Lic. Hugo Carbajal Aguilar
Dado que en las actuales circunstancias el régimen actual está mostrando su faceta real consistente en la utilización de la represión por todos los medios, se hace necesario destacar el papel de sus testaferros más connotados. De pronto, sin más ni más, se ha dejado sentir esta oleada represiva en contra de todo movimiento social, en contra de los trabajadores y de todo intento de organización popular, sindical, estudiantil... Se vuelve peligroso el régimen porque regresa a escenarios que se creían ya aprendidos y -por lo mismo- superados. El fantasma de Díaz Ordaz recorre la nación y varios miembros del gabinete actual y de los gobiernos estatales emulan a las dictaduras del Cono Sur que tanto daño hicieron en pasadas décadas.
Tal vez sin pretenderlo los miembros de las cúpulas del poder van a mostrar sus simpatías por los Pinochet, por los Videla, los Stroessner, los D'abuisson que hicieron gala de sus sentimientos cristianos y mandaron encarcelar, torturar y asesinar a miles de trabajadores y trabajadoras que, en leal oposición, lucharon contra esas dictaduras. Por cierto jamás se escuchó a un prelado de la Iglesia amenazar con la excomunión a estos criminales si exceptuamos las proféticas voces de Don Sergio y de Monseñor Romero.
Con todo eso hay que examinar la actuación de nuestros gobernantes actuales. ¿Qué le parece a Ud. desocupado lector la actuación de los gobernadores? ¿Qué le parece el gobernador de Veracruz que en soberano acto de cobardía da la razón a los violadores y asesinos infames de la anciana de Zongolica? Experto en mentir este Fidel Herrera da una cátedra de abyección y justifica -así como así- un acto criminal, alevoso y cobarde digno de individuos de la peor calaña. Se suma así a la pandilla de Felipe Calderón quien ha mostrado fehacientemente que en el ejercicio del poder puede manifestarse como un sujeto sin escrúpulos. Basta.
¿Y qué me dice de ese otro ejemplo de civismo y de moralidad monacal llamado Mario Marín, mejor conocido como el góber precioso sorprendido en una conversación de altura con un empresario consentido del régimen? ¿No es para escandalizarse? Plenos de cinismo estos personajes continúan en sus ambientes podridos tan campantes...
Sigamos. ¿No destaca también ese torvo sujeto Ulises Ruiz como represor directo de ese sufridísimo pueblo de Oaxaca? ¿No pesan sobre él graves responsabilidades de asesinatos y encarcelamientos de gente del pueblo? ¿Y qué decir de los jueces que obran en favor del poder y no en favor de la justicia? ¿No llevan culpa? ¿Todos ellos se han puesto de acuerdo para reprimir, encarcelar al pueblo entero?
En este mismo tenor, ¿qué me dice Ud. de ese joven gobernador del Estado de México que se estrenó como represor en Atenco? ¿No pesan sobre él varias sospechas? ¿Cómo es posible que los jueces prevaricadores hayan sentenciado a 67 años (!) a los líderes de ese movimiento acusados de secuestro, sedición y etcéteras? ¿No hay, no tenemos a un juez, uno sólo que haga gala de su papel y se niegue a seguir los dictados del poder? ¡Qué barbaridad! Estamos desamparados.
Y Bours, y Moreira, y Lazarito con la batea de babas, en fin...
Falta que hablemos del empresario ese que se cree gobernador de Guerrero, que desconoce a su propio pueblo, inventa proyectos magnos como una Presa en La Parota contradiciendo las demandas y súplicas populares, encarcela a los que encabezan esas protestas y alardea de su cercanía con el que se dice presidente de México. ¡Qué ternura de hombre!
¿Sabe Usted dónde anda el exgobernador de Morelos? Ni falta que hace, ya lo sabrá. Pertenece a una camada de frívolos que, ya tocados por la enfermiza ambición del poder, no pueden estar sin hacerse presentes. También este angelito dejó su cauda de represión aquí en Morelos. ¡Ah! y no olvide que el Secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, dio ejemplo claro de cómo gobierna el PAN cuando fue gobernador de Jalisco. Todavía hay muchos jóvenes, hombres y mujeres, presos en ese Estado que fueron víctimas de este puritano y moderno fariseo. Tal parece que todos estos gobernadores quieren congratularse con él emulándolo en sus peores decisiones.
¿En quién confiar? ¿En la Iglesia? ¿En la Comisión Nacional de Derechos Humanos? ¿En nuestros diputados y senadores? ¿En los jueces que llevan estos asuntos y que ya sabemos cómo van a sentenciar? ¿No le parece que necesitamos organizarnos para responder a esta ola represiva de gobernantes de distintos partidos zafios y enfermos?
Nos parece y nos urge...
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