Carlos Fernández-Vega
Millones de mexicanos no “viven mejor” ni tienen un “presidente del empleo”
Al paso que va, y más puro estilo foxista, el actual inquilino de Los Pinos no tardará en llamar “atorón” a la recesión estadunidense que toca la puerta y “acontecimiento pasajero” a sus efectos concretos en la economía mexicana, y ello tiene sentido si se reflexiona que, más allá de la falta de resultados en el primer año de la “continuidad”, la nueva sacudida norteña hace más evidente que dos de los principales lemas de campaña del michoacano (“para que vivamos mejor” y “presidente del empleo”) nunca trascenderán el ámbito del discurso.
A menos que uno sea especulador bursátil o banquero, nadie puede “vivir mejor” sin empleo, y se supone que el michoacano debería estar al borde de la gastritis por el pésimo cierre de 2007, el lamentable arranque del año que apenas comienza y la peor perspectiva para todo 2008 en materia de generación de plazas laborales. De hecho, el término correcto para ese periodo tendría que ser generación de desempleo, porque en tan sólo 45 días (diciembre pasado y primera quincena de enero) se cancelaron alrededor de 282 mil empleos formales urbanos, la mayoría permanentes.
Pero no. Ni gastritis ni congoja. Por el contrario, una vez más el inquilino de Los Pinos recurre a la presunción de que la “turbulencia internacional” nos hace los mandados, y que “aun considerando un escenario hipotético de recesión en Estados Unidos, aun con ese factor, México crecerá este año cerca de 3 por ciento y generaremos más de 600 mil nuevos empleos en el país para las mexicanas y para los mexicanos. Nuestra economía está firme y esto no son sólo palabras, son realidades concretas”.
Eso dijo, pero la “realidad concreta” es que el mundo se prepara para atenuar, en lo posible, la nueva sacudida estadunidense, mientras que en Los Pinos apenas si consideran como una “hipótesis” la anunciada recesión en el vecino del norte. De cualquier suerte, en el discurso calderonista brota la realidad concreta, sin comillas: en 2008, si bien va, se generaría la mitad de empleos que demandarán los mexicanos este año, y la economía reportaría, también en el mejor de los casos, un “crecimiento” casi dos puntos porcentuales por debajo de 2006 y prácticamente la misma tasa que en 2007, aunque de todos es sabido que si la economía gringa cae, la mexicana se despeña más rápido.
En 2007, oficialmente, se generaron 756 mil empleos (la mayoría eventuales) en el sector formal de la economía, un monto 16 por ciento inferior a la de 2006, por mucho que en el discurso no dejó de presumirse la “cifra histórica” que en este renglón se alcanzó en el primer año de la “continuidad”. En los hechos, sin embargo, la generación neta de puestos de trabajo (formales e informales) desde que el michoacano se instaló en Los Pinos ha sido de tan sólo 80 mil y de 31 mil si sólo se toma en cuenta 2007, de acuerdo con el descenso en la tasa oficial de desocupación abierta (de 3.58 a 3.4 y de 3.47 a 3.4 por ciento, respectivamente, con números del INEGI), con lo que millones de mexicanos no “viven mejor” ni tienen un “presidente del empleo”.
Obvio es que uno de los primeros efectos negativos de la recesión estadunidense se registrará en la generación de empleo, de tal suerte que lo verdaderamente hipotético es que, como asegura el inquilino de Los Pinos, la economía mexicana “crecerá” 3 por ciento y generará 600 mil empleos en este sacudido 2008.
Cada día que pasa la “continuidad” se parece más al “cambio” en eso del manejo de cifras parciales y las intentonas de ocultar la realidad. En materia de ocupación, por ejemplo, Fox y su camarilla celebraban la “creación de un millón 370 mil 246 plazas en la economía formal” (eventuales 73 por ciento de ellos), pero no precisaban que ese número correspondía a todo el sexenio y que equivalía a tan sólo 19 por ciento de la demanda real de empleo en la economía formal, de tal suerte que casi 6 millones de mexicanos quedaron fuera de la “generación histórica” que tanto se festejó.
Fuera de la celebración quedaron las verdaderas cifras históricas del gobierno foxista: más de 3.25 millones de mexicanos, en números cerrados, expulsados de su tierra (principalmente a Estados Unidos) por la espléndida y sólida economía mexicana que para efectos sociales cada vez sirve para menos. Mientras esa economía generó, en promedio, 228 mil empleos formales por año, la expulsión de mano de obra se aproximó a 500 mil mexicanos anualmente. Y esto no es hipótesis.
Las rebanadas del pastel:
No sólo el petróleo: “es necesario denunciar el saqueo de oro que realizan los canadienses. Ahora se insiste en evitar la venta de Petróleos Mexicanos, pero también debemos atender la extracción de oro que se está haciendo en la Sierra Tarahumara. A finales de diciembre de 2007 me comentó una persona que vive en Urique lo siguiente: en el yacimiento El Sauzal, municipio de Urique, se extraen ocho toneladas de oro por semana. El verano de 2007 La Jornada publicó un artículo donde se indica que están en explotación 36 yacimientos de oro (por empresas extranjeras, la mayoría canadienses). Hace días platiqué con un minero de Guadalupe y Calvo, y me comentó que los canadienses andan comprando concesiones que algunos mexicanos adquirieron pero no tienen recursos para trabajar. Esto que está ocurriendo es un regalo de garaje, ni siquiera es una venta, porque es en la sierra de Chihuahua donde los tarahumaras viven en condiciones infrahumanas. Hagamos un esfuerzo por realizar un proceso de información al pueblo y a las organizaciones progresistas y nacionalistas. El verano pasado fui a Batopilas, al bajar la cuesta de la Bufa alcancé a observar algunas casitas de tarahumaras en el terreno más abrupto que la verdad se siente escalofrío. El Congreso debe revisar la legislación sobre concesiones mineras. Los recursos no renovables no deben regalarse al extranjero, puesto que en México hay mucha pobreza” (Raúl Villalobos Sánchez, raulines@prodigy.net.mx),
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