Por Miguel Ángel Lizama
Como subproducto del sacudón social que ha dado a México el movimiento de resistencia civil pacífica encabezado por Andrés Manuel López Obrador, exacerbado por el fraude, la usurpación y las torpezas de quien se ostenta como Presidente "institucional" de la República, van surgiendo en diversos estados del país conjuntos de ciudadanos de distinta preparación e ideología, pero organizados en torno a temas comunes que los impactan y afectan como sociedad y como células básicas del tejido nacional.
Son los Grupos Plurales en cuyo nombre llevan la divisa. En ellos convergen hombres y mujeres de distintas cunas, procedencias, formaciones, formas de subsistencia, inclinaciones o filias políticas, que coinciden en un amor profundo a su tierra, a su historia y cultura, a su nacionalidad. Es gente estudiosa de su pasado, inmersa en su presente y preocupada --sumamente preocupada-- por el futuro que les tocará a sus nietos.
Tienen en común el desprendimiento personal en favor de quienes serán "las generaciones venideras" y una apertura enorme hacia todo lo que pueda incidir en ese porvenir.
No excluyen a nadie y aceptan a todos. En el Grupo Plural de San Luis Potosí han pedido tribuna tirios y troyanos. Todos han tenido su oportunidad de ser escuchados y han expuesto sus argumentos y tegumentos. Algunos, en plan de leva, no han regresado al verse con las manos vacías de seguidores. Otros regresan e insisten en plantear sus tesis buscando prosélitos o simpatizantes.
A nadie se le impone nada. Son espíritus libres que no aceptan dogmas ni imposiciones ajenas. Cada uno decide por sí mismo y ante sí. Son la antítesis de la Organización Nacional El Yunque que se guía por el fanatismo dogmático y belicoso para imponer su visión medieval y la sumisión del hombre por el hombre.
En el Grupo Plural del Centro, nacido en Querétaro, hay abogados, sociólogos, políticos, artistas, empleados, desempleados, de chile, dulce y manteca. Todos ocupados en sobrevivir los malos tiempos que tratan de hacer del país otra colonia estadounidense, preocupados por los vicios y la impunidad que se han institucionalizado en México y se van haciendo parte cotidiana del acontecer social.
Estos Grupos Plurales buscan una vacuna contra la aceptación resignada del cáncer social que los medios de comunicación "institucionales" quieren imponer como "globalismo" y "modernidad", sustitutivos del nacionalismo mexicano que insisten en desechar como "mitología" anacrónica. Inevitablemente rememoran los Círculos Literarios del Siglo XIX, donde germinaron las ideas de Independencia y dignidad identitaria; donde la Corregidora de Querétaro aportaba su sensibilidad y percepción femeninas a las tesis planteadas por don Miguel Hidalgo y Costilla, compartidas por el capitán Ignacio Allende (jefe de la guarnición del pueblo de San Miguel, Guanajuato) y el alcaide de las cárceles queretanas, Ignacio Pérez, entre muchos otros.
Hoy, igual que entonces, ciudadanos libres de conciencia y razonamiento, con un verdadero amor a la tierra donde germinaron, retoñan y se marchitan, debaten y luchan con ideas que luego convertirán en acciones para impedir que el país se desbarate o malbarate en las ambiciones de una minúscula cleptocracia (como antaño fueron los encomenderos), mayúscula en voracidad y prepotencia.
El país de nuestros nietos tiene enormes esperanzas mientras haya ciudadanos preocupados por su futuro, ocupados en la búsqueda de coincidencias para engrandecerlo.
Por eso no es retórico mi utópico decir que los Grupos Plurales levantan un mejor México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario