A propósito de la vigencia y urgencia del pensamiento de Karl Marx a su 190 aniversario de su nacimiento.
Por Andrés González
Nuestro mundo es estructuralmente fetichista, las cosas y las relaciones que hacen nuestra cotidianidad, permanecen siempre con su sentido oculto, cubierto por la apariencia que tapa su esencia. La realidad fragmentada o cubierta es captada inmediatamente por nuestra capacidad natural de comprender, de modo obvio e ingenuo, como actitud primera que el hombre adopta con respecto a las cosas y sus relaciones. Y como tal, es una actitud acrítica que no exige un esfuerzo reflexivo para movernos y actuar en el mundo fetichizado que se nos presenta.
Ese modo de comprender y abarcar de modo inocente y elemental el mundo fetichizado de las apariencias, constituye una conciencia fetichizada e invertida de la realidad, una conciencia que no pone en cuestión la ética del mundo vigente. Muchas de las irracionalidades del mundo son aceptadas por ser habituales, naturales o cotidianas.
La conciencia está desconectada del sentido del mundo por la apariencia fetichista de las cosas y relaciones que establecen los hombres; que fundan la cotidianidad. Simple y llanamente el ser humano mora y habita su mundo de manera acrítica, obvia y sin crisis.
Los párrafos anteriores pretenden caracterizar un momento de la conciencia social como conciencia enajenada, que se expresa consecuentemente en un comportamiento enajenado y funcionalmente ciego al sistema, que niega y oprime al portador de esa conciencia fetichizada, que acepta la explotación burguesa de su capacidad de trabajo, porque lo considera como un hecho natural, normal, cotidiano y no se escandaliza lo mas mínimo porque lo sobre-exploten a través de horas extras de trabajo, donde recibe un poco mas de paga. El obrero simplemente lo acepta, como un hecho que lo beneficia. Esta aceptación acrítica de sistema corresponde a una conciencia falsa de la realidad.
Aquí me gustaría señalar una de las tareas teóricas apremiantes que tienen que ser desarrolladas, que consiste en elaborar una investigación sobre la conciencia social en México y el Mundo. Marx mismo nos indica en el 18 brumario de Luis Bonaparte que el "…habla es el objeto fundamental del estudio de la conciencia social. Las leyes de la refracción de la conciencia social de la existencia en los signos deben de estudiarse ante todo en la materia del habla". Se tiene que estudiar el habla en relación con los medios de comunicación dominantes, porque es donde se expresan los intereses de la clase dominante, que siempre está destinada a establecer, fortalecer y mantener el consenso ideológico de los dominados, porque de ese modo la ideología de la clase dominante se convierte en la opinión pública de la gente de la calle.
Pero también es importante estudiar la música popular, el habla de las clases populares, sus signos y códigos, es decir; un estudio de la cultura popular en general para poder caracterizar los tipos de conciencia social dominantes en nuestra sociedad, para saber en qué medida las clases oprimidas identifican sus intereses de clase. Una teoría de la revolución no puede descartar una investigación actual sobre los diferentes estados y formas de la conciencia social. Antonio Gramsci un teórico actual y vigente para desarrollar una teoría de la revolución social, nos propone varios conceptos con respecto a las diferentes formas de la conciencia social: "la conciencia de clase, la conciencia nacional, la conciencia étnica, la conciencia campesina, la conciencia femenina, la conciencia individual. Los estados de la conciencia social son: el sentido común, la ideología, la ciencia y la filosofía".1
Todas esa formas y estados de la conciencia social no se presentan de manera pura, sino de modo dialécticamente articulado en el cuerpo social, la opiniones del todo social son heterogéneas y diversas. Una opinión pública crítica se constituye fundamentalmente dentro de un proceso complejo que puede ser caracterizado por varias etapas, donde las coyunturas políticas hacen ver o reflejan ante el cuerpo social como evidente la lucha de clase. El antagonismo de los intereses de clases se muestran por ejemplo, cuando las clases dominantes quieren hacer pasar como interés general, un interés particular de clases, como es el caso de la actual reforma energética que pretende privatizar PEMEX, esta coyuntura política hace evidente el antagonismo de clase y como el grupo en el poder obedece y sirve a los intereses de una clase social, en este caso a la burguesía transnacional.
Esta coyuntura a hecho emerger una conciencia nacional crítica, que no hay que confundirla con la conciencia de clase, esta conciencia nacional no se da de manera pura, sino que convive con otros tipos de conciencia social dentro del cuerpo social, que se a expresado de manera organizada en la lucha en defensa del petróleo, no descartamos en este proceso de toma de conciencia general el papel que tiene la prensa obrera que se encuentra comprometida con los interés de las clases dominadas y que se encarga de denunciar la irracionalidad del orden de cosas vigente.
Sin embargo, la prensa burguesa y los medios de comunicación dominantes buscan confundir a la población con respecto a sus verdaderos intereses, creando un discurso ideológico que justifica y encubre el verdadero sentido de las acciones políticas de clase política neoliberal y crean inclusive la atmósfera propicia para justificar lo injustificable: la represión al movimiento popular.
Quiero agregar que el grado de conciencia proletaria o de clase de un pueblo se comprueba o expresa a través de un comportamiento que genera acciones revolucionarias, de tal manera que la praxis es parte y expresión fundamental de la conciencia social. Es decir; una praxis fetichizada que reproduce funcionalmente al sistema de dominación es una expresión fundamental de una conciencia enajenada.
En la lucha en defensa de la nacionalidad del hidrocarburo, se ha expresado una praxis que corresponde a los gérmenes de una revolución democrático-nacional, antiimperialista que puede ser potenciada a través del esfuerzo articulado de crear una opinión pública crítica a través de medios de comunicación alternativos e independientes junto con la construcción de nuevas instituciones revolucionarias en el ámbito de la educación y la economía de la liberación. Pero no basta con eso, es importante buscar incansablemente la unidad de las diversas reivindicaciones sociales, de construir la forma partido, que no es el bloque social de los oprimidos pero es parte de él. Pues la forma partido busca siempre la articulación de la teoría revolucionaria que es fundamental para una praxis revolucionaria factible y de ahí la importancia de la crítica de la economía política de Karl Marx que es fundamental para determinar el programa político a seguir, porque sin teoría revolucionaria no puede haber praxis revolucionaria. Continuará…
1 Gramsci A. Antología. Siglo XXI México, 1970
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