Gran Bretaña: La ley antiterrorista
Londres, 15 de junio (apro).- El pasado miércoles 11, el primer ministro británico, Gordon Brown, ganó por mínima mayoría una crucial votación en la Cámara de los Comunes que aprobó su nueva ley antiterrorista, la cual permitirá la ampliación de 28 a 42 días la detención sin cargos ni juicio previo de sospechosos de terrorismo, una medida que Amnistía Internacional (AI) calificó de "peligrosa".La cláusula 21 de la ley, que establece la extensión de tiempo de detención en casos excepcionales, fue aprobada por 315 parlamentarios y rechazada por 306.El gobierno ganó con una mínima mayoría de 9 votos, ayudado por los legisladores del Partido Democrático Unionista (DUP), de Irlanda del Norte. Según informaron fuentes parlamentarias a Apro, el rechazo provino principalmente de los bloques conservador y liberal democrático, sumado a un grupo de 37 laboristas "rebeldes", que sin embargo no pudieron detener el plan del gobierno.La victoria de la tarde del miércoles 11 le dio un respiro al alicaído Brown, quien venía de perder dos elecciones municipales y de sufrir un marcado descenso en los sondeos de opinión.Los analistas políticos sostienen que la votación del viernes 13 le permitirá al primer ministro recobrar fuerzas para poder recuperar su cuestionada autoridad política.Sin embargo, la extensión a 42 días podría ser rechazada en la Cámara de los Lores, una posibilidad que llevará a nuevos debates entre parlamentarios y lores para el otoño.Por su parte, el diputado David Cameron, jefe del Partido Conservador, declaró durante el debate parlamentario de ese mismo miércoles que al "destruir las libertades individuales, el gobierno hizo el trabajo de los terroristas"."Esta ley no funciona y no tiene justificativo alguno. Los terroristas buscan cercenar los derechos individuales y ello es justamente lo que ha hecho este gobierno", declaró el legislador en una acalorada sesión de preguntas y respuestas. Poco después, el veterano parlamentario laborista Tony Benn criticó duramente la legislación de seguridad y pidió que los lores "logren detener la ley".Nick Clegg, líder de los Liberales Democráticos, aseveró después de la votación que la jornada "es uno de los días más tristes" para la defensa de las libertades individuales británicas."Hemos visto el sacrificio de estos principios para salvar el pellejo de un primer ministro que se hunde. No tuvo nada que ver con la sustancia de la ley", afirmó el parlamentario a la cadena Sky News.Sin embargo, Brown se mostró desafiante y subrayó que el gobierno "no tomará riesgos por la seguridad nacional". Y aseguró: "La policía británica pidió por la extensión y nosotros hemos tomado en cuenta ese pedido. Lo más importante es nuestra seguridad". Mientras, una encuesta publicada el día de la crucial votación en el matutino inglés Daily Telegraph indicó que 69% de los británicos está a favor de la nueva ley antiterrorista.Según el sondeo comisionado a la consultora YouGov, la gran mayoría de la población está de acuerdo con el gobierno para darle más poderes a la policía en su lucha antiterrorista. De acuerdo con la encuesta, el 69% de los británicos apoya la ley "en circunstancias excepcionales", en tanto que el 24% se opone a la medida.Otro sondeo, publicado ese mismo día por el diario The Times, destacó que debido a las peleas por la nueva ley antiterrorista, el apoyo popular a Brown se ha desplomado a su nivel más bajo en décadas. El Laborismo quedó con sólo 25% del apoyo popular, en tanto que los conservadores mantuvieron el primer lugar, con 40% de los votos, según esa encuesta.Los liberales democráticos, la tercera fuerza política del país, mantuvieron el tercer puesto con 20% del apoyo del electorado. Advertencias
Después que la propuesta de Brown fue aprobada, la organización Amnistía Internacional (AI) dijo que esta nueva ley "es peligrosa y decepcionante".En un documento publicado en Londres minutos después del voto en la Cámara de los Comunes, la ONG británica indicó que la legislación "amenaza los principios de justicia y protección de los derechos humanos"."Ningún ministro del gobierno debería invocar un poder por el cual se le permita a la policía detener a alguna persona por seis semanas sin cargos", agregó AI. Según esta organización, los detenidos "tienen el derecho a ser acusados o, en caso contrario, ser dejados en libertad".Señaló: "La ley en Gran Bretaña se está alejando cada vez más de este principio básico y al hacerlo aumenta el peligro por detenciones arbitrarias y otras violaciones de derechos humanos". La ONG indicó además que la victoria habría ocurrido debido a las concesiones de último momento del gobierno. "Estas concesiones no resuelven las injusticias fundamentales que significan mantener en detención a un individuo hasta por seis semanas, sólo con base en una sospecha, sin que éste sea acusado por alguna ofensa o delito", continuó. En ese sentido, AI instó a los lores a "rechazar la propuesta". Precisó: "Amnistía Internacional vuelve a pedir al gobierno británico que escuche al gran número de parlamentarios que votaron en contra de esta medida peligrosa y mal concebida y a tantos expertos que expresaron muchas preocupaciones, y de esa forma abandone de una vez por todas la ley".Según AI, en lugar de impulsar dicha legislación, "las autoridades deberían revisar la ley antiterrorista y hacer que ésta se ponga en línea con los estándares internacionales básicos de derechos humanos, incluido el derecho a ser tratado justamente y a no ser detenido por un periodo prolongado de tiempo". "La idea de que el accionar antiterrorista de alguna forma requiere la erradicación y erosión de las garantías básicas, de las libertades individuales y de la seguridad física es peligrosa y desacreditada. El gobierno debe rechazarla de una vez y para siempre", concluyó. La polémica en Gran Bretaña ocurrió el mismo día que Scotland Yard inició una investigación sobre la manera en que documentos secretos del gobierno que contenían la más reciente información de inteligencia sobre Al Qaeda fueron hallados abandonados en un tren de pasajeros.Los documentos pertenecían a un alto funcionario de la Inteligencia que trabaja en el gobierno.Un pasajero del tren que viajaba desde la estación de Waterloo, en pleno centro de la capital británica, al condado de Surrey (sur de Inglaterra), descubrió el sobre abandonado con los documentos en un asiento y los entregó de inmediato a la BBC de Londres.Scotland Yard informó poco después que lanzó una investigación a gran escala para determinar si el informe con los papeles cayó en manos "equivocadas".El sobre contenía siete páginas, clasificadas como "Gran Bretaña-Top Secret", y que en la parte superior aclaraba "para ser vistas sólo por ojos en Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá y Australia".Sin embargo, la BBC indicó que en clara violación de las leyes de seguridad, el documento fue retirado de las oficinas de Whitehall y dejado por error en un tren.El material fue comisionado por el Ministerio de Defensa, el de Interior y por la Cancillería británica. Incluía temas como Irak y las amenazas de Al Qaeda.Lo cierto es que el debate por la nueva ley antiterrorista abrirá una zanja aún más profunda entre el gobierno y sus seguidores a favor de convertir a Gran Bretaña en una "fortaleza de seguridad", y aquellos que, como Amnistía Internacional y otros grupos en defensa de los derechos humanos, consideran que las medidas reducirán aún más las cercenadas libertadas individuales de los británicos, poniendo presión a la comunidad musulmana del país.
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