lunes, mayo 05, 2008

Astillero

Julio Hernández López

Perreché

Partido de la Revolución de los Chuchos

Historias de AcostaNaranjo

El largo litigio electoral sostenido en el PRD por dos bandos igualmente impugnables ha derivado hacia la apropiación de los cargos en disputa por parte de una de esas facciones, justamente la que más control de la estructura decisoria tiene y la que más necesitada está de contar con membretes adecuados para participar en el agitado mercado político-petrolero que está por abrir una nueva temporada de subastas a debate.

Nueva Izquierda cree llegado el momento de apropiarse del control formal del Partido de la Revolución Democrática y, por ello, el Consejo Nacional de Los Chuchos (pues sólo esta corriente y sus aliados participaron en la reunión de ese órgano resolutivo) puso ayer a dos de los propios como presidente y secretaria general (sustitutos y sedicentes) del comité colaboracionista nacional del PRD: Guadalupe Acosta Naranjo es un producto neto del grupo de los Jesuses y estuvo a cargo del segundo puesto de la directiva perredista, con Leonel Cota como presidente. Y Martha Dalia Gastélum fue miembro de la corriente Foro Nuevo Sol, que encabezan Amalia García y su hija Claudia Corichi, pero al momento de optar entre Alejandro Encinas y Jesús Ortega para presidir el sol azteca Gastélum prefirió al segundo, contra la decisión mayoritaria del mencionado Nuevo Sol, que había resuelto y ordenado impulsar a Encinas, por lo cual desde el año pasado Martha Dalia fue dada de baja de la organización amalista y se ha asumido como un engrane más de la maquinaria jesuítica.

Acosta Naranjo, como discutible presidente sustituto del PRCH (Partido de la Revolución de los Chuchos), tendrá a su cargo la ingrata tarea de producir declaraciones institucionalmente divisionistas y específicamente contrarias a López Obrador que sean alegremente reproducidas por medios de comunicación que brindan a palabras de ese tipo el espacio y el tiempo que a otros temas regatean. Los perrechistas aportarán a esa maquinaria propagandística calderónica el material de escándalo, escarnio y asco que los comentaristas aliados al felipismo desmenuzarán concienzudamente, con aires de presunto academicismo “imparcial” y de periodismo “objetivo”. Además, obviamente, irán entrando gradual pero irreversiblemente al aro de los debates beltrónicos programados para aprobar al final lo que en esencia desde el principio estaba establecido (con algunos “cambios” secundarios o declarativos que en la práctica y con la letra chiquita podrán ser recuperados más delante o que eran excesos “sembrados” en la redacción original justamente para ser “corregidos” justicieramente por los cuidadosos legisladores del prianismo).

Para desgracia de los planes chuchos, Acosta Naranjo tiene una historia en Nayarit que, por ejemplo, fue denunciada el 12 de febrero de 2008 en una carta abierta publicada por Édgar Arellano Ontiveros, director del periódico Express de Tepic. Siempre dispuesto a los arreglos, Acosta Naranjo pretende revivir para comicios locales nayaritas la alianza con el impresentable Antonio Echevarría Domínguez, que en 1999 fue llevado a la gubernatura mediante comercializadas “alianzas” de partidos, entre ellos el PRD. Llegado al poder, el hombre rico de Nayarit persiguió a sus “aliados” e inclusive encarceló a Acosta Naranjo y le enderezó un linchamiento mediático soez. Ahora, aceitado para buscar nuevamente alianza con Echevarría (en julio se renovarán alcaldías y Congreso), Acosta ha declarado a reporteros locales: “ Las diferencias entre Toño y Naranjo están juzgadas por la historia, lo que yo dije y lo que dijo Toño de mí es imposible de cambiar, pero no les voy a hacer el juego a los que son los más interesados en que me acuerde lo que pasó hace seis años o nueve años, que lo que queremos hacer pa’ delante”. Esa actitud, y las posturas en general de Acosta, merecieron del periodista Arellano Ontiveros consideraciones que esta columna –sonrojada y pudorosa- prefiere no reproducir aunque deja a los lectores la dirección www.periodicoexpress.com.mx/parabolica/nota.php?id=944, en la que se podrán enterar.

La toma del PRD coincide con una más de las reapariciones públicas de Carlos Salinas de Gortari, cíclicamente especializado en asomar a portales vigilados y controlados para medir el grado de rechazo que su presencia continúa suscitando. Ahora lo ha hecho en adelantos periodísticos de un libro que mediante andamiajes técnicos, estadísticos y de diversa índole seudocientífica desemboca en dos lugares siempre tan sabidos: uno, el cobro revanchista de afrentas que contra él y su familia (en especial contra el jurídicamente honesto Raúl) cometió su hechura de 1994, Ernesto Zedillo, y dos, las críticas a Andrés Manuel López Obrador, el populista sin brillos académicos que tantas agruras causa al jefe neoliberal y harvardiano. La selección salinista de villanos favoritos pretende fijar fronteras al actuar de miembros del partido tricolor que en plena orfandad política e ideológica voltean a ver el movimiento lopezobradorista con cierta simpatía e inclusive nostalgia, pues la defensa del nacionalismo, y en especial del petróleo mexicano, fue parte del bagaje discursivo priísta durante un tiempo ahora en vías de olvido por instrucciones de los nuevos jefes Manlios y Emilios. Y, desde luego, el ex presidente vuelve a sus andadas tradicionales, tratando de colocar al pro yanqui Zedillo bajo la guillotina histórica para que sea éste, y no el Orgullo de Agualeguas, el que sea más culpado por el desastre nacional de las décadas recientes.

Astillas

Ya antes se ha hablado aquí de la extraña afición de la oficina de comunicación social de la PGR a enviar por Internet artículos y textos presentados como “lecturas sugeridas”. En días recientes distribuyó el Informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre terrorismo en el hemisferio occidental. El texto lleva como preámbulo una cita de Álvaro Uribe Vélez, el presidente de Colombia que tan orgulloso está de haber autorizado el asesinato en Ecuador de guerrilleros colombianos y estudiantes mexicanos… Y, mientras esta columna se une a la celebración nacional del cumpleaños setenta del maestro Carlos Monsiváis, ¡hasta mañana, en esta columna zacapoaxtla!

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