Rebelión
El gobierno democráticamente electo del primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales Ayma, quien dirige un proceso de transformación democrática, hoy es el objeto enemigo principal de Washington en América Latina. Washington tiene a Bolivia en la mira, no solamente porque la considera el eslabón más débil en el creciente eje de esperanza en la región pero también por su rol como catalizador que inspira las luchas de los pueblos indígenas en función de la verdadera justicia social tanto a nivel regional como internacional.
El gobierno de los EE.UU., en colaboración con la transnacionales de gas, gran agro negocio y la antigua clase política de Bolivia, organizado a través de los llamados comités de las provincias adineradas del este de Bolivia ya han desplegado su plan cuyo objetivo es desestabilizar este gobierno, utilizando tal vez una guerra civil como pretexto para la intervención extranjera militar. Este plan incluye, entre otras: la distribución de material racista que incita a la gente "a derrumbar este indio de mierda"; provocar enfrentamientos violentos; financiamiento por parte del gobierno de los EE.UU. a los partidos y organizaciones de la oposición; movilizar grupos fascistas de jóvenes y contrabandear armas en el país.
La mayoría de los bolivianos han depositado sus esperanzas para un cambio democrático en la asamblea constituyente que fue convocada el día 6 de agosto de 2006 y encomendado la tarea de encarnar en una constitución nueva la visión de una nueva Bolivia que ha surgido de los anos de lucha contra el neoliberalismo.
La mayoría de los bolivianos están claro sobre que forma quieren que tome esta nueva Bolivia: un estado plurinacional, democrático y comunitario que retome el control de los recursos naturales y reconoce, dentro del marco de la unidad nacional, autonomías a nivel departamental, municipal, regional y para los 36 naciones indígenas que componen Bolivia.
La antiguas elites dominantes, cuyas posiciones de poder económicas y políticas se basaron en siglos de opresión racista, al estilo apartheid, de los pueblos indígenas no están dispuesto a aceptar ni siquiera las mas mínimas reformas en beneficio de la mayoría indígena, ni la continuación en cualquier forma, de esta revolución pacifica y democrática, aunque esto implique bañar el país en sangre.
Es imprescindible que los gobiernos y los pueblos del mundo denuncian cualquier intento de fomentar una guerra civil, y la consiguiente ocupación por parte de la ONU o de los EE.UU. o un golpe militar, y rechazar la imposición de cualquier gobierno ilegitimo en Bolivia.
Es la hora que todos los intelectuales, militantes sindicales, activistas de solidaridad, partidos políticos y todas las personas progresistas que creen en la verdadera justicia e igualdad alcen sus voces en defensa el gobierno de Bolivia y el pueblo boliviano.
¡No a la injerencia de los EE.UU. en Bolivia!
Firmado:
Australia -Federico Fuentes, Kiraz Janicke, John Percy, Adrian Fuentes
Peru - Hugo Blanco
Chile - Marta Harnecker, Maria Eliana Astaburuaga
Mexico - John Ross
Bolivia - Georg Ann Potter
Canada - Michael Lebowitz, Derrick O'Keefe, Sid Shniad, John Riddell, Roger Annis Susan Spronk, Nelson Rubio, Canadian Dimension editorial collective, Vancouver Bolivia committee, Vancouver Socialist Forum, Judy Rebick
US - Gregory Wilpert, Michael Albert, Benjamin Dangl, Martin Hart-Landsberg, Michael Parenti, Walter Lippmann, George Ciccariello-Maher, Al Campbell, Kirkpatrick Sale, Chesa Boudin, Greg Grandin, Thomas Mertes, Ronald Christ, Chellis Glendinning
Cuba - Camila Piñeiro Harnecker
Nicaragua - Felipe Stuart Cournoyer
UK - Pablo Navarrete, Alfredo Saad Filho, Andrew J Silvera, Janet Duckworth
France - Susan George
Sweden - Eva Björklund, Anki Ahlsten
Norway - Marta Sánchez
New Zealand - Grant Morgan, Vaughan Gunson, Mike Treen
South Africa - Ighsaan Schroeder
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario