Foto: Francisco Olvera
Al mediodía, una enorme lona blanca cruzada en letras negras con la palabra “clausurado” cubrió la mesa directiva en el pleno de la Cámara de Diputados, mientras la diminuta figura de Ruth Zavaleta se perdía con sus gritos, ignorada por todos sus compañeros, debajo del pliego elaborado por la tabasqueña Mónica Fernández.
La toma de la tribuna camaral se preveía desde horas antes, impulsada por el descuido del gobierno de Felipe Calderón al ordenar a la secretaria de Energía, Georgina Kessel, que no se presentara a la cita establecida con los representantes del Frente Amplio Progresista (FAP).
La inasistencia de la funcionaria fue confirmada por Alejandro Chanona Burguete, coordinador de Convergencia, quien se comunicó con Kessel: “En relación con la asistencia de la secretaria, como que hubo teléfono descompuesto; yo le dije, bueno, entendemos que hubo un cambio, pero qué me dice usted, y me respondió: ‘yo quisiera que sepan que tengo la disposición para plantear esto’, y le comenté: lo del diagnóstico ya es extemporáneo, porque nosotros queremos hablar del debate nacional, a lo que me contestó: ‘bueno, yo quisiera un formato de diálogo y estoy a la disposición, y en esta ocasión no asistiré”’.
Entonces, el FAP sesionó en el Salón Verde, y determinó tomar pacíficamente la tribuna. En la discusión, temerosos de quedarse solos y de convertirse en blanco del juicio popular, los diputados afiliados a Nueva Izquierda maniobraron para sumarse a la protesta.
Octavio Martínez, uno de los líderes de esa corriente, preguntó a Alejandro Chanona si los diputados de Convergencia participarían en la toma, porque hasta entonces el coordinador de esa bancada no lo había hecho, Éste respondió: “Sí, Octavio, nosotros estamos listos desde hace una semana, y lo vamos a hacer con más de 50 diputados perredistas, pero no sé si ustedes lo harán”.
Para el seguidor de Jesús Ortega se agotó el espacio y tuvo que responder que se sumarían a la protesta. No obstante, Zavaleta Salgado dijo más tarde en entrevistas de radio que Nueva Izquierda subió a tribuna con objeto de cuidarla y defenderla.
Con la certeza de que en San Lázaro la mancuerna PAN-PRI transitará por la ruta del respaldo a las iniciativas de Felipe Calderón, las bancadas de PRD, PT y Convergencia determinaron la clausura del Congreso hasta abrir a debate nacional la privatización subrepticia de Pemex.
Con 18 metros de largo, la lona se fue desplegando sobre la tribuna, y ante la inminencia de ser cubierta por ella, Ruth Zavaleta se desgañitó mientras manoteaba ante la desesperación de ser ignorada por sus correligionarios: “¡Si no quitan la manta, no vamos a decir el resultado de la votación y se levanta la sesión en este momento!”
A Zavaleta se sumó un lacónico reclamo de panistas y priístas; los primeros reprocharon que el acto se orquestó por la corriente del “filibusterismo” legislativo, y los segundos lo calificaron de “error político”.
La toma de tribuna fue decidida en la reunión que los diputados de PRD, PT y Convergencia sostuvieron en el Salón Verde, a las nueve de la mañana, acuerdo que consideró permanecer hasta el fin del periodo, el 30 de abril, si no se abre el debate, y que conocieron todos los diputados y coordinadores, a excepción de la propia Zavaleta, quien se dijo sorprendida por esta acción.
Sólo habían pasado 17 minutos desde que, silenciosamente, el grupo parlamentario del PRD, incluidas las corrientes opositoras a la resistencia civil, ocupó la tribuna justo cuando Ruth Zavaleta daba entrada en primera lectura a un dictamen que crea el fideicomiso que administrará el fondo de apoyo social para ex braceros.
Sin prestar atención a sus compañeros de bancada, Zavaleta dio la palabra al priísta Jorge Estefan, quien como presidente de la Comisión de Hacienda habría de fundamentar el dictamen. “¡Ya dejen el micrófono, compañeros, se acabó la sesión!”, gritó desde su curul la diputada de Convergencia Layda Sansores.
–Les pido a los compañeros que por favor nos dejen continuar –respondió Ruth Zavaleta.
–¡No, ya terminó la sesión! –insistió Sansores Sanromán.
–¿Por qué va a terminar la sesión? ¿Porque usted lo diga, diputada? –reviró la presidenta de la mesa directiva, con lo que dio inicio a un largo intercambio de breves intervenciones, mientras Estefan dudaba en subir, aunque los legisladores de PRD, PT y Convergencia lo animaban.
“Señores diputados –llamaba débilmente la presidenta de la mesa directiva a sus compañeros–, yo estoy dirigiendo la sesión, no pueden ustedes dar la palabra”, pero nadie le hacía caso. Entonces pidió a Estefan que diera lectura a su intervención desde su curul, lo que rechazaron diputados del PAN y del PRI, quienes exigían que se diera curso a una iniciativa que daba respuesta a la demanda de justicia que por años han planteado los ex trabajadores migrantes en la Cámara de Diputados.
Se recordó que el dictamen fue apoyado por todos los grupos parlamentarios en comisiones, que los ex braceros se encontraban presentes y que nada justificaba bloquear la aprobación de una reforma que resolvía finalmente la demanda de más de 42 mil ex trabajadores del campo, creando un fideicomiso con un fondo de 5 mil millones de pesos para resarcirles los beneficios económicos que durante años se les negaron.
Para darle una salida al debate, Estefan anunció entonces que declinaba presentar su posicionamiento y pidió que el resto de los inscritos para hablar en favor de la iniciativa declinaran también, además de solicitar que tanto la primera como la segunda lecturas fuesen dispensadas y se procediera a votar, sugerencia que fue aprobada.
Acto seguido, se abrió el tablero electrónico y en menos de 10 minutos votaron en favor 393 legisladores, con lo que el texto quedó aprobado, aunque la presidenta de la mesa directiva se vio impedida de dar el resultado, pues justo antes de cerrarse el tablero, desde el extremo derecho, un grupo de diputados del PRD desplegó la manta más grande que se haya llevado al pleno, la cual cubrió la tribuna y con ella a todos los que ahí se encontraban.
A la gran lona plástica, en la que se anunciaba la clausura del Congreso “en defensa del petróleo y de la patria”, le siguieron otras mantas de menor tamaño que se colocaron a los extremos, en las que se leía: “¡Por la defensa del petróleo, debate nacional!” y “¡Debate nacional, no fast track!”, además de pendones con la imagen de Mouriño y Calderón con disfraz de pirata.
La mayoría de diputados del FAP decidieron mantener ocupada la tribuna de San Lázaro indefinidamente, hasta que la mesa directiva de la Comisión de Energía del Senado modifique el calendario del debate nacional que deberá darse.
Que el caso de Zavaleta quede como moraleja: un traidor pierde el respeto y gana el desprecio tanto de los que traicionó como de los que le pagaron para hacerlo. Esta señora ya lo perdió todo, que se largue a la chingada con Cirigo a disfrutar de su maiceo, que les aproveche y no vuelvan a meterse de representantes de los mexicanos porque lo único que representan es la sumisión y la falta de dignidad y amor a su patria.
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