domingo, agosto 10, 2008

Ciudad sin sueño


09 Agosto 2008

DIARIO DE CD. JUÁREZ
Edna Lorena Fuerte
Analista Política


La normalidad del descanso en la vida adulta de la mayoría de las personas consiste en dormir durante 8 horas continuas.

La calidad del sueño es un indicador de la buena salud y a la vez un factor de ello, de modo que los estudios en lo referente a los trastornos del sueño, como lo es el insomnio, ha tomado una gran relevancia en la medicina moderna. De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se ha dado a conocer que en Ciudad Juárez tenemos un 30% de la población adulta con problemas de insomnio de mayor o menor intensidad, que implican una causa médica para ver al insomnio como un grave problema de salud pública.

Uno de cada tres es una cifra enorme para cualquier grupo social, las implicaciones de este impacto a nivel de salud pública tienen tantas vertientes como el propio padecimiento. El insomnio es, sobre todo, un síntoma de un padecimiento; así como los dolores, es una forma en que el organismo da cuenta de un desorden en el sistema, de modo que debe analizarse cuáles son sus causas antes de combatir el sólo síntoma. A su vez, además de síntoma, el insomnio es causa de otros padecimientos que se van agravando conforme se padece, y dependiendo de su intensidad. Entonces la complejidad de este trastorno nace de su etiología diversa y de su también variado impacto sobre los organismos.

Así las cosas, el insomnio se padece por muy diversas causas: estrés, deficiencias alimenticias, enfermedades crónico-degenerativas, padecimientos leves, preocupaciones, trastornos psico-emocionales, etc. Y el tener insomnio produce también una serie de padecimientos: agotamiento, déficit de atención, depresión, disminución significativa del sistema de defensas, etc.

Es evidente que se trata de un asunto de la mayor importancia. El que el IMSS en nuestra ciudad considere al insomnio como un problema de salud pública, implica que su impacto ha rebasado los límites de la causalidad individual para tomar características colectivas que deben ser tratadas de la misma forma. Para problemas individuales, soluciones individuales; y para problemas colectivos, soluciones colectivas.

Si las receta de un paciente implica que el médico haga un análisis de su historia clínica, seguido de análisis orgánicos exhaustivos y pruebas de funcionalidad que lo lleven al diagnóstico adecuado y, finalmente, al tratamiento pertinente; con la salud pública se debe seguir un camino similar, entonces nuestras autoridades sanitarias deben encaminarse a un análisis claro de la salud de nuestra ciudad para poder determinar cuál es el origen de este padecimiento.

De esta manera, el tratamiento será adecuado a las necesidades de nuestra ciudad. Los juarenses hemos perdido el sueño, estamos inquietos, preocupados, comenzamos a mostrar las señales del agotamiento producto de la falta de descanso, y su repercusión a nivel de desarrollo social no se hará esperar. Las cifras de la productividad económica, el aprovechamiento escolar, la vida cultural, la integridad familiar y la salud de las parejas, mostrarán el componente negativo del insomnio.

Esa tercera parte de juarenses que no tiene calidad de sueño no están aislados, conviven como madres y padres, hermanos, parejas, compañeros de trabajo, dirigentes, gobernantes, empleados, profesionistas, intelectuales, etc. Cuya convivencia impacta al resto de la población que resiente los efectos de su
padecimiento en las relaciones cotidianas que establecemos con ellos.

Nuestras autoridades sanitarias deben ver el problema del insomnio como una prioridad, nuestra ciudad está enferma, los juarenses nos contagiamos de cansancio, de la imposibilidad de encontrar la tranquilidad necesaria al final del día y reponer las fuerzas para comenzar de nuevo al otro día. Si buscamos causas será fácil enlistar a la inseguridad pública, la incertidumbre económica, la inestabilidad social, la falta de perspectivas a futuro, y una larga lista de etcéteras.

Lo verdaderamente difícil será enlistar las soluciones que como sociedad debemos buscar para recuperar el descanso necesario para seguir avanzando. Una ciudad sin sueños es una ciudad sin esperanza, en Ciudad Juárez debemos recuperar la tranquilidad de nuestras noches, la serenidad en nuestras mentes y la salud del cuerpo que nos tiene en pie tantas horas al día y que, por derecho, nos reclama un reparador descanso.

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