Por María Teresa Jardí
"Denostado, calumniado, alicaído como ha estado casi año y medio (desde la perversa invención del "fraude electoral"), Luis Carlos Ugalde no imaginó que la realidad iba a poner a cada quien en su sitio y que él iba a quedar en el pedestal de la gloria. Con la maleta hecha para cumplir la merecida y honrosa invitación de dar cátedra en la Universidad de Harvard, este fin de año es el mejor de su carrera pública. Gracias ¡al PRD!, como consecuencia de la perversa conspiración en su contra de los partidos grandulones, en la que el PAN le hizo de lacayo de los otros dos".
Aunque usted no lo crea, lo que acaba de leer, alucinado, me imagino, como inicio de mi colaboración de hoy, lo afirmaba, sin ser 28 de diciembre ni como guasa anticipada de cara a la celebración del Día de los Santos Inocentes, el viernes pasado, 14 de diciembre, Mario Marín, director del Diario Milenio, en su colaboración diaria en ese diario. El mismo día que Ugalde "renunciaba" al puesto del que había, tardíamente, sido corrido.
Por cuestiones de inteligencia, incluso, tardíamente corrido, el impresentable sujeto, ya ex presidente del IFE, al menos. Pero quien tantísimo daño le ha hecho al país con su cinismo y desvergüenza, excavador de la tumba para el Estado de Derecho en nuestro país y enterrador al lado de la incipiente democracia mexicana.
No pude evitar el copiar y enviar a la red de la Internet con la que mantengo correspondencia la colaboración de Marín, no mucho más larga de lo que transcribo puntualmente al inicio de mi colaboración de hoy y siguiendo la misma tónica, invitando, al finalizar, a renunciar a Ugalde.
No quise evitarlo porque estoy convencida de que debemos conocer lo que opinan los que avalan que usurpadores lleguen al poder al costo de que el fraude se legalice por un tribunal iniciador de la carrera que lleva a la cabeza misma del Poder Judicial a legalizar la violación de niños y la tortura. Y las reformas penales que hoy amenazan de manera atroz al pueblo mexicano son consecuencia de la concatenación de cada una de esas cosas.
Como de antemano supuse que iba a ocurrir me llovieron los correos de respuesta cuestionando la mayoría el envío y elijo dos, que creo que resumen el tenor de las respuestas recibidas, para compartirlos hoy con ustedes:
"Por favor no me mandes cosas de Carlos Marín que la Puta Dora lo detecta como virus peligroso ya que la estupidez es sumamente contagiosa..".
Del segundo correo hago apenas un extracto, por razones de espacio, con la promesa de compartirlo íntegro en próxima entrega, por el interés que, sin duda, tendrá para ustedes conocerlo íntegro.
"Siempre me parecen vomitivas las declaraciones del señor Marín. Por otro lado me parece un acto de coherencia el que la "Universidad" de Harvard haya solicitado como profesor a Ugalde. No me sorprendería incluso, que lo nombraran en la cátedra de Etica Jurídica o algo así. Una de las cosas que siempre me sorprendió fue que personas cultas e inteligentes creyeran de buena fe en la excelencia de los centros de estudios gringos y algunas de ellas incluso creían, y todavía creen, que en EEUU existe el mejor nivel de vida del mundo y me miran con desconfianza cuando hablo de los grandes de Europa como los países de mejor nivel de vida y reparto de la riqueza. El mito de los "grandes centros de saber" gringos es desmentido, involuntariamente, por ellos mismos cuando definen a sus "Universidades" como "grandes mercados de Ideas", pues realmente eso son. Una universidad no es un lugar donde uno sólo acumula datos, es también, inevitablemente, un lugar de FORMACION del alumno, donde éste aprende a pensar en forma independiente, a alejar prejuicios de su educación anterior y a FORJAR EN SI MISMO su escala de valores. Si la Universidad renuncia a la formación del individuo, sus cátedras, inevitablemente también, se convierten en lugares de DEFORMACION, donde el alumno se llena de prejuicios y pierde su capacidad de análisis de la Realidad que es reemplazada por el Criterio de Autoridad. Es decir las cosas son ciertas si son dichas por personas o entidades prestigiosas o exitosas, y son falsas si son dichas por gente o entidades que acumularon fracasos económicos y desprestigio en su desempeño. Este es el criterio de la Anti-Ciencia y el Anti-Conocimiento veraz que establece escalas de valores "estándar" en los individuos que son generados por el sistema político para su conveniencia".
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