Estados Unidos, Perú, Colombia y Panamá
APM
John Negroponte urgió al Congreso estadounidense para aprobar los Tratados de Libre Comercio con los países de la región. Nadie mencionó los riesgos que esto significa para las economías de la región.
El subsecretario de Estado del país norteamericano, John Negroponte sostuvo que negar los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Colombia, Panamá y Perú sería una “derrota de la democracia en el hemisferio”. "Yo le pido por eso al Congreso que apruebe estos tratados", dijo.
Negroponte se pronunció sobre el tema al hablar ante decenas de miembros de cámaras de comercio estadounidenses en Latinoamérica, que cerraron su convención anual.
"Quedará demostrado lo que los nuevos autócratas están diciendo: que la democracia no puede entregar beneficios concretos, que los mercados libres y el libre comercio sólo significan promesas incumplidas", advirtió.
Aun cuando la idea ha sido mencionada por legisladores y funcionarios públicos de menor rango en el pasado, esta es la primera vez que lo dice un funcionario del nivel de Negroponte, el No. 2 del Departamento de Estado y que hasta hace unos meses se desempeñaba como director de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Negroponte fue el último de los miembros del gobierno que desfilaron como oradores por la convención de dos días. Todos ellos, incluyendo al secretario de Comercio Carlos Gutiérrez y la representante comercial estadounidense Susan Schwab, hablaron de la necesidad de aprobar esos tratados.
Gutiérrez hizo notar la paradoja de que quienes en el Congreso exigían a Perú, Panamá y Colombia mejores leyes sobre derechos laborales y medioambientales eran los mismos que estaban buscando una apertura comercial de Estados Unidos hacia Cuba.
El presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Charles Rangel, uno de los más firmes opositores al avance de los tratados, pidió nuevamente un ablandamiento de las restricciones de comercio con Cuba, posición a la cual el presidente George W. Bush se opone tenazmente.
En la convención, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que agrupa a las empresas más poderosas, ha reiterado su apoyo a esos tratados y pedido al Congreso su inmediata aprobación.
Negroponte dijo que todas estas demoras afectan la imagen de Estados Unidos en el hemisferio y fortalecen las corrientes populistas encabezadas por Chávez.
"Yo le pido por eso al Congreso que apruebe estos tratados con Colombia, Panamá y Perú", dijo. "Estados Unidos está comprometido con la democracia en el Hemisferio Occidental y estamos dispuestos a ponernos del lado de todo gobierno que se comprometa, en principio y práctica, con la democracia".
Bajo este escenario, se puede advertir que desde Washington se desató una nueva ofensiva para lograr los TLCs tan ansiados por la administración Bush.
Sin embargo, lo que los funcionarios estadounidenses olvidaron mencionar, son las otras posiciones que existen en cuanto a los tratados en los países latinoamericanos.
Además, según numerosos estudios, si los países latinoamericanos mencionados tendrían un TLC con Estados Unidos, las consecuencias económicas serían numerosas. Por mencionar algunas, esta el hecho de que las economías de los tres países mencionados son mas chicas que del país del norte. Por tanto, el tratado comercial estaría signado por una gigantesca asimetría. Entre la “apertura” de mercados que dice promulgar Washington con los TLCs, la economía estadounidense simplemente devoraría a las latinoamericanas.
Además, los países de la región sólo servirían de proveedores de materias primas para la economía y la industria estadounidense. Esto va de la mano con las intenciones de Estados Unidos de lograr que las economías latinoamericanas sean proveedoras de agrocombustibles. Intención demostrada en la última gira que Bush realizó por la región.
A su vez, es importante rescatar las palabras utilizadas por Negroponte en cuanto a lo que él llama los “riesgos” que implicaría la no ratificación de los tratados. El funcionario de Bush habla de una “derrota a la democracia en el hemisferio”, olvidando que durante la década de los 90, la democracia neoliberal promulgada por Estados Unidos en la región, destruyó y sometió las economías latinoamericanas.
En esta ocasión: ¿la historia se volverá a repetir? Apelando al discurso democrático, según las concepciones de Washington: ¿las economías latinoamericanas volverán a estar a merced de la estadounidense?
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