domingo, diciembre 28, 2008

De cuentas, cuentos y recuentos

Jorge Lara Rivera

No pasó ni un mes para comprobar el divorcio que, con la realidad, guardan esos 'tenderos de esquina' que se hicieron con el poder de la República.
Precisamente ahora que se han perdido miles de puestos de trabajo por el cierre de muchos negocios relacionados con la exportación, el despiste de esos funcionarios aparece más y más serio.
Para botón de muestra quede la experiencia aterradora de la imprevisión que, con diplomas doctorales, exhiben integrantes del gabinete federal panista, al cual pinta de cuerpo entero el titular de Hacienda.
Ni tres semanas hace desde que, golosamente, abrió la bocota con esa burlona arrogancia doctoral que le caracteriza para enmendarle la plana a los empresarios y los organismos financieros que alertaban de la crisis mexicana y decir a los medios que no, que no era así, que desde luego resultaba 'prematuro' hablar de recesión en el país.
Y que respecto al retorno de migrantes desde Estados Unidos con posibilidades de complicar el panorama del empleo -léase, desempleo-, como consecuencia del volumen e importancia de esa repatriación, en relación con el déficit de creación de puestos de trabajo que padece el país desde has 8 años, precisamente los que lleva transcurridos a cargo de la Administración federal el panismo, el personero de la oligarquía en que ha devenido el inepto Secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, se jactó de que se trataba sólo de una 'percepción exagerada'.
Para nadie es secreto que la economía nacional se apoyó, en estos últimos 8 años, en las remesas que los braceros enviaban, hasta el punto de convertirse éstas en la segunda fuente de divisas, superada sólo por la exportación de petróleo. De ahí que durante el foxiato se las festinó obviando la vergüenza que, por su propia incapacidad para cumplir las promesas de crear empleos, hechas al pueblo, revelaba su cuantía.
De tal suerte, que cualquier variación en las circunstancias que afectara a los migrantes tendría lógica repercusión en nuestras finanzas.
Bien, a los datos de organismos financieros y profesionales independientes que se han sumado los sombríos reportes del INEGI y del IMSS: no sólo estamos a punto de entrar a un 2009 conflictivo y arduo, sino que lo haremos disminuidos por la estanflación (inflación con recesión), a la que ha contribuido la 'genial' iniciativa del doctor Carstens, consistente en aumentar cada semana los precios de las gasolinas, con el pretexto -más bien cuento- de que eran más baratas aquí que en Estado Unidos (donde los costos del combustible se mueven siguiendo las variaciones de la cotización internacional del barril de petróleo y hoy le resultan muchísimo más económicas al consumidor -pero eso sí, no lo copió Carstens para hacer acá) y ya vamos en la 27ª alza, es decir, un aumento del 23.61 % con respecto al costo a inicios del año, mismo que se refleja en cuanta mercancía o servicio tiene relación con los combustibles. Todo lo cual pone en entredicho la atingencia del robusto Secretario al cual, sin tomar en cuenta lo que nos cuestan sus emolumentos y privilegios en Hacienda, tanto celebra su correligionario Gustavo A. Madero quien quiere erigirle una estatua (con dineros públicos, desde luego).
Por otro lado, la acostumbrada llegada de los paisanos braceros desde el país del Norte para pasar las fiestas con sus familiares, está ocurriendo precisamente ahora.
Y al respecto, los más recientes reportes del flujo de inmigrados, con motivo de la temporada decembrina, alarmantemente confirman esas 'exageraciones' y desmienten al incompetente J. Lozano Alarcón, involucrado en los turbios 'bisnes' de Zheng Lee Yong.
Entre el 60 % y el 70 % de todos los que han vuelto -según refiere el Centro de Estudios Fronterizos de Promoción de los Derechos Humanos, con sede en Reynosa, Tamaulipas-, lo hacen con claras intenciones de quedarse ya, a consecuencia de haber perdido sus empleos por la turbulencia económica norteamericana.
Lógicamente serán otros demandantes en esa crisis económica que, desde la nublada visión -por soberbia- del Secretario de Hacienda de México no existe, sino como "un simple catarro con tos" -aunque hasta su propio jefe aceptara en Los Pinos y en Sao Paulo de Bahía, Brasil, durante la ronda del Mercosur, que "el paciente se ha infartado".
Éste es parte del recuento de los daños, pues ya desde el Partido del Trabajo se nos advierte la inminencia de otro más y peor: la del perverso aprovechamiento por el régimen panista de una omisión sospechosa en el dictamen aprobado por el Congreso respecto a la reforma energética, la cual permite al gobierno concesionar bloques para explotación petrolera al gran capital privado, mediante compañías internacionales y prestanombres nacionales, cediendo de facto soberanía; lo cual constituye una burla a la voluntad popular expresada en los Foros del Senado y las discusiones al seno del Legislativo. Detalle que los activistas de Andrés M. López Obrador ya habían anticipado.
Llegada la hora, veremos qué tan 'honorable' nos resulta esa élite formada por diputados y senadores del Congreso para defender los intereses de la nación.

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