Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri
Tenía que ocurrir la censura al programa del periodista Francisco Rodríguez (autor de la columna Indice Político) el 18 de este julio, aniversario de la muerte física de Benito Juárez. Los panistas-calderonistas pasaron por alto la fecha (esperando recordar a Iturbide, para quien las monjas poblanas inventaron los chiles en nogada; a Maximiliano y a Victoriano Huerta ahora que Espino amenaza con el fantasma del golpismo).
Después de estar cuatro años en el Grupo de Radiodifusoras Capital (donde también cancelaron el programa de Ricardo Alemán) todo indica que los concesionarios no resistieron otra vuelta a la tuerca de la censura que dieron, Cortázar-Los Pinos y Mouriño-Gobernación, para impedir la continuación de ese espacio sustentado en la libertad de expresión.
Los panistas y en esto andan juntos y revueltos los seguidores de Espino y de Calderón (distanciados porque difieren si están con la Civitas Diaboli o la Civitas Dei, al grito de escóndanse bajo la cama porque ahí viene Maquiavelo... ¡huy, qué miedo!), no saben de tolerancia política ni religiosa. Y para todo le sacan la vuelta a la Constitución, como en el caso de su necedad por entregar PEMEX a las inversiones extranjeras. Y no se diga cuando se trata de someterse a lo dispuesto por las libertades de prensa.
En lugar de que Calderón recomiende (si fuera demócrata y republicano) hacerle caso a la crítica, como escribió Francisco Rodríguez en su columna informando sobre la inquisición administrativa a su programa de radio, pidió a la delegación mexicana deportiva no hacerle el menor caso.
Es decir: que tiren a locos a los periodistas, y sobre todo cuando informan verazmente y, con sus derechos constitucionales, ejercen la crítica y dan voz a los planteamientos populares.
Paco Rodríguez informaba y comentaba, en términos de las libertades de prensa como contrapoder; también abría el micrófono a varias voces, fundamentalmente a los ciudadanos-radioescuchas que sabían de la plena libertad para expresar su opinión, en la medida que los derechos constitucionales son de todos los mexicanos que se atrevan a manifestar sus puntos de vista, seamos o no “leídos y escribidos” hasta en asuntos como el problema del petróleo y que los exquisitos (Sergio Sarmiento, Aguilar Camín y su mafia liderada por Enrique Krauze) quisieran que no opináramos.
Francisco Rodríguez, en su Indice Político radiofónico llevó al máximo constitucional esas libertades, y no les pareció a los panistas y autoritariamente enviaron mensajes para que los concesionarios cancelaran el programa.
Está o debe estar claro que Maximiliano Cortázar Lara es quien le hace el favor al calderonismo de darle de patadas a las libertades de prensa. Y que la subsecretaria de Normatividad y Medios, Pía no sé qué, es su segunda de a bordo en la censura e inquisiciones administrativas para silenciar la crítica y doblegar a la prensa como contrapoder. No pasarán y los periodistas, como escribió Francisco Rodríguez, encontrarán espacios para continuar la tarea que los censores interrumpen.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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