Stella Calloni
Buenos Aires, 19 de febrero. Las organizaciones patronales de agricultores de Argentina anunciaron hoy una nueva huelga de cinco días a partir de este viernes con cese de ventas en todo el país, anuncio que causó sorpresa debido a que momentos antes la presidenta Cristina Fernández aceptó un diálogo con los ruralistas, si bien señaló que debe darse sin amenazas ni presiones.
La mandataria dio a entender que no se modificarán ni suspenderán las retenciones tributarias, como exigen los dirigentes de la Mesa de Enlace que agrupa a cuatro entidades patronales agrarias.
Fernández recordó que se han tomado numerosas medidas para apoyar a diversos sectores del agro –que han sido aceptadas por los productores en varias provincias–, incluyendo a Emergencia Agropecuaria que la propia Mesa de Enlace exigía a finales del año pasado.
Agregó que el gobierno tiene una voluntad inmensa de dialogar con el campo pero que no está dispuesta a disminuir impuestos.
Ahora la dirigencia de las cuatro entidades patronales –que en 2008 logró impedir un aumento de retenciones mediante un largo paro patronal con bloqueos carreteros y desabasto– pretende que las que ya están acordadas bajen o se suspendan, en el contexto de la nueva crisis económica mundial.
La presidenta argentina señaló que en realidad se pretende no pagar nada, y que aunque sería bárbaro decir que nadie pague impuestos, eso es imposible.
Recordó además que hace sólo 15 días parecía que el mundo se venía abajo por la sequía y que después de decretar la emergencia agropecuaria, lo que ha permitido postergar el pago de impuestos a los productores afectados, ahora parece que el problema es otro.
Ante esta situación y las nuevas demandas, la mandataria reclamó mayor equilibrio y racionalidad en los planteamientos e instó a los líderes del sector agropecuario a pensar en millones de argentinos que no tienen posibilidad de discutir lo que pagan de renta.
Ante la crisis, el gobierno llamó a los empresarios en general para que reasignen algo de las grandes ganancias de los últimos años, que no recurran al despido de trabajadores y que apoyen a los sectores más indefensos de la población.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en imagen de archivoFoto Ap
Pero anoche ya los dirigentes de la Mesa de Enlace advertían su impaciencia por la falta de diálogo. Algunos miembros condicionaron el diálogo a un previo anuncio de rebaja en sus impuestos, que según la mandataria produciría un severo daño social a otros sectores, incluyendo al campo.
Sin embargo un conflicto adicional se suscitó después de que el vocero de la presidenta, Miguel Núñez, informó que ha habido contactos secretos entre el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y el ministro de Planificación, Julio de Vido. Los dirigentes del agro consideraron que este anuncio están destinados a dividirlos.
Biolcati afirmó hoy que él había respetado la palabra de confidencialidad empeñada, lo que no hizo el gobierno, y que con esto se habían roto los códigos.
Hasta anoche los dirigentes de la Mesa de Enlace, incluso Biolcati, insistieron en que las conversaciones estaban encaminadas a buscar una solución al conflicto. Pero ahora algunos líderes sostuvieron que si existieron corren por cuenta y orden de los protagonistas, lo que crea contradicciones porque Biolcati aseguró que todos sabían de las negociaciones.
Hay también desgaste público de la Mesa de Enlace al rechazar todas las medidas del gobierno, que han sido aceptadas por otros sectores. Ayer, tras una junta de las cuatro entidades, los dirigentes Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas; Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria Argentina; Carlos Garetto, de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria, y Daniel Pelegrina, de la Sociedad Rural, dijeron que el gobierno está dilatando el diálogo y amenazaron con nueva protesta en el contexto de la Fiesta Nacional del Trigo, mañana en Leones, Córdoba.
La Comisión de Enlace ha demostrado con palabras y hechos ser parte de un proceso serio de búsqueda de soluciones: la gravedad de la crisis no permite más dilaciones inexplicables, expresaron en un comunicado.
Ahora se convoca a esta nueva reunión en que se definirán los próximos pasos. Buzzi está en situación difícil ya que que el año pasado, al no aceptar varias propuestas que beneficiaban a los pequeños productores, terminó desfavoreciendo a éstos y ayudando a los sectores más concentrados.
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