un 7.75%, y ya ni hablar del repunte de la mentada inflación, de la devaluación y de las crisis y todo el paquetón de cara al proceso electoral de julio… en el cual se vislumbra otra crisis (aunque no lo parezca) gracias a la fragilidad del árbitro que, con la decisión del TEPJF de cancelar las multas al PVEM, salió a decir que estos hojaldras abrieron la puerta para la descomunal espotiza de servidores públicos.
Chingón.
Los pasados del ife (con minúsculas), en voz de una lacra como Arturo Sánchez, principal operador interno de la estupenda prórroga para la entrega de la listas del PAN y primordial orquestador de las travesuras del controvertido proceso del 2006, dando lecciones de derecho electoral basándose en el célebre Cofipe que… todos se pasan por salva sea la parte, comenzando por los consejeros.
El desmadre que reina previo a los comicios de julio, mi estimado, es para encender todos los focos de alerta. Sobre todo porque el monitoreo de la monumental espotiza no está funcionando —basta y sobra sumar los porcentajes en que se violó la cacareada ley en pleno periodo de veda electoral— y los partidos políticos están contratando sus propios servicios de monitoreo para sus campañas y cuando llegue el momento de cotejar datos duros… another pile of shit will hit the fan. Y los ilustres funcionarios del TEPJF van a trabajar horas extras porque las divertidas impugnaciones serán la moda de la temporada de Verano (caliente y peligroso) y el PAN de la mano del Gymboree presidencial hará lo que sea, como sea y al precio que sea, por ganar (le a su miedo). Apostarán a que haiga sido como haiga sido los votos les favorecieron y mientras se inicia el largo proceso de investigar las quejas y las anormalidades electorales... los azules entrarán por la puerta de atrás.
Y no bastará la mano tendida que hoy sonriendo despliegan las lacritas tricolores afirmando que no le regatearán a Felipe su apoyo para la búsqueda de soluciones ante tanta espléndida crisis, en cuyo tablero continúan encendidos (y subestimados) varios focos rojos, por la simple razón de que la volatilidad social está sumando demasiados factores de riesgo (¿de un colapso rápido?).
Todos combinados son una mezcla explosiva de C-4 graduado en el interior del calderón, cuyo gabinete está rebasado por las actuales circunstancias que ya hacen palidecer aquél escenario del empresario catastrofista que les escupió en la cara aquellito de su pronóstico para que luego no anden llorando.
Y eso que el marrano virus A H1N1 no figuraba en el delicado reventón, que junto al otro anuncio de la caída en la captación fiscal en este primer trimestre y con el vaticinio de la hecatombe económica diseminada por la influencia de la influenza...
No se ven muchas salidas. Y las que hay no están siendo consideradas por este (des)gobierno, cuyo titular tiene la mira puesta en julio como si agosto no existiera y bajo la atractiva premisa de que no pasa nada.
Así es, my friend, no pasa nada... hasta que pase. Y en México, aunque no lo parezca, algo grande va a pasar.
Por la Mirilla
Hoy veremos de que cuero saldrán más correas con las medidas solicitadas por la SEP para el regreso a clases y, of course, a la gloriosa normalidad…
gomezalce@aol.com

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