Gritan tamaulipecos al espurio, custodiado por un helicóptero artillado de la Marina, cientos de soldados a bordo de Humvees blindados y armados con ametralladoras calibre 50, además de policías
Los tamaulipecos enarbolaron mantas y carteles en los que dijeron a FeCal que "No necesitamos sus tropas, somos gente de paz"; mientras un operativo de seguridad nunca antes visto se desplegó para proteger al espurio, que incluyó hasta un helicóptero artillado de la Marina. (UNIVERSAL)
REYNOSA, Tamaulipas, 9 de mayo (APRO/UNIVERSAL).- Custodiado por aire y tierra, Felipe Calderón inauguró hoy aquí el Hospital Materno Infantil, en una ceremonia que no estuvo exenta de incidentes.
Y es que a unos metros de donde se encontraba, cientos de habitantes de esta ciudad protestaron por los supuestos abusos militares cometidos en la lucha contra el crimen organizado.
Los colonos enarbolaron mantas y carteles, en los que se leía, "Bienvenido: hacemos de su conocimiento los abusos y robos que hemos venido sufriendo a causa de gente a su mando", "No necesitamos sus tropas, somos gente de paz".
La mayoría de los inconformes eran mujeres, procedentes de municipios fronterizos, como Camargo, Miguel Alemán, Mier, Díaz Ordaz y Río Bravo.
Pero no fue todo. En la víspera de la visita de Calderón a la entidad, sicarios mataron de dos balazos al priista Rolando Montante Sanmiguel en Nuevo Laredo.
En ese marco de violencia e inconformidad ciudadana, Calderón se comprometió a liberar a Tamaulipas --y a Reynosa en particular-- del asedio que han padecido por años por parte del crimen organizado. "Es una lucha de liberación de la esclavitud o del dominio que pretende imponer la delincuencia por diversos medios", consideró.
En determinado momento los colonos trataron de bloquear la calle que conduce de la carretera de Reynosa a Monterrey, pero fueron replegados por decenas de elementos de la Policía Estatal Preventiva, que con escudos y toletes los obligaron a retirarse.
Así, un operativo de seguridad nunca antes visto se desplegó en esta ciudad para la visita de Felipe Calderón, quien fue protegido por tierra y aire con un helicóptero artillado de la Marina, cientos de elementos del Ejército a bordo de vehículos Humvee blindados y armados con ametralladoras calibre 50, además de decenas de policías estatales que cerraron todas las calles por las que transitó el convoy del espurio.
El trayecto de Calderón hacia el Hospital Materno Infantil fue escrupulosamente vigilado. A una calle del sitio del acto, unas 60 personas, mujeres y niños en su mayoría, protestaron por la presencia del Ejército y exigieron con pancartas, su salida. Ese tipo de manifestaciones que se ha especulado son auspiciadas por grupos delincuenciales no fue vista por FeCal.
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