Julio Pimentel Ramírez
En estos día en que el acontecer nacional e internacional se sucede de forma acelerada, confundiéndose con frecuencia lo trascendente con lo banal, somos testigos lo mismo de la criminal agresión israelí en contra del pueblo palestino, de la sangrienta guerra de conquista del imperio estadounidense en tierras iraquíes y afganas, de las acciones provocadoras del peón del imperio yanqui en Sudamérica, así como del hecho de que cada día son más claras las intenciones del gobierno calderonista y sus aliados de privatizar PEMEX, al tiempo que se desnuda la esencia de la cúpula priísta que "súbitamente" se transforma en defensora de Juan Camilo Mouriño acusado, entre otros delitos, de tráfico de influencias y conflicto de intereses.
En un principio el Senado de la República acordó integrar una comisión que investigue el presunto tráfico de influencias y otros delitos en los que habría incurrido el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño Terrazo, en el sexenio pasado, al obtener diversos contratos de Petróleos Mexicanos (Pemex) para sus empresas familiares cuando ya desempeñaba cargos públicos.
La decisión del coordinador de los senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones, de sumarse a la propuesta de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia, fue fundamental para integrar la comisión, ya que se requiere que 50 por ciento de los senadores lo solicite.
En tanto en la Cámara de Diputados la petición del Frente Amplio Progresista de conformar una comisión especial con el mismo objetivo, cuenta ya con las 130 firmas requeridas por el reglamento parlamentario por lo que su integración es cosa de trámite, aunque todo indica que el acuerdo PAN-PRI limitará sus alcances y dificultará su funcionamiento.
La denuncia en contra del actual secretario de Gobernación, toca la línea de flotación del calderonismo y su proyecto de negociación de la privatización energética, por lo que los dirigentes reales del PRI, Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones, se echan para atrás al fingir neutralidad y respeto por la ley, presionan al PAN y al espurio para finalmente acotar el alcance de cualquier investigación que ponga en evidencia a sus aliados azules.
Los diputados panistas y priístas "aplazaron" la integración de la Comisión Especial que investigue la legalidad de los contratos de Pemex otorgados a la familia de Juan Camilo Mouriño, y firmados por éste en su doble calidad de empresario-funcionario. Piden tiempo para cobijar al delfín de Los Pinos, tratando de evitar que se convierta en "Iván el breve".
Al tiempo que el affaire Mouriño pone en problemas al calderonismo, el gobierno federal continúa con su proyecto privatizador del petróleo optando por campañas mediáticas multimillonarias para "convencer" sobre las "bondades" de su moribunda "reforma" energética, y en este contexto finalmente reconoció su paternidad en el espot propagandístico que Pemex recién sacó al aire por los canales institucionales (aunque se conoció semanas atrás), es decir, la televisión privada, por medio del cual se presume el "tesoro" mexicano que se encuentra en aguas profundas del Golfo de México.
La administración federal utiliza recursos de PEMEX para impulsar su privatización, disfrazada de alianza estratégica con grandes empresas petroleras transnacionales, manipulando la información según la conveniencia y el público al que se dirigen. El término "alianzas" se suprimió del video de cinco minutos que el gobierno federal transmitió la noche del martes en los principales canales de televisión abierta, para promover la reforma energética que girará en torno a la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) al capital privado en áreas estratégicas. Esto no ocurre en un video que el portal de YouTube difunde y que puede consultarse en todo el mundo.
En otros términos es lo mismo que les dijo Georgina Kessel a los diputados panistas: hay que ceder parte o la totalidad de la propiedad de los hidrocarburos al capital foráneo, pues PEMEX y la iniciativa privada mexicana no cuentan con la tecnología para extraer petróleo de aguas profundas. A los neoliberales no les importa poner en peligro la soberanía nacional, tal como sucede en otras latitudes. Pretenden ignorar que la misma explotación actual de crudo aporta recursos suficientes, y hasta sobrados, para adquirir la tecnología necesaria para extraerlo de aguas profundas.
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