Por: Agencias
27 agosto 2009.- El ex presidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998) aseguró hoy que su país está en una situación de "preguerra" con Venezuela, en alusión a las tensas relaciones entre Bogotá y Caracas, congeladas desde el 28 de julio pasado por disposición del presidente Hugo Chávez.
Samper, quien hace pocas semanas visitó a Chávez en Venezuela, precisó a periodistas que hoy en día las "relaciones (están) enredadas con Ecuador, incendiadas con Venezuela, hasta el punto de que estamos en situación de preguerra".
Explicó que tampoco son buenos los contactos con Nicaragua y con Bolivia y "con un tratamiento preventivo por parte de Brasil y Chile".
Agregó que además "las relaciones de Colombia con los países Latinoamericanos es delicada".
Ecuador, Venezuela, Bolivia, al igual que Nicaragua han expresado sus oposición a que Bogotá autorice que militares norteamericanos combatan el narcotráfico y el terrorismo operando desde varias bases colombianas.
El acuerdo de cooperación militar ya se cerró y faltan apenas algunos retoques para que sea firmado por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.
Quito, Caracas y La Paz aseguran que esa presencia militar es nociva para Suramérica, pues podría generar, incluso, una confrontación armada.
Bogotá, sin embargo, asegura que no autorizará operaciones diferentes a las relacionadas para el combate contra el narcotráfico y el terrorismo y asegura que el tratado es únicamente de interés bilateral.
En los últimos días, Quito y Bogotá se han acercado a través de sus cancillerías y buscan soluciones amistosas, mientras que Venezuela se distancia de Colombia a tal punto que el presidente Chávez anunció ayer que se debía "preparar la ruptura de relaciones con Colombia" porque es algo que se va a producir en un futuro.
Los presidentes de Unasur se reunirán el 28 de este mes en Bariloche (Argentina) a fin de discutir el tema de la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos.
El presiente colombiano, Álvaro Uribe, ha dicho que va a Argentina, pero no consultará ese acuerdo y, por el contrario, planteó la necesidad de abordar temas como otros acuerdos de cooperación militar que tienen algunos países con naciones de fuera de la región y la carrera armamentista de los países vecinos.
Estados Unidos está ávido de crear una guerra entre Colombia y Venezuela: eso sería promover división en América Latina, y por otra parte, alimentar su industria armamentista, dos cosas muy convenientes para ese imperio voraz y genocida.
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