Antonio Gershenson
El presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Senadores, del PAN, anunció que el gobierno federal mandó una fe de erratas reduciendo la previsión del precio de exportación del petróleo mexicano para 2008, de 42.4 dólares por barril a 42.2. Se ha hablado de un convenio de la UNAM con legisladores para darles capacitación, pero en este caso debería empezar por enseñarles a sumar. Porque el senador panista dice que es una reducción de 2 centavos. Y el hecho de que no escriba o pronuncie el cero a la derecha, no cambia el valor de la cantidad, y la reducción será de 20 centavos de dólar, con los precios anunciados por el mismo legislador.
Pero lo grotesco no termina ahí. ¿En qué se basa la reducción en este precio petrolero? La previsión oficial para 2007 fue de 42.50 dólares. Y el precio promedio para el primer trimestre es de aproximadamente 47 dólares. Se esperan aumentos considerables en relación con lo previsto oficialmente, no una baja. Además, si consideramos los precios de los crudos de referencia, para cuya publicación no tenemos que esperar tanto, observamos que desde enero hasta abril el precio promedio mensual ha aumentado todos los meses, algunos dólares en cada caso.
¿Que está reduciéndose el ritmo de crecimiento en Estados Unidos? Cierto, pero eso ya está sucediendo y no está evitando que el precio del petróleo en los mercados internacionales suba alrededor de 3 dólares por mes, abril incluido. Y es que son varios los factores que inciden en este precio.
Entre los países productores de petróleo, la OPEP en especial, no se ve que vaya a cambiar la línea de defender el precio de crudo. Es más, dos de los exportadores más importantes, Venezuela e Irán, tienen una posición más enérgica. Y la demanda en otros países sigue firme. Es más, se está tejiendo una red de convenios entre países productores y consumidores que no incluyen a Estados Unidos, sobre todo en Europa y Asia, tanto para el petróleo como para el gas natural. En un momento dado, tal y como ha pasado con el gas, el petróleo puede escasear en Estados Unidos, elevando más los precios.
Tampoco se ve que esté por terminar la guerra de Irak. Si bien la mayoría de los legisladores se pronuncia porque se fije un calendario de retirada de las tropas estadunidenses, esto sería hasta 2008 y, sobre todo, el gobierno no lo acepta y, al contrario, ha enviado más soldados, con el consiguiente aumento del consumo de energía y, en especial, del petróleo y sus derivados.
Hay situaciones en varios países exportadores de petróleo que podrían causar escasez de este energético. Además de Irán y Venezuela, está el caso de Nigeria y, en general, la situación del llamado Medio Oriente. Parte de los países de esta región no son exportadores importantes de petróleo, pero sí lo son Irak, Irán, Arabia Saudita y algunos de los pequeños países del Golfo Pérsico.
Por si fuera poco lo anterior, meteorólogos pronostican un alto número y, para algunos casos, una alta intensidad de huracanes en el Golfo de México, y por lo tanto de la zona de gas, petróleo y refinerías frente a Estados Unidos, que ya la hubo en 2005, con el consiguiente aumento en los precios de los energéticos.
Como vemos, el cuadro no justifica ninguna reducción en previsiones oficiales de por sí más bajas que la realidad que vivimos y la que se ve venir. Este dato ha sido punto de polémica durante años. El precio oficial muy bajo frente al real se ha aprovechado para que Hacienda manipule los excedentes que le quedan y se impida el desarrollo de Pemex al impedirle el uso de la absoluta mayoría de los recursos que genera. También se ha endeudado a Pemex indebidamente para poder invertir lo indispensable, en vez de usar para ello su propio dinero, y no que se lo quede Hacienda.
Ultimamente se ha visto uno de los destinos del dinero despojado a Pemex: trato fiscal privilegiado a un puñado de enormes empresas, que pagan impuestos ridículamente bajos, y reciben devoluciones de impuestos que no se otorgan al contribuyente común, y que tienen en varios casos grandes ingresos por "rescates" que de ellos hizo el gobierno federal.
Otra parte se va a bonificaciones e incentivos a empleados de confianza de Pemex. El año pasado se calculó que el monto de estos pagos, ninguno de ellos por la ley ni por el contrato colectivo, fue del equivalente de 2 mil millones de dólares. En tres años, que es el tiempo que aproximadamente se requiere para construir una refinería, se juntarían 6 mil millones de dólares, lo necesario para construir dos refinerías.
Esas falsedades en las previsiones, entonces, tienen mucha importancia. Juegan un papel en la política oficial de despojo a Pemex, y enriquecimiento desproporcionado de una minoría.
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