Por proteger a especuladores del maíz, crecidos al amparo del poder público, los supuestos encargados de planificar la agroproducción, ignoran olímpicamente el proyecto presentado desde hace años para crear la Reserva Técnica del principal alimento de México.
Por Dagoberto Márquez
De mi parte ignoro hasta dónde comprende usted lo que ocurre, pero la cosa es seria, grave realmente, porque el alza de precio y la fluctuación de éste en derredor del principal producto de alimentación, consumo y subsistencia entre los mexicanos, no es sinónimo de algo bueno, ni en términos de economía ni en relación con la agricultura.
Por si fuera poco, tampoco lo es en términos de economía doméstica, dentro de lo cual mucha gente no sabe cómo funciona, pero sí siente cómo afecta en su capacidad de egreso y por ende en la de por sí difícil manutención de la familia.
Y como ya dijimos, se trata de lo que ocurre en torno del maíz y de la tortilla, el producto del campo y el producto agroindustrial, los cuales --debido a una grave dejadez de parte del gobierno-- son ahora motivo de preocupación y de problemas, dado que como al campo se le desdeñó en los últimos años, desde hace doce meses el precio de estos se ha disparado, produciendo inconsistencia y desequilibrios difíciles de resolver, ya que algo como esto no se fabrica a partir de materias primas fácilmente adquiridas, sino que se produce en función de inventarios, planeación, apoyo y previsiones, todo en relación con las facultades del sector público que es el que planifica, organiza, mide, valora y apoya a grandes y medianos agricultores, así como a los miles o millones de pequeños productores aquí en México.
Estimado lector, Fina lectora, hace algunos años este opinante entregó un amplio documento llamado Proyecto de Reserva Técnica para Maíz para el año 2000, con el propósito de que, previa evaluación de las cosas, el gobierno de Guerrero lo instrumentara.
Se trataba de una proyección que permitiría la coordinación de esfuerzos con miras a organizar mejor la producción del grano, con el superior propósito de crear eso precisamente, una reserva técnica de la gramínea que permitiera tener suficiencia de maíz cada año, temporada tras temporada, con objeto de que éste no escaseara en nuestros inventarios.
El documento era profundo, pero de no muy difícil comprensión o interpretación, dado que partía de consideraciones básicas, aunque no toda la gente dominara los términos. Este opinante lo delineó en función de su conocimiento, el cual parte de su pasado al interior de las instituciones. Como lo ha hecho saber ocasionalmente, este opinante fue un servidor público y su pasado está ligado a Diconsa, empresa federal cuyo nombre real es Distribuidora Conasupo.
El documento al que se hace referencia fue arrojado al cajón del descuido, al cajón del olvido por un funcionario de la administración anterior, refiriéndome a Héctor Manuel Popoca Boone, un economista de cierto prestigio.
Con el paso de los años este opinante volvió a entregar dicho documento, ahora por escrito así como a la actual administración. El proyecto al que me refiero fue a dar a la secretaría de Desarrollo Rural del gobierno de Guerrero, donde lo perdieron según las difusas explicaciones obtenidas. Después, con más tiempo de por medio y porque desde la secretaría particular del gobernador se me solicitó dar seguimiento al caso, este opinante se presentó a la SDR y así usted no lo crea, no fué apoyado para rescatar su propuesta, valiéndose de sus propios medios para tenerla de nuevo, entregándosela otra vez al gobierno estatal cuando el problema del maíz y de la tortilla hizo crisis hace cerca ya de un año. De esta manera y nuevamente a través de un escrito, la proyección citada llegó otra vez a Desarrollo Rural, no informándoseme de qué pudo haber ocurrido. Ni siquiera por atención ni por la importancia del grave problema que desde entonces se atraviesa. En este orden de cosas, lo que el opinante interpretó fue que aun estando las cosas como estaban y siguen estando, la producción, el acopio así como el manejo de inventarios les importa un carajo y disculpe usted los términos, pero de mi parte no existe otra lectura por más que se publiciten y hagan como que trabajan.
En síntesis, lo que planteaba por la vía del proyecto es la transformación del estado de cosas actuales mediante un cambio de planeación y algo de esfuerzo, sobre todo en lo que tiene relación con la organización de productores, agricultores, ejidatarios y campesinos, de tal forma que (ubicando bien las cosas) haya lugar a organizarles de mejor forma con la intención de conocer en tiempo sus condiciones y necesidades, a fin de programar y prever mejor la producción, lo cual traería aparejado un inequívoco resultado. Uno concreto y satisfactorio para todos.
Un buen resultado en materia de producción de granos, que en las distintas regiones requieren implementos, semillas seleccionadas, asistencia, crédito, fertilizantes, agroquímicos, fertilizantes orgánicos, algo de maquinaria agrícola, costalera de yute, apoyo en el levantamiento de cosecha, bodegas de acopio apropiadas, tarimas, básculas, ingenieros agrónomos, ayuda para la transportación de los granos, precios de compra justos, bonificaciones y compensaciones por mermas o quebrantos, mantenimiento de inventarios, etcétera.
La idea fue y sigue siendo producir más y mejor, dejando las burdas estimaciones y las cuentas alegres de las diversas dependencias, las cuales juran y perjuran que las cosas están bien, pero a la hora de los resultados el maíz hace falta y su precio es desde inestable hasta muy, muy alto, dañando esto a los consumidores, sobre todo a los más pobres.
El documento-proyecto proponía la creación de una normatividad, así como la conformación de una estructura, la cual tendría bajo su responsabilidad el trabajo relacionado con la planificación, la producción, el almacenamiento, así como la comercialización del grano.
Estimado lector, Fina lectora, por si usted no lo supo, le informo que cuando el problema se presentó en época reciente, el gobierno de Felipe Calderón anunció la creación de una “reserva estratégica” la cual no existe, según vemos. El anuncio de marras lo hizo la televisión por la vía del noticiero de López Dóriga, hace ya cerca de un año, pero de la bendita reserva no se sabe nada. Y esto puede ser normal, pues qué van a saber los que desde el poder fueron impuestos más por conveniencia que por capacidad y logros al frente de las instituciones.
La creación de una reserva técnica o estratégica requiere gente pensante, así como voluntad política, y esto no se encuentra sino en funcionarios capaces y a la vez honestos. De otra forma, cualquier anuncio que se haga, sólo va a engrosar los acervos de la historia, aunque vista desde la óptica de la miseria política, de la abyección y de la caca. Y esto es así porque poner en juego los recursos para una reserva como la que se invoca, requiere honestidad a toda prueba, conocimiento amplio, altitud de miras, roce con el productor, vocación para hacer las cosas, sencillez para comprender el problema del campo, conocimientos específicos, ganas de trabajar, dignidad frente a actitudes serviles y ortodoxas, simpatía por los campesinos, comprensión ante los industriales de la masa y la tortilla, ante los consumidores, así como apego y disciplina ante lo que sería una buena estrategia.
¿O usted ha visto que las bodegas de lo que fue Boruconsa estén activas y bien habilitadas, por ejemplo? ¿O usted ha visto que en tal o cual ejido, la cosecha es levantada de verdad colectiva y organizadamente? ¿O usted ha visto que el productor de maíz en México no se queje por la falta de apoyo y de asistencia de parte del gobierno?. No, ¿verdad? Y el resultado lo tenemos a la vista.
En cualquier entidad del país vale más la grilla política y la pérdida de tiempo, que la entrega real al trabajo. Y de ahí el problema que se relaciona con la falta de grano en suficiencia y, por ende, el que se relaciona con el precio desmedidamente alto del kilo de tortilla. Y no hay para dónde hacerse, porque la verdad es que al campo y al agro no se le ha atendido como se debe... por andar en la grilla. Todos o casi todos los funcionarios de alto rango, temporada electoral tras temporada, valiéndoles un carajo que ni siquiera logren sus propósitos, e importándoles un bledo que ocasionalmente pierden hasta el prestigio, se desentienden de lo realmente importante y de aquello por lo que se les paga por andar en la grilla. Y así nos llevan, época tras época, sin ponerse a considerar que el pueblo se harta de tanta mediocridad y tanta pendejada, y disculpe usted lo duro y áspero del lenguaje, pero hay tipos que no tienen respeto ni por su madre y a esos nos referimos, por supuesto.
De manera que a aguantar la vara, a esperar a que al presidente del fraude se le prenda el foco y ya no ande nada más tras los narcos, porque la verdad es que ni eso está haciéndolo bien y la realidad es que son otras las áreas de producción las estratégicas, y como que no existe quien lo asesore bien, debemos preocuparnos. Y si a usted no le preocupa, porque no come tortilla, considere que no sólo se produce ésta a partir del grano básico de que hablamos.
Por eso Desarrollo Rural de Guerrero debe dar explicaciones, por lo menos negar que el documento-proyecto le fue entregado o alegar que éste es torpe, absurdo o mal intencionado, ya que si no lo hace, su titular y principales colaboradores van a cargar con la culpa de su dejadez, miopía y ligereza.
Y me refiero concretamente a Armando Ríos Pitter quien, según se dice, ahora (y sin haber probado que puede con el paquete), quiere ser diputado. Así como Popoca, quien sólo fingió demencia cuando su deber fue hacer de la producción de granos básicos una estrategia sostenida para el estado, aunque él nunca dio muestras de pretender ser legislador, lo cual de haberlo intentado no podía lograr debido a su irascibilidad y descrédito entre las organizaciones de productores, mínimamente.
Pero sí, el problema del campo existe y uno de sus efectos lo vemos y sentimos con el grano. Con el maíz, con el precio de la tortilla, así como con la ausencia de una verdadera estrategia, la cual bien pudiera ser conducida satisfactoriamente a través de la creación de una reserva técnica.
Es todo
Por si fuera poco, tampoco lo es en términos de economía doméstica, dentro de lo cual mucha gente no sabe cómo funciona, pero sí siente cómo afecta en su capacidad de egreso y por ende en la de por sí difícil manutención de la familia.
Y como ya dijimos, se trata de lo que ocurre en torno del maíz y de la tortilla, el producto del campo y el producto agroindustrial, los cuales --debido a una grave dejadez de parte del gobierno-- son ahora motivo de preocupación y de problemas, dado que como al campo se le desdeñó en los últimos años, desde hace doce meses el precio de estos se ha disparado, produciendo inconsistencia y desequilibrios difíciles de resolver, ya que algo como esto no se fabrica a partir de materias primas fácilmente adquiridas, sino que se produce en función de inventarios, planeación, apoyo y previsiones, todo en relación con las facultades del sector público que es el que planifica, organiza, mide, valora y apoya a grandes y medianos agricultores, así como a los miles o millones de pequeños productores aquí en México.
Estimado lector, Fina lectora, hace algunos años este opinante entregó un amplio documento llamado Proyecto de Reserva Técnica para Maíz para el año 2000, con el propósito de que, previa evaluación de las cosas, el gobierno de Guerrero lo instrumentara.
Se trataba de una proyección que permitiría la coordinación de esfuerzos con miras a organizar mejor la producción del grano, con el superior propósito de crear eso precisamente, una reserva técnica de la gramínea que permitiera tener suficiencia de maíz cada año, temporada tras temporada, con objeto de que éste no escaseara en nuestros inventarios.
El documento era profundo, pero de no muy difícil comprensión o interpretación, dado que partía de consideraciones básicas, aunque no toda la gente dominara los términos. Este opinante lo delineó en función de su conocimiento, el cual parte de su pasado al interior de las instituciones. Como lo ha hecho saber ocasionalmente, este opinante fue un servidor público y su pasado está ligado a Diconsa, empresa federal cuyo nombre real es Distribuidora Conasupo.
El documento al que se hace referencia fue arrojado al cajón del descuido, al cajón del olvido por un funcionario de la administración anterior, refiriéndome a Héctor Manuel Popoca Boone, un economista de cierto prestigio.
Con el paso de los años este opinante volvió a entregar dicho documento, ahora por escrito así como a la actual administración. El proyecto al que me refiero fue a dar a la secretaría de Desarrollo Rural del gobierno de Guerrero, donde lo perdieron según las difusas explicaciones obtenidas. Después, con más tiempo de por medio y porque desde la secretaría particular del gobernador se me solicitó dar seguimiento al caso, este opinante se presentó a la SDR y así usted no lo crea, no fué apoyado para rescatar su propuesta, valiéndose de sus propios medios para tenerla de nuevo, entregándosela otra vez al gobierno estatal cuando el problema del maíz y de la tortilla hizo crisis hace cerca ya de un año. De esta manera y nuevamente a través de un escrito, la proyección citada llegó otra vez a Desarrollo Rural, no informándoseme de qué pudo haber ocurrido. Ni siquiera por atención ni por la importancia del grave problema que desde entonces se atraviesa. En este orden de cosas, lo que el opinante interpretó fue que aun estando las cosas como estaban y siguen estando, la producción, el acopio así como el manejo de inventarios les importa un carajo y disculpe usted los términos, pero de mi parte no existe otra lectura por más que se publiciten y hagan como que trabajan.
En síntesis, lo que planteaba por la vía del proyecto es la transformación del estado de cosas actuales mediante un cambio de planeación y algo de esfuerzo, sobre todo en lo que tiene relación con la organización de productores, agricultores, ejidatarios y campesinos, de tal forma que (ubicando bien las cosas) haya lugar a organizarles de mejor forma con la intención de conocer en tiempo sus condiciones y necesidades, a fin de programar y prever mejor la producción, lo cual traería aparejado un inequívoco resultado. Uno concreto y satisfactorio para todos.
Un buen resultado en materia de producción de granos, que en las distintas regiones requieren implementos, semillas seleccionadas, asistencia, crédito, fertilizantes, agroquímicos, fertilizantes orgánicos, algo de maquinaria agrícola, costalera de yute, apoyo en el levantamiento de cosecha, bodegas de acopio apropiadas, tarimas, básculas, ingenieros agrónomos, ayuda para la transportación de los granos, precios de compra justos, bonificaciones y compensaciones por mermas o quebrantos, mantenimiento de inventarios, etcétera.
La idea fue y sigue siendo producir más y mejor, dejando las burdas estimaciones y las cuentas alegres de las diversas dependencias, las cuales juran y perjuran que las cosas están bien, pero a la hora de los resultados el maíz hace falta y su precio es desde inestable hasta muy, muy alto, dañando esto a los consumidores, sobre todo a los más pobres.
El documento-proyecto proponía la creación de una normatividad, así como la conformación de una estructura, la cual tendría bajo su responsabilidad el trabajo relacionado con la planificación, la producción, el almacenamiento, así como la comercialización del grano.
Estimado lector, Fina lectora, por si usted no lo supo, le informo que cuando el problema se presentó en época reciente, el gobierno de Felipe Calderón anunció la creación de una “reserva estratégica” la cual no existe, según vemos. El anuncio de marras lo hizo la televisión por la vía del noticiero de López Dóriga, hace ya cerca de un año, pero de la bendita reserva no se sabe nada. Y esto puede ser normal, pues qué van a saber los que desde el poder fueron impuestos más por conveniencia que por capacidad y logros al frente de las instituciones.
La creación de una reserva técnica o estratégica requiere gente pensante, así como voluntad política, y esto no se encuentra sino en funcionarios capaces y a la vez honestos. De otra forma, cualquier anuncio que se haga, sólo va a engrosar los acervos de la historia, aunque vista desde la óptica de la miseria política, de la abyección y de la caca. Y esto es así porque poner en juego los recursos para una reserva como la que se invoca, requiere honestidad a toda prueba, conocimiento amplio, altitud de miras, roce con el productor, vocación para hacer las cosas, sencillez para comprender el problema del campo, conocimientos específicos, ganas de trabajar, dignidad frente a actitudes serviles y ortodoxas, simpatía por los campesinos, comprensión ante los industriales de la masa y la tortilla, ante los consumidores, así como apego y disciplina ante lo que sería una buena estrategia.
¿O usted ha visto que las bodegas de lo que fue Boruconsa estén activas y bien habilitadas, por ejemplo? ¿O usted ha visto que en tal o cual ejido, la cosecha es levantada de verdad colectiva y organizadamente? ¿O usted ha visto que el productor de maíz en México no se queje por la falta de apoyo y de asistencia de parte del gobierno?. No, ¿verdad? Y el resultado lo tenemos a la vista.
En cualquier entidad del país vale más la grilla política y la pérdida de tiempo, que la entrega real al trabajo. Y de ahí el problema que se relaciona con la falta de grano en suficiencia y, por ende, el que se relaciona con el precio desmedidamente alto del kilo de tortilla. Y no hay para dónde hacerse, porque la verdad es que al campo y al agro no se le ha atendido como se debe... por andar en la grilla. Todos o casi todos los funcionarios de alto rango, temporada electoral tras temporada, valiéndoles un carajo que ni siquiera logren sus propósitos, e importándoles un bledo que ocasionalmente pierden hasta el prestigio, se desentienden de lo realmente importante y de aquello por lo que se les paga por andar en la grilla. Y así nos llevan, época tras época, sin ponerse a considerar que el pueblo se harta de tanta mediocridad y tanta pendejada, y disculpe usted lo duro y áspero del lenguaje, pero hay tipos que no tienen respeto ni por su madre y a esos nos referimos, por supuesto.
De manera que a aguantar la vara, a esperar a que al presidente del fraude se le prenda el foco y ya no ande nada más tras los narcos, porque la verdad es que ni eso está haciéndolo bien y la realidad es que son otras las áreas de producción las estratégicas, y como que no existe quien lo asesore bien, debemos preocuparnos. Y si a usted no le preocupa, porque no come tortilla, considere que no sólo se produce ésta a partir del grano básico de que hablamos.
Por eso Desarrollo Rural de Guerrero debe dar explicaciones, por lo menos negar que el documento-proyecto le fue entregado o alegar que éste es torpe, absurdo o mal intencionado, ya que si no lo hace, su titular y principales colaboradores van a cargar con la culpa de su dejadez, miopía y ligereza.
Y me refiero concretamente a Armando Ríos Pitter quien, según se dice, ahora (y sin haber probado que puede con el paquete), quiere ser diputado. Así como Popoca, quien sólo fingió demencia cuando su deber fue hacer de la producción de granos básicos una estrategia sostenida para el estado, aunque él nunca dio muestras de pretender ser legislador, lo cual de haberlo intentado no podía lograr debido a su irascibilidad y descrédito entre las organizaciones de productores, mínimamente.
Pero sí, el problema del campo existe y uno de sus efectos lo vemos y sentimos con el grano. Con el maíz, con el precio de la tortilla, así como con la ausencia de una verdadera estrategia, la cual bien pudiera ser conducida satisfactoriamente a través de la creación de una reserva técnica.
Es todo
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