La isla que se nos “perdió”
La isla Bermeja, cuya existencia generó polémica durante el pasado debate sobre la reforma petrolera promovido por el Senado de la República, revivió ahora las discusiones en torno de los yacimientos petroleros submarinos transfronterizos ubicados en el Golfo de México y que comenzarán a explotarse a principios de 2011.Pero hay algo más: Localizada a 160 kilómetros al norte de Yucatán y Campeche, la isla ya “no existe”… Junto con otros islotes y cayos, Bermeja había formado parte del Tratado Bilateral sobre Límites Marítimos firmado entre México y Estados Unidos el 9 de junio de 2000, en las postrimerías del sexenio de Ernesto Zedillo.Por su ubicación, este escollo ampliaba el límite de la frontera marítima de México con Estados Unidos, lo que significaba para México contar con una porción mayor de yacimientos petroleros submarinos transfronterizos en el Golfo de México. Según expertos, esta zona aloja reservas de crudo equivalentes a 22 mil 500 millones de barriles. El problema es que, en la época en que se firmaron los acuerdos con Estados Unidos, isla Bermeja “se hundió” a raíz de una conjunción de factores climáticos y tectónicos, y desapareció de los mapas, de acuerdo con la versión oficial mexicana. La isla quedó en el olvido durante varios años, hasta que el asunto volvió a abordarse en los foros de debate organizados por el Senado sobre la reforma energética.El 5 de junio pasado, durante el octavo encuentro sobre Yacimientos Transfronterizos, Negociación, Exploración y Explotación, el senador perredista Arturo Núñez preguntó a los embajadores Miguel Ángel Félix González y Alberto Székely qué había pasado con la isla. Ambos diplomáticos fueron los coordinadores de la negociación del Tratado con Estados Unidos para la Delimitación del Polígono Occidental en el Golfo de México durante el sexenio de Zedillo, e incluso “documentaron” la versión oficial sobre la desaparición de la isla.“Si bien me amparo ante ustedes como desconocedor del asunto –dijo Núñez en ese foro–, sí he leído algo relativo a la isla Bermeja o isla Pasión, que desapareció del mapa y redujo nuestra plataforma continental, nuestra zona económica exclusiva.”Félix González le respondió: “En efecto, se encontró el promontorio pero más o menos 40 o 50 metros abajo del mar. Es decir, que si esa isla estuvo en alguna época arriba, y ahora está abajo del mar, ya no puede considerarse como isla.Así mismo, explicó que a México le costó un año negociar con Estados Unidos lo relacionado con dichos yacimientos submarinos y aun así no quedó claro cuál sería la situación de éstos, por lo que se estableció una moratoria de 10 años para su explotación, plazo que vence el 18 de enero de 2011.“Y ahora nos encontramos con que Estados Unidos tiene ya perforación de pozos a cinco kilómetros de la frontera, en el Cinturón Plegado Perdido, previendo iniciar la explotación para 2010; y que Cuba está haciendo lo mismo en su zona limítrofe con México, previendo explotaciones para 2012”, dijo el diplomático en ese foro.Consideró además que existe un riesgo real “de que mañana amanezcamos con que los estadunidenses ya pincharon un yacimiento y nos están robando el petróleo”. Para evitarlo, expuso, deben renegociarse los tratados internacionales con Estados Unidos y Cuba sobre la explotación de esas vetas compartidas; incluso señaló que no hay dominio de ningún país sobre esos depósitos petroleros submarinos.
La isla hundida del tesoro perdido
Si bien para Félix González el tema de los yacimientos es ajeno a la reforma energética, propuso que se agregue un apartado en la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional para que los yacimientos encontrados en la frontera marítima de dos países puedan explotarse de manera bilateral o multilateral.En contraste, el embajador Alberto Székely destacó en ese debate que México debe pedir a Estados Unidos una prórroga para la explotación de esos yacimientos, pues la fecha para esto último, 18 de enero de 2011, podría traer problemas a ambos países.“Nos quedan mil 55 días para esa fecha”, dijo Székely aquel 5 de junio en el Senado. Y criticó al gobierno federal porque, dijo, no ha negociado un acuerdo para hacer respetar la Constitución en lo relativo a las canteras de petróleo náuticas.“Estoy convencido de que el modelo de Puerto Vallarta que se hizo hace 20 años es un buen inicio para tener un tratado bilateral en la materia, desde el punto de vista técnico y jurídico”, explicó. Según él, en el tratado firmado en 2000 hay defectos como la moratoria de 10 años para la explotación de yacimientos compartidos, pues dejó lagunas jurídicas sobre qué pasaría en este lapso; por ejemplo, no obliga a Estados Unidos a cumplir ese trato.Miembro de la Corte Permanente de Arbitraje Internacional de La Haya, Székely consideró que el problema de los yacimientos transfronterizos no se va a resolver con enmiendas al artículo 42 constitucional. Y se manifestó “muy preocupado” porque, dijo, “está por perpetuarse un episodio de negligencia nacional: renunciar por irresponsabilidad jurídica y política a espacios como la isla de la Pasión e ignorar por descuido la riqueza mineral de los fondos marinos nacionales”.El problema de la “inmersión” de la isla Bermeja también ha sido abordado por los investigadores Fabio Barbosa Cano, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y el exsenador Humberto Hernández Haddad.Barbosa Cano, por ejemplo, cita un párrafo de la página nueve de la reforma a la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en el Ramo del Petróleo enviada por Felipe Calderón al Senado el 8 de abril pasado. En ésta el Ejecutivo admite que existen yacimientos compartidos con Cuba y Estados Unidos. El documento señala, según el investigador, que la explotación de esos yacimientos ubicados en el Golfo de México debe realizarse de manera proporcional entre los países involucrados.La iniciativa calderonista reconoce que en la región del Cinturón Plegado Perdido existen dos campos: Great White, descubierto en 2004 y ubicado a nueve kilómetros de la frontera con México, y Trident, ubicado a seis kilómetros de la frontera. El primero comenzará su producción en 2010; el segundo en 2014.El investigador asegura que ambos pozos están inactivos y la inversión está congelada. Explica que desde el sexenio de Zedillo se comenzó a investigar el Cinturón Plegado Perdido y en 2006 se difundieron los primeros mapas de más de 50 mil kilómetros cuadrados, así como las primeras localizaciones de ese tipo de yacimientos.Barbosa inició sus trabajos sobre los yacimientos submarinos hace algunos años en el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM cuando Jesús Silva Herzog Flores era el director de esta institución. En 2003 publicó el libro El petróleo en los Hoyos de Dona y otras áreas desconocidas en el Golfo de México, donde abordó el caso de isla Bermeja. Su importancia radica, escribió, en que “en la actualidad el gobierno de George W. Bush está haciendo preparativos para licitar bloques del Golfo en espacios como aguas internacionales de la Dona Oriental”, cuando deberían dividirse entre México y Cuba.Entrevistado en su cubículo del Instituto de IIE, el investigador comenta que el 29 de agosto de 2006 Calderón presentó un mapa de Pemex a Estados Unidos donde identificó 181 pozos en el golfo. Al año siguiente se reanudó la perforación de pozos en aguas profundas en los que se encontró gas y crudo pesado.Barbosa muestra a la reportera los mapas donde se localiza la isla, pero también exhibe documentos oficiales que aluden a una expedición efectuada por la Secretaría de Marina en 1997 en el buque Onjuku, la cual, sin embargo, no pudo encontrar la isla. Así se lo refirió entonces el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática al embajador Félix González. Y desde ese momento la isla desapareció de los documentos oficiales.El exsenador Humberto Hernández Haddad arguye a su vez que con el “hundimiento” de isla Bermeja se fue “la renta petrolera que hubiese representado para el fisco federal, y de manera muy especial para el fisco de los gobiernos de Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, la fuente de ingresos más importante para el siglo XXI por concepto de extracción de petróleo, gas y nódulos polimetálicos”.Hernández Haddad asegura que cualquier experto en la materia sabe que las islas no desaparecen. Y dice preocuparle que “estemos frente al misterio de una isla del tesoro que supuestamente se hundió” en momentos en que se negociaban los límites marítimos entre México y Estados Unidos.La isla Bermeja fue ubicada por primera vez por Antonio García Cubas en la Carta general de la República Mexicana de 1863; al año siguiente Manuel Orozco y Berra la mencionó en su Carta etnográfica de México; y en 1946 se volvió a hacer referencia a ella en el libro de Manuel Muñoz Lumbier titulado Islas mexicanas, editado por la Secretaría de Educación Pública. l
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