Ricardo Andrade Jardí
Jodidos estamos. Acepta la Secretaría de Salubridad y Asistencia, ante la contundente evidencia, que la pobreza acrecenta las posibilidades de contagio de la “Influenza Humana”. 70 millones de mexicanos somos vulnerables a la epidemia que ha justificado en México la dictadura sanitaria y que nos ha convertido en el mundo en los chivos expiatorios del capitalismo, sistema global que ha logrado volver locas a las vacas, agripar a los pollos y contaminar con influenza a los cerdos, mientras el conocido asesino y ex presidente de Estados Unidos G. W. Bush, accionista importante de los laboratorios Roche, ve crecer, junto a varios de sus socios y ex-miembros de su gabinete, sus ganancias con el “nuevo” fármaco que logra “vacunarnos” del virus porcino, ahora humano, de la influenza A.
En tanto la danza de las cifras oficiales, en México, sigue haciendo magia y ya sólo son 26 los muertos por el virus, mientras los otros 100 originalmente informados como decesos pasan al olvido. Olvido merecido por haber cometido la tontería de morirse de gripe y no del virus de moda con el que la terrorista familia Bush sigue acumulando millones de euros, es de suponer, porque los dólares ya se sabe que corren el riego de devaluarse como el peso hasta llegar a situaciones que causan risa. Luego ya nos iremos enterando de los accionistas mexicanos de los laboratorios Roche, presumiblemente ligados al sector sanitario, que hoy declara contingencias y cuarentenas y por supuesto promueve la compra, con dinero público, del medicamento mágico, que tan sólo en una semana promete salvar al mundo de la pandemia, que hace unos días amenazaba con terminar con nuestra occidental y estúpida forma de vida; el guión parece sacado de alguna película gringa de los 90, sólo que los protagonistas no son ni Rene Russo, ni Dustin Hoffman, sino el “Elliot usurpador Ness” mexicano convertido en una copia chafa, muy chafa, del Dr. House; más o menos como sucede con parte de nuestro nuevo cine nacional cuando se ponen hacer copias de las recetas taquilleras de Hollywood sin ningún nivel de trascendencia para el arte o cultura en México.
Lo que no deja de ser algo más que una simple curiosidad es que justo ahora en medio de la crisis financiera global los laboratorios Roche tengan la vacuna contra la influenza humana y que mientras los mercados financieros se derrumban, las acciones de dichos laboratorios repuntan ante el pánico colectivo provocado artificialmente por el sumiso desgobierno mexicano, aliado incondicional de las peores causas, de los más aberrantes delitos de lesa humanidad, empezando por el criminal neoliberalismo.
“Busca a quién beneficia el crimen y encontrarás a los culpables”, reza uno de los principios del derecho romano, el crimen es claro, los beneficios son muchos y pocos los beneficiados.
Pero lo cierto es que los presuntos criminales quedarán impunes, como quedaron impunes los asesinos terroristas que aseguraron la existencia de armas de destrucción masiva en Irak...
La influenza humana es un acto terrorista justificado por el libre mercado y la Democracia Corporation S.A.
Es hora de que la humanidad cambie el rumbo y la respuesta, si no queremos morirnos de una pandemia, o de una paranoica desinformación teleusurpadora, no está, obviamente, en el capitalismo.
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