Armando González Rosado
Ignacio Zaragoza, bravo y astuto militar, tuvo enfrentamientos de combate que, hasta la fecha, nadie ha logrado superar en el Ejército Mexicano.Sin importarle la superioridad de las fuerzas enemigas prefirió siempre el combate a campo abierto, que el combate escapadizo de la guerra de guerrillas. Ignacio Zaragoza nace el 24 de marzo de 1829 en la Bahía del Espíritu Santo, Texas, cuando este territorio aún pertenecía a MéxicoA los 17 años, llevado por su vocación militar, se alista en la Guardia Nacional correspondiente a Nuevo León, cuando esta institución a nivel nacional, se encontraba en su etapa de iniciación. En 1853, Zaragoza se incorpora al ejército regular y al proclamarse el Plan de Ayutla, por don Juan Alvarez, en marzo de 1854, el joven capitán, con un puñado de 100 hombres, se levanta en armas adhiriéndose a dicho plan.Zaragoza obtiene una victoria en 1855, sobre las tropas santa annistas, en Saltillo, por cuya valerosa participación, se le asciende a coronel en el mismo campo de batalla. Se le considera como uno de los jefes militares que tuvo durante la Guerra de Reforma, acciones importantes como las tomas de Zacatecas y San Luis, y es ascendido por Santos Degollado a general de brigada.Al agravarse la situación financiera del país, por los empréstitos utilizados para la guerra, el presidente Juárez decreta una moratoria, Francia no está de acuerdo y hace evidente sus propósitos de invasión. Ante la proximidad de los invasores, se organiza el Ejército de Oriente y fue, en ese momento, cuando Zaragoza renuncia a su ministerio para ir al campo de batalla para defender a su patria.A diferencia del Ejército Francés, el mexicano carece prácticamente de todo, menos de valor. El primer encuentro con las tropas invasoras ocurre el 28 de abril de 1862, en las cumbres de Acultzingo, donde las pérdidas humanas son mayores entre los invasores, aproximadamente 500 decesos, en tanto que las bajas mexicanas sumaron unas 50.El 3 de mayo de 1862, Zaragoza llega a Puebla y manda fortificar los cerros de Guadalupe y Loreto; el 4 con Lorencez al frente del Ejército Francés, avanza para disponer su posición de ataque. Al amanecer el 5 de mayo de 1862, Zaragoza, sabiendo la desventaja en que se encuentra el Ejército Mexicano, dice a sus hombres: “Nuestros enemigos son los primeros ciudadanos del mundo, pero vosotros sois los primeros hijos de México y os quieren arrebatar vuestra patria”. La lucha no se decidía y el día se agotaba, por lo que Zaragoza decide enfrentarse cuerpo a cuerpo con el enemigo seguido por todo su ejército, el enemigo emprende la retirada cobardemente mientras el general gritaba: “Tras ellos, a perseguirlos, el triunfo es nuestro”.La bravura mexicana hace que el adversario retroceda concluyendo con una lucha desigual, pero que México terminaba con honor.Zaragoza es considerado por ello, Héroe de la Libertad y prócer de la Batalla de Puebla, recibiendo en el Palacio Nacional, una medalla en nombre de la Patria.Regresa a Puebla, donde muere de tifoidea, el 8 de septiembre de 1862. Sus restos fueron trasladados a la capital y enterrados en el panteón de San Fernando.armandogonza1@yahoo.com.mx
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