Barómetro Iberoamericano de Gobernabilidad
Eduardo Andrade Bone
Agencia indoamericana de Prensa
Durante el año 2006 el Barómetro Iberoamericano de Gobernabilidad, que se efectúa en el continente todos los años desde 1992, señalaba que la Presidenta Michelle Bachelet era, por lejos, la mandataria mejor evaluado en la región, con 71% de respaldo.
Los resultados del presente año, sin embargo, han sido completamente diferentes.
La muestra que efectúa el Consorcio Iberoamericano de Empresas de Investigación de Mercados y Asesoramiento, CIMA producto de su investigación-y que apoyó la empresa de estudios de mercado "Sigma Dos Chile"-, ubicó a la presidenta chilena en el penúltimo lugar dentro de 22 países, con 19% de aprobación a su gestión, superando sólo al presidente Nicanor Duarte, de Paraguay.
Los mejor evaluados de la región son Rafael Correa, de Ecuador (60%), seguido por Álvaro Uribe, de Colombia (55%); Hugo Chávez, de Venezuela (54%), y Evo Morales, de Bolivia (49%).
El estudio que realiza un diagnostico de la gobernabilidad, el estado de ánimo de la población, la legitimidad de las instituciones y el desempeño en cada país de los principales actores internacionales mostró una fuerte caída de la evaluación y por ende el apoyo al Gobierno de la Concertación y su presidenta Michelle Bachelet de acuerdo a los chilenos que fueron consultados.
En marzo de 2006, el 85% de los encuestados creía incrédulamente que el país iba por un buen camino político, cifra que descendió a 47% y recientemente a un 39,1% pese a que se mantiene cierta confianza respecto del futuro económico de los grandes empresarios, imagen a la cual han contribuido esencialmente los medios de comunicación del sistema y que defienden el modelo económico capitalista neoliberal implantado por la dictadura militar y que sigue vigente y muy bien administrado por el gobierno de centro-derecha de la Concertación. .
La figura de la Presidenta de Chile sigue cayendo paulatinamente debido a las falsas promesas, la demagogia, el populismo y el desencanto que ha provocado en la población chilena su gestión como primera mandataria. Los chilenos creían que por su condición de mujer y madre, ésta tendría una sensibilidad mayor con los chilenos que han sido afectado por las políticas económicas neoliberales, cuyas consecuencias mayores han sido altos índices de injusticias y desigualdades sociales creciente. La respuesta en la caída de las encuestas tanto a nivel nacional como internacional, obedece además, a factores como la pésima calidad del sistema educacional chileno, que ha sido transformado en una mercancía más y fuente de enriquecimiento de los nuevos empresarios de la educación, en donde están involucrado además altos dirigentes de la oposición pinochetista, del conglomerado político de la presidenta y altos funcionarios de su gobierno. Las políticas de salud del gobierno de Bachelet y que viene reflejado en el estudio es otro aspecto de su talón de Aquiles. El proyecto conocido como AUGE se encuentra en la Unidad de Tratamientos Intensivo y no ha logrado resolver las carencias que tiene en este sentido la población chilena en cuanto a una atención eficiente, mejoramiento de la infraestructura hospitalaria, mejoramiento de las condiciones de sueldo de los profesionales de la salud y del personal anexo al sistema de salud, lo que produce la irritación, la frustración y el descontento de los usuarios del sistema público de sanidad.
Otro de los aspectos constatado en la encuesta es la situación de acceso al trabajo, actualmente las cifras oficiales indican la existencia de un 8% de cesantía. Pero por otro lado nos encontramos con altas cifras de subempleo, trabajo precario o temporales, con bajos salarios, sin contratos y sin respeto por los derechos de los trabajadores. Ahora el sector que mayormente ve frustrado su acceso a la actividad laboral, son los jóvenes, que son violentados duramente por el capital neoliberal. Chile ha pesar de haber firmado TLC con Pedro, Juan y Diego, no ha logrado crear fuentes masivas de trabajo, de allí que los éxitos económicos para la clase trabajadora, los sectores populares y las capas medias empobrecidas, no son más que una quimera. El modelo económico implantado a sangre y fuego por la dictadura militar y el continuismo dado por los gobiernos de la Concertación a éste, y que ha frustrado las expectativas de las grandes mayoría del país, ha dado como resultado además un crecimiento preocupante de la actividad delictiva en la que se ven involucrado los más jóvenes. La criminalidad, el narcotráfico, el lavado de dinero y las más de diversas forma de prostitución aparecidas en el país, son el resultado de las políticas del capital neoliberal. De allí además que la seguridad ciudadana y la convivencia pacifica del tejido social está en un franco proceso de putrefacción producto de todas las lacras que general el libre mercado, la libre competencia, y la alienación consumista a que han sido empujado los chilenos. Pero la seguridad ciudadana no es un problema inherente tan solo al problema de la delincuencia creciente, también es inherente a la forma brutal con que el Estado chileno ejerce la represión con los que luchas por sus demandas reivindicativas y mejores condiciones de vida.
Pero no solo eso, la muestra además nos indica las graves carencias existentes en Chile con respecto al cuidado del medio ambiente y el mantenimiento ecológico. Los TLC firmados por Chile, han estado significando que las grandes empresa trasnacionales en complicidad con los capitales nacionales y altos funcionarios de gobierno, se este produciendo un salvaje saqueo de los recursos naturales del país, que es lo que se exporta, pues Chile no produce bienes con valor agregado. Otro de los aspecto que toca la muestra, es la corrupción, que en el caso de Chile desde la época de la dictadura, ésta prácticamente se encuentra institucionalizada, tanto en el ámbito de lo público como de lo privado. En Chile crece la corrupción, el tráfico de influencias, el clientelismo político y la aparición de los empresarios-políticos, los que contribuyen a distorsionar y desprestigiar la esencia misma de la política, que no es otra cosa que el buen ejercicio del servicio público, en beneficio de las grandes mayorías del país y que padecen las iniquidades de un sistema económico que los excluye.
El Barómetro Internacional da a conocer además, una baja confianza de los chilenos respecto de las instituciones más tradicionales del país, en especial a los Tribunales de Justicia, el Parlamento, los partidos políticos y sus dirigencias, que en el caso de la Concertación y la Alianza por Chile (UDI-RN), son asociados con la corrupción y el tráfico de influencias.
Pese a estas evaluaciones, la democracia a pesar de ser deficiente y restringida sigue siendo un valor importante en el país, pues es mejor este sistema que la brutal dictadura que existió en Chile. Sin embargo sus carencias siguen siendo una Constitución representativa de todos los sectores de la vida nacional, la necesidad de un sistema electoral democrático y que no excluya a un 15% de los electores de su derecho a tener representantes populares en el parlamento de la nación.
El estudio en la región realizó 11.402 entrevistas, 500 en Chile, en 22 países, incluyendo latinoamericanos que viven en los Estados Unidos.
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