Un grupo de anexionistas cubanos y frustrados neocolonialistas españoles escenificaron en Madrid un nuevo circo mediático, cuyo propósito fue, como siempre, intentar buscar publicidad y sobre todo dinero, en momentos en que unos y otros conviven en el mismo vertedero de la historia.
Contrarrevolucionarios de origen cubano y miembros del derechista Partido Popular (PP) organizaron otro show anticubano, con fiesta incluida, a costa de los contribuyentes españoles, y con el patrocinio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, una bien conocida enemiga acérrima de la isla caribeña.
El espectáculo propagandístico fue montado al estilo de la época en que gobernó España el PP bajo las riendas del ultraderechista José María Aznar, afamado también por su hostilidad malévola hacia Cuba, y por sus estrechos vínculos guerreristas y de todo tipo con el desacreditado jefe del régimen norteamericano, George W. Bush.
El citado circo mediático, por cierto con poca asistencia en la gradería, como suele ocurrir en ese tipo de actividades, fue protagonizado por los mismos anexionistas cubanos que viven merced el financiamiento que han recibido siempre del PP, y de integrantes de esa perdedora formación política que han pretendido hacer carrera vociferando contra la mayor de las Antillas.
Unos y otros, además con conexiones y lazos estrechos con la mafia cubano-americana y grupos terroristas radicados en Miami, cohabitan actualmente en medio de la frustración de la derecha española por haber sido derrotada en las dos últimas elecciones generales celebradas en ese país, y el fracaso de su obstinada política agresiva contra Cuba.
El empecinado actuar del PP hacia la Isla sólo le ha servido para mancillarse, y confirmar su postura neocolonialista, heredada de sus ancestros, así como su sumisión al actual inquilino de la Casa Blanca, quien como le ha ocurrido a Aznar, vive hoy en un perenne laberinto sin salida.
Por similar sombrío sendero caminan los fabricados opositores cubanos, cada vez más descalificados por su conducta mercenaria, y al mismo tiempo por sus embrollos y negocios turbios con la derecha española y la administración de Bush.
Evidentemente intentar hacer bulla mediática es lo que les queda a los deslucidos neocolonialistas españoles y a sus peones anexionistas para conseguir sacar la cabeza del profundo basurero en el que se encuentran sumergidos.
Ciento cuarenta años después de iniciarse las luchas por la independencia de Cuba del colonialismo español, cuyo aniversario se celebró este 10 de octubre, está más que demostrado que reconquistadores y mercenarios a sus servicios están condenados a la ruina, y al desprecio del pueblo de la mayor de las Antillas.
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